Estas dos ciudades italianas te enamorarán: Bérgamo y Brescia, capitales culturales de Italia 2023

Son dos de las localidades más bellas de la Lombardía italiana, pero este año forman una sola capital: la Capital Italiana de la Cultura 2023. Bérgamo y Brescia están hermanadas este 2023 y es la primera vez que Italia elige dos ciudades para ostentar este reconocimiento. 

Separadas por algo más de 50 kilómetros, pero unidas por tantas cosas: sus plazas porticadas, su profusión de palacios de los siglos XVI y XVII, sus castillos y fortificaciones, su localización a los pies del cinturón prealpino… La belleza natural y la rica arquitectura de Bérgamo y Brescia han mantenido un diálogo durante siglos.

Bajo el lema de ‘la ciudad iluminada’, Bérgamo y Brescia buscan salir del periodo oscuro de la pandemia y ser un faro que guía este año a toda Italia. Pero también buscan estar abiertas a la luz de la razón en temas como la transición ecológica y a la hora de estrechar lazos culturales, deportivos, políticos. Su unión se materializa no solo en este título de capitalidad cultural, sino en una vía física, la Via delle Sorelle, una ruta a pie de 130 kilómetros que une Bérgamo con Brescia recorriendo paisajes e iconos de ambas ciudades. Y también en dos arcos digitales con forma de puerta de espejos, colocados cada uno en la Piazza Vittoria de Brescia y en la Matteotti de Bérgamo y que permiten comunicarse a los habitantes de ambas localidades mediante una cámara de vídeo. El diálogo entre las dos ciudades continúa.

Además de las capitales italianas de la cultura (permítasenos el plural), Bérgamo y Brescia son las ciudades de los tesoros escondidos. Desde la Città Alta de Bérgamo al parque arqueológico romano de Brescia (el área arqueológica y museística romana más importante y más grande del norte de Italia). Desde la escultura de la Victoria Alada de Brescia, uno de los pocos supervivientes en bronce al naufragio de la antigüedad, hasta el bello e inesperado 'San Sebastián' pintado por un precoz Rafael y que se conserva en la Academia Carrara de Bérgamo. 

Este 2023 es la oportunidad para visitar las dos ciudades, aprovechando la multitud de eventos y exposiciones relacionadas con la capitalidad cultural, pero también es el pistoletazo de salida para incluirlas en nuestra lista de destinos en los próximos años y presenciar la forma que romanos, lombardos y venecianos imprimieron en ellas. 

Qué ver en Bérgamo

Rodeada de murallas venecianas construidas durante el siglo XVI que se atraviesan con un funicular que sube hasta esta zona alta de la ciudad incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2017. Recorrer la Città Alta es hacer un viaje en el tiempo por uno de los centros históricos más bellos de Italia. 

Muy cerca de la Città Alta, pero ya fuera de ella, se encuentra esta pinacoteca a la que se puede acceder bajando por la via San Tomaso.

Llena de cuadros de Moroni, Rafael, Caravaggio, Canaletto, Mantegna, Bellini, Botticelli, Lorenzo Lotto..., la Academia Carrara comenzó con la donación de los cuadros de Giacomo Carrara en 1796, donación que han seguido imitando muchos coleccionistas y que ha permitido reunir una amplia representación de obras del arte italiano de los siglos XV hasta el XIX. Hay desde pintura (con 1.587 cuadros) hasta esculturas (132), porcelanas, medallas y grabados. Varias exposiciones celebran este año la doble capitalidad cultural en esta academia que reabrió en enero de 2023 tras unas obras y que tiene previsto crear una salida directa del museo al jardín y una cafetería. La Academia Carrara es la sexta pinacoteca italiana en términos de patrimonio artístico.  

La parte más moderna de Bérgamo no tiene cuestas, por lo que es ideal para recorrerla andando. Se puede empezar por la Porta Nuova, la antigua puerta de entrada de la Città Bassa, formada por dos edificios de estilo neoclásico que enmarcan la colina. Varias avenidas (la de Vittorio Emanuele II, la de Roma y la del Papa Giovanni XVIII) conducen de la zona baja a la alta y están llenas de palacetes espectaculares. 

