La 'ciudad de vacaciones' con vistas al mar en Asturias que fue abandonada hace casi dos décadas

Construido en 1954, este municipio fue escogido por sus bajos precios y hermosos paisajes, para el disfrute de trabajadores de empresas públicas.

El complejo de Perlola, hoy avandonado, en Asturias
El complejo de Perlola, hoy avandonado, en Asturias / Wikimedia Commons/velisj2

Su nombre es 'Ciudad de Vacaciones de Perlora', cuenta con una extensión de 356.600 metros cuadrados, y está ubicada en el municipio asturiano de Carreño, próximo a Gijón. Fue abandonada en 2006, y desde entonces continúa sumando años de abandono y olvido, sin ninguna previsión de restaurar y mejorar las condiciones del complejo turístico. Los años han pasado para Perlora, y el paso del tiempo se ve reflejado en el estado de sus viviendas, la hierba sin cortar o el silencio de sus calles.

Una imagen prácticamente apocalíptica desde que fue deshabitada hace dos décadas, que a día de hoy se ha acentuado debido al derrumbamiento de varios alojamientos y edificios pertenecientes al municipio. Las sensaciones de olvido, oscuridad o declive, fueron en su día emociones positivas, familias felices disfrutando del verano y un auge del turismo y la popularidad en la comarca asturiana.

Se hundió tras la muerte de Franco

Fue construido en 1954, en pleno régimen franquista, con 273 chalés en su plantilla, numerosas instalaciones e incluso una iglesia junto al Mar Cantábrico. La idea del proyecto fue crear un destino vacacional para trabajadores de empresas públicas que llegaban de numerosos lugares de España, normalmente en estancias quincenales. A día de hoy no existe ningún proyecto de renovar y dar una segunda vida al complejo turístico ubicado en un lugar privilegiado, pues según aseguró el parlamento hace algo menos de cinco años.

El nuevo complejo de Pérlola, a orillas del Cantábrico

El nuevo complejo de Pérlola, a orillas del Cantábrico

/ Istock / Angelica Yunuhen

Con su construcción se trató de ensalzar y valorizar la ciudad para uso de los trabajadores, al igual que ocurrió con otros puntos vacacionales del mismo estilo repartidos por la geografía española. Tras su construcción, los primeros turistas llegaron, y hubo que repartir las viviendas "de acuerdo a las necesidades familiares de cada trabajador". Por ejemplo, familias numerosas pagaban algo menos.

Sin embargo, tras la muerte de Francisco Franco, Perlora no consiguió encontrar un hueco en la sociedad de entonces y se apagó ante los ojos de sus trabajadores y veraneantes. La propiedad pasó a manos del Gobierno del Principado de Asturias en 1982, cuando comenzó su verdadero deterioro, hasta que en 2005 el edificio principal del complejo vacacional fue derrumbado. Pese a su dramática situación, el Gobierno asturiano destina 1,4 millones de euros al año en su mantenimiento.

Síguele la pista

  • Lo último