El peculiar barrio de Zaragoza donde todavía viven en casas cueva
A lo largo de la Depresión del Ebro encontramos casas cueva que sorprenden por sus condiciones bioclimáticas.
Año 2024. Viajar al espacio ya es una realidad que contrasta fuertemente con el modo de vida de algunos de los habitantes de un barrio rural situado a las afueras de la ciudad de Zaragoza. Y es que este núcleo poblacional se encuentra en una ubicación muy peculiar, ya que se levanta sobre las laderas del escarpe de yesos que delimitan la zona norte de huertas del Ebro. Bienvenidos a las casas cueva de Juslibol.
En Juslibol levantar cualquier tipo de edificación resulta inviable, ya que la zona de huertas es inundable y en la cima del escarpe se encuentra el campo de maniobras más extenso de Europa, con unas 33.000 hectáreas. Por ello, y ante la imposibilidad de construir edificios de viviendas al uso, sus habitantes viven, como antaño, en algunas de las más de 200 casas cueva que se extienden en las inmediaciones.
Casas cueva al estilo ‘Los Picapiedra’
Muchos de nosotros, cuando se nos habla de casas cueva, dejamos volar nuestra imaginación y pensamos en una casa con todas las comodidades de hoy en día, como si estuviéramos viviendo en la película de ‘Los Picapiedra’. Y así es, porque a estas construcciones no les falta de nada. Hay quien podría pensar en cuevas prehistóricas más parecidas a cavernas en las que resguardarse del frío o de los animales salvajes, pero lo cierto es que en Juslibol, las casas cuentan con todas las comodidades modernas.
Hace unas cuantas décadas, estas casas cueva de este barrio rural zaragozano, estaban ‘en bruto’. Las paredes solo estaban encaladas y eran espacios diáfanos en los que no había diferentes estancias y el agua, por ejemplo, debía almacenarse en tinajas. Tras un arduo trabajo por parte de sus moradores, estas viviendas tan particulares fueron cogiendo forma y, hoy en día, si se contemplara tan solo su interior, nadie sospecharía donde están situadas.
Las comodidades de las casas cueva de Juslibol
Agua potable, electricidad y un entorno inigualable no son las únicas ventajas de residir en estas casas, ya que su situación hace que sean bioclimáticas. Mientras que en invierno pueden conservar el calor (con el consiguiente ahorro de energía en estufas o calefactores), en verano se vuelven espacios frescos en los que resguardarse del calor.
Las casas cueva no son solo seña de identidad de Juslibol, si no que se encuentran a lo largo de diversos pueblos de la ribera del Jalón, donde se llegan a constituir barrios enteros, como en Épila, Bardallur, Tauste o Remolinos. En todos estos casos, las casas cueva se excavan en la ladera, horadando su interior. Y, como la luz penetra únicamente a través de los vanos de sus particulares fachadas, no son generalmente muy profundas. Y, al exterior, lo único que sobresale es, en algunos casos, la chimenea.
Otro tipo de casas cueva: Salillas
Nos trasladamos ahora hasta Salillas, municipio oscense situado entre el valle del Ebro y los Pirineos para descubrir otro tipo de casa cueva con una construcción bastante diferente. Y es que en la zona no hay montes en los que excavar y solo se contemplan algunas colinas. Por ello, aquí hay unas 70 casas cueva que han sido excavadas bajo tierra y no horadadas en la montaña.
No solo en la Depresión del Ebro encontramos este tipo de viviendas. En España hay muchos más ejemplos que podemos visitar. En el barrio granadino de Sacromonte hay diversas casas cueva que hoy se encuentran abiertas y en las que se puede disfrutar de algún espectáculo flamenco. También es posible conocer la que en su día fue vivienda de Curro, el patriarca de Sacromonte. Y hay más, ya que también en Granada encontramos en Guadix otro ejemplo de casas cueva perfectamente conservadas.
Síguele la pista
Lo último