9 destinos preciosos para viajar este verano: las recomendaciones del equipo de VIAJAR

Unos cuantos lugares que visitaríamos, que ya hemos visitado y nos encantan o que están siempre en nuestro palmarés de los mejores destinos del mundo. Estos son los destinos imprescindibles del equipo VIAJAR para un verano inolvidable. 

Unos cuantos imprescindibles para este verano.
Unos cuantos imprescindibles para este verano. / Istock / Michal Krakowiak

Recorremos los destinos favoritos de la redacción VIAJAR para este verano: lugares que nos inspiran, que se han ganado un hueco en lo más alto de nuestro palmarés viajero y a los que siempre volveríamos. De Altea a Braganza pasando por algunas de las postales más icónicas y bellas de Italia, estos son los rincones del mundo en los que pasaríamos nuestras ansiadas vacaciones de verano.

Altea, España 

La recomendación de Álvaro Martínez, coordinador web de VIAJAR. 

Calles empedradas de casitas blancas, cúpulas de un color azul mediterráneo, tiendas boutique, restaurantes de ensueño y el inconfundible olor al Mediterráneo, al que mira de cara. Altea es uno de los pueblos más bonitos de Alicante, situado al abrigo de las montañas y del que se dice que su nombre viene de la palabra griega ‘Althaia’, que en español significa “yo curo”. 

Altea es uno de los pueblos más bonitos de Alicante.

Altea es uno de los pueblos más bonitos de Alicante.

/ Istock / MiniMoon Photo

No sabemos si sus calles curan, conquistan o embrujan. Lo que tenemos claro es que es uno de los lugares donde querríamos enamorarnos todos los veranos de nuestra vida. Si no que se lo pregunten a Blasco Ibañez, a Rafael Alberti o Rafael Ruiz Belardi, que fueron solo unos pocos de los muchísimos artistas que se quedaron prendados para siempre de su esencia Mediterránea. 

San Pellegrino Terme, Italia 

La recomendación de María Escribano, redactora jefe. 

El lugar que da nombre a la famosa agua con burbujas es un sitio fascinante, insertado en el valle Brembana, entre montañas, a una media hora al norte de Bérgamo, ciudad a la que se puede llegar fácilmente en avión desde España. Una vez en San Pellegrino Terme, hay que visitar sus famosas termas, las que le dan fama al lugar desde hace siglos y que convirtieron este lugar en centro de peregrinación de nobles que querían probar sus medicinales aguas.  

El río Brembo a su paso por San Pellegrino Terme.

El río Brembo a su paso por San Pellegrino Terme.

/ Istock / michelangeloop

Merece la pena incluir en la sesión de spa el almuerzo que ofrece el spa regentado por QC Terme: es un buffet increíble que se degusta en chanchitas y albornoz en lo que era el antiguo Casino de la ciudad, hoy rehabilitado y que forma parte del spa. En cuanto a la aventura acuática, hay chorros y piscinas de todo tipo. En un solo día no da tiempo a probarlos todos.

Ciudad del Cabo, Sudáfrica 

La recomendación de Josep M. Palau, director de VIAJAR. 

En verano, la conjunción de las vacaciones con la paga extra ayuda a plantearse viajes de largo recorrido, aspiracionales, como podría ser una visita a Ciudad de Cabo, en Sudáfrica. Bajo la protección de Table Mountain, la montaña que se cuela en todas las fotos que tomaremos, esta urbe es la cara amable de un continente no siempre relajado. A Table se puede subir con funicular, pero resulta más gratificante seguir el sendero que lleva hasta media altura, a Signal’s Hill, para disfrutar de una puesta de sol sin comparación. Otra de las visitas que seducen por su colorido digno de Instagram es la del barrio de Bo-Kaap, de casitas de dos pisos pintadas de forma imaginativa. Originalmente era un barrio de mayoría musulmana y origen malayo, pero ahora también es refugio de artistas. El animado Waterfront de la ciudad es el lugar para terminar el día con buena música, buena comida y buen ambiente

Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

/ Istock / 4FR

Y si aún queremos más, una empresa especializada ofrece viajes en moto con sidecar hasta el Cabo de Buena Esperanza, en otra época llamado Cabo de las Tormentas por las fuertes corrientes que azotan el punto en que los navegantes dan un vuelco al timón para dirigirse del Atlántico hacia el océano Índico. Un lugar mítico que no deja indiferente. 

