Las mejores rutas para irte a los Picos de Europa este otoño

16 parques nacionales hay en España y, de todos ellos, el más antiguo, el primero en ser declarado como tal, es el que discurre entre Asturias, Cantabria y León bajo el nombre de Picos de Europa. 671 kilómetros cuadrados de impresionantes montañas, cautivadores lagos, pueblitos de lo más lindos y fauna salvaje del tipo osos pardos, lobos o rebecos. Búscalo un momento en Google y flipa: es la pura demostración de que no es necesario irse a la conchinchina para disfrutar de paisajes de película. Te basta con subir al norte. Y, ya que vas, te vamos a chivar las tres mejores rutas senderistas de la región. Zapatillas cómodas, cantimplora y móvil apagado. Hora de desconectar.

Ir a los Picos de Europa y no echarle una ojeada a los Lagos de Covadonga es casi un sinsentido. Al fin y al cabo, son uno de los platos estrella del parque. Y lo bueno que tiene esta ruta es que no es muy difícil ni por desnivel ni por longitud: se trata de un recorrido circular de unos seis kilómetros que suele completarse en unas tres horitas. ¿Qué te vas a encontrar? Este sendero circular rodea los lagos Enol y La Ercina, dos lagos glaciares situados a 1.070 y 1.108 metros respectivamente, con vistas panorámicas de los picos circundantes y rodeados de unos prados verdísimos llenos de vacas pardas de montaña que parecen robados de Suiza.

¿Subimos un poquito el nivel? La Ruta del Cares es una caminata de ida y vuelta de aproximadamente 21 kilómetros, por lo que aquí tardarías algo más: en torno a las siete horas si vas tranquilo. Esta es una de las rutas más espectaculares de los Picos de Europa y discurre entre los pueblos de Caín (León) y Poncebos (Asturias), atravesando un profundo desfiladero a lo largo de un sendero en ocasiones excavado en la roca. No es especialmente peligrosa, pero requiere atención en algunos tramos muy estrechos. Es la ruta para quienes ya tienen algo de experiencia y fondo en esto del senderismo. Merece una barbaridad la pena.

Y esta ruta para los más pros. La caminata comienza tras ascender a las montañas con el teleférico de Fuente Dé, desde donde se accede a las alturas del macizo central de los Picos y, desde ahí, debes seguir un sendero que desemboca en la base del Naranjo de Bulnes, un pico mítico de la zona.

El camino parece sacado de un capítulo de Heidi. Es a ratos precioso y a ratos sobrecogedor. Eso sí: aunque son solo unos nueve kilómetros de recorrido, la dificultad es alta debido a las condiciones del terreno. No obstante, en unas cuatro horas deberías de haberla terminado. La majestuosidad del lugar quedará grabada en tu memoria para siempre. No hay chance a que no sea así.