En lo más alto de Asturias, entre montañas, se esconde un precioso pueblo ejemplar
Este pequeño pueblo de apenas 109 personas se sitúa a más de 1023 metros por encima del nivel del mar, y tiene el mejor queso de cabra del mundo.
Asturias es, en todos los sentidos, un paraíso natural. Cuando uno piensa en esta comunidad norteña, se le vienen a la cabeza esos verdes tan naturales que caracterizan sus paisajes, esos pueblos encantadores por los que merece la pena perderse y esa rica gastronomía que hace de esta una de las mejores comunidades. Asturias se nutre de su tradición, y el pueblo escogido como el más ejemplar de 2024 es el ejemplo perfecto de ello. Conocido más bien por sus quesos, galardonados en varias ocasiones, estamos hablando de Sotres, un pequeño rincón de Asturias que merece la pena visitar por lo menos una vez en la vida.
El pueblo entre Los Picos de Europa: Sotres
Situado en el concejo de Cabrales, este valle, a 1,023 metros por encima del nivel del mar, es uno de los pueblos más altos de Asturias. Alberga la suerte de tener como telón de fondo las majestuosas cumbres de los Picos de Europa. Llegar hasta él parece misión imposible si no estás acostumbrado a conducir por carreteras asturianas: llenas de subidas empinadas y con varios acantilados a cada rato en el camino. Pero la subida merece la pena, porque este pueblo ofrece una de las mejores vistas que vas a poder encontrar en esta comunidad y de la que hablaremos más adelante.
Sotres puede denominarse como uno de esos pueblos que eran y aún son pueblos de verdad. Apenas quedan ya quienes vieron este sitio lleno de habitantes; ahora son 109, bastante alejado de los 800 que pudo haber en épocas anteriores. También se dice que de aquí salieron los primeros guías de montaña y escalada de los Picos de Europa debido a su proximidad. Y es que Sotres es un pueblo que destaca por ser el inicio de muchas rutas que llevan hasta los picos. El pueblo se ha adaptado a los nuevos tiempos y ha abierto sus puertas al turismo, pero sin perder la esencia que lo caracteriza.
El queso de Sotres: denominación de origen protegida
Pocos ganaderos quedan ya, pero los que quedan siguen dedicándose a la tradición por excelencia de Sotres: el queso Cabrales. Este pueblo reúne todas las condiciones necesarias para crear uno de los quesos más reconocidos del Principado de Asturias. Gracias a las cuevas que hay cerca del pueblo, pueden madurar el queso de forma natural, obteniendo así un sabor incomparable a cualquier otro. Y es que la ganadería aquí es la que ha salvado la vida al pueblo en muchas ocasiones; los secretos de la creación de este queso han pasado de generación en generación, formándose así una tradición única que sigue, a día de hoy, muy viva. Si pasas por Sotres y no pruebas este manjar, nunca podrás decir que has estado en Sotres.
Las rutas que puedes hacer desde Sotres
Uno de los principales atractivos de este pueblo (aparte de su queso) es la multitud de opciones a la hora de escoger una ruta. Entre las más conocidas tenemos el ascenso al Naranjo de Bulnes, o más bien conocido como el Picu Urriellu, una de las montañas más altas de Los Picos de Europa. No todo el mundo que hace esta ruta necesita escalar este gran coloso; la ruta sirve también para acercarse a él y admirar su impresionante envergadura. Los Picos de Europa son uno de los patrimonios naturales más importantes que tenemos en España, y el viaje a ellos desde Sotres es ya imprescindible para cualquier senderista o alpinista que se precie.
Pero si la belleza de este concejo te atrapa, con solo alejarte un poco podrás apreciar una vista que poco tendría que envidiar a un cuadro: el cielo estrellado sobre los Picos de Europa y el pequeño pueblo de Sotres en el valle, iluminado con una luz cálida, una combinación que te parecerá casi irreal.
Por su persistencia en la tradición, la majestuosidad de sus panoramas y por mucho más, Sotres ha ganado con creces el distintivo a Pueblo Ejemplar 2024. Y ha sido gracias a este premio que muchos han podido conocer este pequeño pueblo escondido entre las montañas. Esto demuestra que no hace falta irse lejos para buscar lugares que tengan una tradición tan arraigada como este y en los que se pueda disfrutar plenamente de una gastronomía y unos paisajes inolvidables.