El Parador más pequeño de España: una joya acogedora que debes visitar

Los viajeros amantes de la Historia tienen en la Red de Paradores de España un conjunto de establecimientos que les permiten disfrutar de experiencias únicas, alojándose en las mismas dependencias que hace siglos ocuparon reyes, clérigos u otras personalidades relevantes.

Cada parador es único, pero el casi centenar de establecimientos se dividen en tres categorías que se adaptan a los diferentes tipos de viajeros. La Esentia, por ejemplo, recoge todos los hoteles ubicados en edificios históricos y monumentales, como podría ser el Parador de Baiona. Por su parte, Civia engloba aquellos establecimientos ubicados en destinos urbanos (Málaga Gifralfaro es uno de ellos) y, los Naturia se encuentran en espacios naturales del interior o de la costa.

Viajamos ahora hasta Cuenca para descubrir el Parador más pequeño de España abierto en la actualidad. Y ofrecemos este pequeño matiz, ya que, oficialmente, el más pequeño es el situado en el castillo de Monterrei (Ourense) con 12 habitaciones, pero este año ha echado el cierre de forma temporal para llevar a cabo diferentes obras de mejora.

Volvemos entonces a Cuenca para disfrutar de un coqueto parador que, a pesar de ocupar un castillo, cuenta tan solo con 14 habitaciones. ¡Bienvenidos al Parador de Alarcón!

En lo alto de una de las hoces del río Júcar conocida como Pico de los Hidalgos aparece ante el viajero un castillo con más de 13 siglos de historia que deja al explorador sin palabras; de hecho, está considerada la fortaleza mejor conservada de la provincia de Cuenca.

Antes de descubrir este alojamiento histórico contemplamos el exterior, con tres líneas de muralla originales, que lo unen al resto de fortificaciones de la villa de Alarcón. Y nos disponemos a entrar en el Parador a través del antiguo patio de armas, hoy convertido en los jardines y aparcamiento del edificio.

El castillo de Alarcón, baluarte cristiano desde 1184, se muestra ante nuestros ojos como un edificio gótico, salvo por su renacentista torre del homenaje, estructurado en torno a un pequeño patio interior con aljibe. Ahora bien, todas las dependencias internas han sido reconstruidas para adaptarlas a las necesidades del Parador, con una unión de estilos moderno y clásico en la que los textiles acentúan el carácter medieval. 

Las 14 habitaciones se dividen en tres categorías (doble estándar, doble superior y junior suite) que trasladan al viajero a la época medieval gracias a sus paredes, sus techos de piedra vista y su cuidada decoración. Además, cuentan con todas las comodidades modernas, como servicio de habitaciones, minibar con una cuidada selección de productos, caja fuerte con capacidad para ordenador portátil o pantalla plana de TV.

Y para que la experiencia en el Parador de Alarcón sea completa, el viajero debe visitar el restaurante, cuya gastronomía se fundamenta en la cocina conquense tradicional servida en un singular entorno medieval. Y es que el restaurante se ubica en la zona baja del castillo, con sus enormes techos y un ambiente solemne. Entre sus especialidades no pueden faltar algunos platos de la cocina manchega tradicional, como el guiso manchego, morteruelo, perdiz en escabeche, pisto y quesos de oveja bien regados con los vinos manchegos.

Una vez disfrutado el Parador más pequeño de España, llega el momento de atravesar sus muros para disfrutar de Alarcón, villa declarada Conjunto Histórico Artístico en 1981 que ofrece innumerables rincones con encanto. Ahora bien, si solo pudiéramos escoger algo que ver, serían, sin duda, las Pinturas Murales de Jesús Mateo en la hoy desacralizada iglesia de San Juan Bautista, patrimonio de la UNESCO desde 2005.