 Cracovia, Polonia 

La recomendación de Miriam González, redactora del Club VIAJAR. 

Paseando por el centro histórico de Cracovia sentirás que has viajado al pasado y, aunque parezca un topicazo, es real. Sus edificios de ladrillo clásico con fachadas de colores pastel, un castillo de estilo renacentista y una Plaza del Mercado que tienes que visitar al mediodía para saludar al hejnał al toque de su trompeta. Sin olvidarnos de conocer el lado más religioso desde Basílica de San Francisco de Asís hasta el Barrio Judío. 

Cracovia, Polonia

Cracovia, Polonia

/ Istock / RossHelen

Tras caminar por las callejuelas de esta histórica ciudad no hay nada mejor que pararse en un bar y comer los mejores pierogis de Polonia. Y para terminar un buen trago de Nalewka, la tradicional bebida alcohólica polaca. 

Braganza, Portugal 

La recomendación de Alba Armida, redactora de VIAJAR. 

Si este verano tienes pensado visitar la zona noroeste de España, cruzar hasta Portugal y descubrir la 'Ávila portuguesa' es una opción fantástica. Y es que Braganza es como un escenario de película medieval, con su castillo, su casco antiguo y una bella plaza mayor en la que, sin duda, me pasaría toda la tarde contemplando a la gente pasar. 

Braganza, Portugal

Braganza, Portugal

/ Istock / Luis Fonseca

Más allá de su encanto único, Braganza me tiene conquistada desde mi niñez. Hace años, cruzaba con mi familia cada verano el Parque Natural de Montesinho para llegar a una ciudad en la que comprar manteles, toallas y ropa de cama. Ahora bien, lo que nunca se me borrará de la mente es su exquisita gastronomía. En una casa de comidas (de la que ya no recuerdo el nombre) probé por primera vez el bacalao y mi amor por este pescado sigue intacto desde entonces. 

Melilla, España 

La recomendación de Pablo Fernández, subdirector de VIAJAR. 

En realidad, esta recomendación tiene trampa. Nunca he estado en Melilla... pero espero poder remediarlo pronto. Durante años, Melilla ha sido mirada con desdén e incomprensión. Con un pie entre España y Marruecos, la ciudad autónoma posee una personalidad compleja, lo que a veces inquieta a los amigos de lo normativo. Y para combatir los prejuicios, nada mejor que viajar. 

Edificio 'La Reconquista' de Melilla.

Edificio 'La Reconquista' de Melilla.

/ Istock / MaestroBooks

Uno de los principales atractivos de Melilla es su legado modernista. En una ciudad de poco más de 80.000 habitantes hay 500 obras catalogadas como modernistas, lo que la convierte en la segunda ciudad española con mayor número de edificios de este estilo –solo superada por Barcelona-. Debido a su ubicación, lugar de paso de varias civilizaciones -fenicia, romana, vándala, bizantina y árabe-, la ciudad cuenta con iglesias, sinagogas y mezquitas. Y su centro histórico, conocido como “Melilla la vieja”, es una ciudadela amurallada de origen renacentista. ¡Qué ganas tengo de ir a Melilla! 

Petra, Jordania 

La recomendación de Virginia Lázaro, editora gráfica de VIAJAR. 

Cuando fui a Jordania en agosto, no las tenía todas conmigo. El calor que hace es tremendo, pero no contaba con el contraste de temperatura entre el día y la noche y francamente, eso hace que sea todo mucho más llevadero y además hay (había) muy pocos turistas. Mi visita a Petra fue un sueño hecho realidad y de verdad que no decepciona. La entrada desde el desfiladero del Siq, te va preparando para encontrarte de bruces con El Tesoro, la imagen más conocida de Petra y de sus construcciones nabateas. Pero lo que realmente es fascinante, es visitar esa ciudad excavada en la roca y perderte durante horas por ella. Es una ciudad viva, llena de gente que te acoge y que, por un módico precio, te enseña sitios poco transitados y fuera de la ruta habitual turística.

