El rincón secreto de Zaragoza: un lugar para esconderse

Un parque verde, muy verde, donde respirar tranquilos.

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Zaragoza, una ciudad repleta de historia y monumentos emblemáticos, guarda en su interior un rincón especial que no todos los visitantes llegan a descubrir: el Parque Grande José Antonio Labordeta. Este parque no solo es el más extenso y complejo de la ciudad, sino que también representa un equilibrio perfecto entre naturaleza, ocio y patrimonio cultural, ofreciendo a zaragozanos y turistas un respiro verde en medio de la urbe.

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El oasis del cantautor

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Un parque lleno de vida y cultura

El Parque Grande José Antonio Labordeta, inaugurado en 1929 bajo el nombre de Parque Primo de Rivera, fue ideado por el concejal Vicente Galbe Sánchez-Plazuelos. Durante más de 80 años, fue el espacio verde más grande de Zaragoza hasta que, en 2008, fue superado en tamaño por el Parque del Agua Luis Buñuel. A pesar de este hecho, el Parque Grande sigue siendo un lugar de referencia en la ciudad, no solo por su amplitud, sino también por su riqueza natural y arquitectónica.

Con 270.466 metros cuadrados, este pulmón verde alberga una variedad de zonas que van desde áreas boscosas de pinares, hasta grandes avenidas y jardines ornamentales. La Avenida de San Sebastián es uno de los puntos más destacables, flanqueada por majestuosos cipreses de Arizona y adornada con figuras de setos recortados y rosales que brindan un espectáculo visual único. Además, el parque cuenta con tres fuentes cibernéticas que añaden un toque de modernidad a este rincón natural.

Monumentos y espacios para todos

Uno de los principales atractivos del parque es su Jardín Botánico, donde los visitantes pueden contemplar una amplia variedad de especies vegetales, tanto autóctonas como exóticas, que aportan un toque de diversidad y conocimiento a los paseos. Este espacio se complementa con otras zonas de recreo como pistas de patinaje, juegos infantiles, cafeterías y kioscos que invitan a disfrutar de una jornada al aire libre.

Y de noche, también

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No podemos olvidar los monumentos emblemáticos que adornan el parque, entre los que destaca el Monumento a Alfonso I el Batallador, una imponente escultura dedicada al rey que reconquistó Zaragoza. Este monumento no solo es una pieza arquitectónica de gran belleza, sino que también conecta a los visitantes con la historia de la ciudad. El parque fue renombrado en 2010 en homenaje a José Antonio Labordeta, el querido cantautor y político aragonés, lo que refuerza el lazo emocional entre este espacio y la comunidad local.