Tras la Porta Nuova cruza el Senterione, con su hilera de castaños, un lugar perfecto para pasear y cobijarse bajo el Quadriportico de uno de sus laterales, un elegante porticado decorado con mármoles y lleno de refinadas tiendas y cafés. Enfrente, el teatro Donizzeti, dedicado al compositor bergamasco. Más tiendas, pequeñas plazas y curiosos callejones esperan al viajero en la zona, así como iglesias, como la de San Bartolomeo y Stefano, con el famoso 'Retablo Martinengo' de Lorenzo Lotto. Y, de colofón, unas compritas en la histórica Via XX Settembre.

Qué ver en Brescia 

Recorrer el parque arqueológico romano es sentir el peso del imperio en la ciudad de Brescia, pero también la belleza de sus creaciones, como la inesperada estatua de bronce de la Victoria Alada, símbolo de la ciudad encontrada en unas excavaciones el 20 de julio de 1826 pero fechada en el siglo I d. C. El nuevo hogar de la Victoria Alada es este museo romano donde estuvo en su origen y al que vuelve después de haber pasado unos años en Santa Giulia. Ahora mira majestuosa y misteriosa al viajero desde un pedestal diseñado por el arquitecto español Juan Navarro y tras haber sido sometida a una exhaustiva restauración por el Opificio delle Pietre Dure de Florencia. 

Pero antes de entrar a ver a la Victoria Alada y otros restos de bronces y mosaicos romanos encontrados en esta zona y protegidos ahora por un museo, el viajero debe plantarse ante el templo del Capitolio, de dedicado a las tres divinidades capitolinas: Minerva, Júpiter y Juno. Es frente a este donde se puede observar la única columna intacta que se conserva de ese año 73 d. C., cuando se construyó. Es la columna de la izquierda, algo solitaria y apartada de las demás, pero poseedora de la mejor anécdota del parque: dicen que la zona estuvo sepultada durante siglos por tierra, pero que de ella sobresalía la parte de arriba de una columna corintia de mármol blanco que utilizaban los propietarios de un huerto privado como mesa de té. Es esta columna la que dio origen a las excavaciones a principios del siglo XIX que sacaron a la luz este tesoro romano, el área arqueológica romana más grande y mejor conservada del norte de Italia. 

El parque cuenta también con un teatro, al este del templo y construido hacia el siglo I d. C., y con los restos de una basílica. El teatro romano es uno de los más grandes de la Italia septentrional y tenía capacidad para 15.000 espectadores.

El monasterio fundado por el último rey lombardo, Desiderio, en el siglo octavo después de Cristo es Patrimonio de la Humanidad desde 2011 dentro de la categoría de ‘Los lombardos en Italia. Lugares de poder (568-774 d. C.)’. Dedicado a Santa Giulia, hija de Desiderio, en sus estancias acabó la joven tras ser repudiada por Carlomagno. Tras ser monasterio y hasta almacén de armas, se reabrió como museo en 1998 (es su 25 aniversario este 2023) y hoy, conocido bajo el nombre de Il monastero di San Salvatore e Santa Giulia alberga los tesoros más valiosos de Brescia y cuenta con edificios de diversas épocas: la iglesia lombarda de San Salvatore, el oratorio románico de Santa María in Solario, la iglesia y coro renacentistas y un claustro. 

Dentro de las estancias, hasta 11.000 objetos, desde reliquias de marfil hasta frescos y cruces como la de Desiderio, del siglo IX, el tesoro del monasterio ubicado en Santa María in Solario bajo un cielo pintado de estrellas. Realizada con materiales de diferentes épocas, la Cruce di Desiderio está formada por hasta 212 objetos, incluidos camafeos romanos.

Otra de las partes más sorprendentes es la que alberga los restos romanos, incluidas dos domus casi perfectamente conservadas, y que se han reinaugurado recientemente. También destacan las Cabezas Escondidas, unas cabezas de bronce también descubiertas junto a la Victoria Alada en 1826 y entre las que se puede reconocer al emperador Septimio Severo y a una mujer de la familia Flavia.