El Tesoro, Petra.

El Tesoro, Petra.

/ Istock / vovashevchuk

Subir al monasterio y ver las vistas del desierto desde lo más alto de Petra, es espectacular y hace que el calor, el sudor y la sed (tranquilos que todo el rato hay gente ofreciéndote bebida y llevarte en burro) merezca la pena. Fundamental: Ir con algo leído sobre la historia de esta ciudad y la importancia que tuvo como punto comercial dentro de la Ruta de la Seda. Es increíble estar en una ciudad fundada a finales del siglo VIII a. C. Y ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Espectacular. 

Mechelen/Malinas, Bélgica 

La recomendación de Lidia Lozano, redactora de VIAJAR. 

 Estudié y viví medio año en Amberes (Antwerpen), una ciudad que no conocía siquiera de oídas pero que acabó convirtiéndose en mi segunda casa. Si bien es cierto que su parecido a mi Madrid natal y a la capital belga, Bruselas, hacían que a veces fuera un tanto agobiante. Bélgica, que es un país muy pequeño, invita a sus visitantes a conocerlo entero, de punta a punta, en un medio tan sencillo como es el tren.  

Plaza Grote Markt en Malinas, Bélgica

Plaza Grote Markt en Malinas, Bélgica

/ Istock / bbsferrari

A menos de quince minutos en tren se encuentra Mechelen –Malinas en castellano–, la que podría denominarse como ‘la pequeña Amberes’. Es tranquila, amable, repleta de parques y jardines, con la arquitectura flamenca más típica, restaurantes exquisitos y asequibles, tiendas artesanales... Y una torre con una historia de lo más poética. Se cuenta que la torre de San Rumoldo ardió hace cientos de años. La voz de alarma la dio un vecino conocido por su predilección hacia la bebida, y los ciudadanos comenzaron a lanzar cubos de agua sobre ella.  

Así pasaron los minutos, pensando que perderían su torre, hasta que se dieron cuenta de que era la luz de la Luna la que provocaba aquella ilusión. Desde entonces, se conoce a los lugareños como “apagalunas” y su bandera ondea los colores del fuego: amarillo y rojo. Esa magia legendaria que da forma a su historia es también la que se respira en la ciudad, con aspecto de pueblo, y con todo lo necesario para conocer Bélgica desde otro punto de vista, huyendo de las aglomeraciones del verano. 

Cluj-Napoca, Rumanía 

La recomendación de Laia Carpio, redactora de VIAJAR. 

Hace un par de meses, viajé por casualidad a Cluj para participar en un proyecto universitario. Fui sin expectativas, ya que desconocía la zona (aunque, al mencionar que está en Transilvania, es probable que penséis en cierto personaje literario...).  

Cluj-Napoca, Rumanía

Cluj-Napoca, Rumanía

/ Istock

La ciudad me sorprendió en todos los sentidos: sus calles están adornadas con edificios que reflejan los estilos arquitectónicos de las capitales europeas más conocidas, pero con una marcada influencia de Europa del Este. Esto la convierte en un destino ideal para aquellos que desean descubrir una nueva cultura sin alejarse demasiado de su zona geográfica de confort.  

En otras palabras, si quieres evitar los típicos destinos como Roma, París o Londres, Cluj-Napoca es una excelente opción a considerar. A diferencia de esas ciudades, casi no hay turismo. Al pasear por las calles empedradas, bordeadas de casas de vivos colores, se percibe la tranquilidad de los habitantes de Cluj: niños jugando en las plazas, ancianos conversando en los bancos... Espero no ser la causante de una futura masificación turística con este artículo, pero esta ciudad es verdaderamente un tesoro escondido en el este de Europa.

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