La otra Sagrada Familia es igual o más bonita que la original y se esconde en un pequeño pueblo de Tarragona
Analizamos cada detalle de esta preciosa ermita que supone un conjunto arquitectónico único en el mundo.
Hace pocos meses tuve la suerte de ver la Sagrada Familia en Barcelona. Ese gran icono que sube y sube hasta casi tocar el cielo azul. La vista era impresionante, la mirases desde el ángulo que la mirases. O al menos eso pensaba yo y la mitad de turistas que andaban por allí sacando fotos. Eran bastantes. Os podéis imaginar mi sorpresa cuando he descubierto que en Tarragona hay una "mini" Sagrada Familia. Eso sí, esta es mucho más tranquila, ya que se encuentra bastante alejada de la urbe, y tiene características mucho más impresionantes y bonitas.
Su arquitecto era estrecho colaborar de Gaudí y tomó bastantes referencias de la gran basílica para hacer este templo en el municipio de Montferri. Al igual que él, no pudo ver completada su obra. Te invito a conocer conmigo esto y muchos otros detalles más de El Santuario de la Virgen de Montserrat.
El Santuario de la Virgen de Montserrat, un tema de distancias
Montferri es un municipio que cuenta con apenas 435 habitantes. Caracterizado por su gran devoción a la virgen de Montserrat, era tradición peregrinar todos los años tras la vendimia hasta el Monasterio de Montserrat para adorar a La Moreneta. Este camino era algo largo, y para evitarlo empezó a rondar la idea de crear un templo propio a las afueras del pueblo. Así entra en escena el arquitecto modernista Josep María Jujol, que era conocido por su estrecha relación y colaboración con Gaudí— los cuales llegaron a compartir casa durante la construcción de la Sagrada Familia— y sus centenares de aportaciones a la arquitectura catalana.
Esta construcción pertenece completamente a los habitantes de Montferri, ya que fueron sus donativos y sus propias manos las que elaboraron los ladrillos de la ermita con moldes de madera caseros. También usaron la grava del río que pasaba cerca de la comarca— el Gayá— como cemento. Se documenta el 15 de noviembre de 1925 el comienzo de la construcción. Sin embargo, llegaban tiempos convulsos, y en 1931 se tuvo que paralizar, quedando dañada la mayoría de su estructura en la Guerra Civil Española. Tomó el relevo Joan Bassegoda, que consiguió inaugurar el templo el 30 de mayo de 1999. Josep María Jujol jamás vería su proyecto acabado —casi como una maldición que sigue a todo aquel que acompaña a Gaudí—, ya que murió en 1949.
Los pequeños detalles son siempre los que marcan la diferencia
La composición de esta ermita es ingeniosa a la vez que preciosa. En cuanto a detalle no tiene nada que envidiar a la Sagrada Familia. Vidrieras en forma de corazón decoran la fachada y unen los 42 pilares y 33 cúpulas que la forman. Josep Jujol quería ser fiel al elemento al que se veneraba, por ello debió de pensar— me adelanto pidiendo perdón por el uso de la siguiente licencia poética— que si Mahoma no va a la montaña, la montaña estará con Mahoma. Y así diseño las cúpulas: redondeadas, que se asemejan a las montañas del macizo de Montserrat, donde está ubicado el monasterio original de culto a la virgen.
En su interior, dos escaleras situadas a ambos lados del altar llevan al visitante a ver la imagen de la virgen, colocada en lo alto coronando la ermita, y las barandillas en las que se apoya la gente al subir tienen el sello de Jujol. Otra curiosidad de la composición de este magnífico edificio es que está diseñado en forma de barco, y "la proa" apunta directamente al macizo rocoso de Montserrat.
Donde disfrutar de otras "maravillas" en Montferri
A una hora de Barcelona encontramos este magnífico pueblo en el que hay mucho más con lo que maravillarse que la ermita. Si eres amante del vino o de la cerveza, enhorabuena, aquí has dado con un diamante en bruto. Por un lado, tenemos la Bodega de Vino y Cava Vives Ambrós, con una tradición vinícola centenaria reconocida a lo largo de los años por multitud de instituciones. Su viñedo recorre las tierras del pueblo, por lo que si te apetece realizar una visita guiada con ellos podrás pasear muy cerca de la ermita, con la que tienen la suerte de casi compartir terreno.
Otra parada imprescindible es la cervecería artesanal de Les Clandestines. Una pequeña marca iniciada por tres amigos que querían desarrollar su pasión por la cerveza. Y así empezaron a hacer cerveza artesanalmente, ofreciéndola tímidamente a los habitantes del pueblo que se entusiasmaron con el sabor natural que tenía. La llamaban "la clandestina", de ahí el nombre de la marca. Entre las variedades que producen se encuentran 4 Maltas, Negra, Rubia, Tomillo, Espelta, Atheus y Gaianada. Estas dos paradas son indispensables junto a tu viaje a ver la Ermita de la Virgen de Montserrat.
Con cada detalle, cada terreno y cada historia, la Ermita de la Virgen de Montserrat resulta algo realmente cautivador. De nuevo descubrimos que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas, y es aquí en este pueblo donde encontramos una maravilla que merece mucha más atención que la ya muy visitada Sagrada Familia. Son en estos sitios, donde la artesanía es la tónica de éxito, donde merece la pena poner nuestro radar turístico. Por ello apúntate bien esta visita y disfruta de la verdadera esencia de las pequeñas cosas.
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