La iglesia de San Salvatore y el Coro de las Monjas son dos de los lugares de visita imprescindible en el museo. Los frescos de estos dos importantes ejemplos de la arquitectura religiosa lombarda son magníficos. Son obra de Paolo da Caylina el Joven, Romanino, Ferramola… Tal vez los más espectaculares son los del coro por ser un lugar que estuvo oculto al público durante siglos y al que solo accedían las monjas benedictinas.

De los restos de arquitectura fascista de la Piazza de la Vittoria (en la que tiene parada el metro de la ciudad, inaugurado en 2013) se pasa a la perfección renacentista de la Piazza della Loggia, la más bonita de Brescia y donde está el ayuntamiento, y enfrente, la famosa Torre del Reloj, del siglo XV y con sus dos ‘locos de las horas’ marcando el paso del tiempo. 

La Piazza della Loggia está unida a la del Duomo (dedicada a Pablo VI) por un pasadizo arcado, pero merece la pena dar una pequeña vuelta y entrar en ella por la Via Trieste: el efecto sorpresa al ver la catedral nueva (con su espléndida fachada barroca en mármol) y la catedral vieja es incalculable. Al Duomo Vecchio lo llaman la Rotonda, por su forma circular. Esta vieja y única iglesia románica circular data del siglo XI, pero en su interior se pueden admirar restos de una basílica anterior (del siglo VI) y hasta un balneario romano. Como nos cuenta una de nuestras guías por la ciudad, Maddalena Carnaghi: “Si miras hacia abajo en Brescia, siempre encuentras algo romano”. 

Conocido como el Falcone (halcón) d’Italia, se cree que el castillo es el origen de la ciudad de Brescia. En esta ocasión subimos hasta la colina Cidneo haciendo la primera etapa de la recientemente inaugurada Via delle Sorelle, el camino de 130 kilómetros que une Brescia y Bérgamo en seis etapas y creado con motivo de la capitalidad cultural de ambas ciudades. Es fácil llegar al castillo por esta vía: solo hay que seguir las indicaciones colgadas en árboles y faroles o bien las pegatinas que indican el camino. 

Entramos por la puerta del foso y una vez dentro, nos dejamos conquistar por la Strada Soccorso, el pasadizo secreto que se utilizaba cuando la ciudad era asaltada y que reabrieron en 2022 tras una rehabilitación, y por las múltiples esculturas de primates diseminadas por el castillo y creadas por el artista Davide Rivalta bajo la exposición 'Sogni di gloria' (Sueños de gloria) y que hacen un guiño a ese zoo que albergó el castillo de Brescia hasta 1988.

El castillo alberga también un observatorio astronómico, un museo de armas y un Museo del Resurgimiento. Y desde la Torre Miravella, la más alta del castillo, nos dejamos conquistar por las vistas desde una de las construcciones fortificadas más complejas de toda Italia.

En una ladera de la colina sobre la que se asienta el castillo divisamos el viñedo urbano más grande de Europa, el viñedo Pusterla, donde se ha cultivado la vid desde el año 1037. Sus cuatro hectáreas de uva invernenga, una variedad autóctona bresciana, producen unas 5.000 botellas de este vino muy salino y de color amarillo intenso. Bendecido por los vientos del vecino monte Guglielmo que purifican esta área, el viñedo alberga algunas obras de arte al aire libre, un maridaje entre vino y arte de lo más recomendable. Para los 'wine lovers', fundamental probar uno de los vinos producidos bajo el método 'champenoise' en la región de Franciacorta, entre el lago Iseo y Brescia, al grito de ‘un bollicine, por favor’.

Cómo llegar

Tanto Bérgamo como Brescia están conectadas con Milán por tren. El trayecto entre Milán y Bérgamo ronda los 50 minutos y entre Milán y Brescia, poco más de media hora. Una ventaja para incluirlas como añadido, por ejemplo, a tu escapada a Milán. Para los que opten por el avión, Bérgamo está a cinco kilómetros del aeropuerto Milán-Bérgamo, el tercer aeropuerto más grande de Italia.