¿Pensando en el Puente de Agosto? 5 lugares perfectos y baratos para irte de viaje

Toda España disfruta de un puente vacacional gracias al día de la Asunción, que se celebra el 15 de agosto. Este año 2024 cae en jueves, por lo que serán cuatro los días libres que la mayoría de españoles tendrán. Trabajar en agosto es difícil, pero teniendo ese descanso a mitad de mes se hace un poco más llevadero, sobre todo si el plan no es el mismo de siempre.

Aunque la mayoría de pueblos celebran sus fiestas -o parte de ellas- el 15 de agosto y habrá muchos españoles que se decanten por pasar esos días allí, existen muchísimas opciones para disfrutar de esas pequeñas vacaciones que, a esas alturas del verano, nunca vienen mal. Desde VIAJAR proponemos algunos destinos tanto dentro como fuera de España para que no dejes de viajar este agosto.

El alma de los Pirineos se encuentra en el Valle de Arán. Si lo que buscas es una escapada natural y sin salir de España, este es tu destino ideal. Sus impresionantes paisajes parecen sacados de otros mundo, repletos de lagos, montañas, ríos y pequeños pueblos enclavados en los valles que se dejan entrever a través de los inmensos árboles. Además, está unido física y culturalmente a Francia, por lo que supone una experiencia inmersiva de lo más completa.

Es casi un país en sí mismo, ocupando solo 600 kilómetros cuadrados, solo un poco más del tamaño del Principado de Andorra. En cualquiera de sus puntos se abre paso una belleza inusual, en verano con unas temperaturas agradables, más bajas de lo habitual, y en invierno con un manto de nieve que lo cubre todo. Cualquiera de sus pueblos es también digno de visitar, desde Vielha o Salardú hasta Bausén o Bagergue, pues sus casa de piedra y su rico patrimonio no dejan indiferente a nadie.

La magia que desprende Edimburgo es siempre apetecible. La urbe escocesa está siempre viva, alegre, en la vanguardia aunque sin olvidar el pasado tan tradicional que le persigue sin maldad. Perderse por Edimburgo es igual que hacerlo en un cuento de fantasía donde ninguno de sus edificios desentona con el resto del entorno y la postal de todos sus barrios es tan bella que resulta casi inimaginable. El Castillo, la Royal Mile, el New Town o Calton Hill son algunos de los muchos rincones que se pueden descubrir en una escapada a la ciudad.

Ya sabíamos que Málaga es una de las mejores ciudades del mundo tanto para vivir como para jubilarse. Su eterna alegría, la amabilidad de sus gentes o la creciente oferta de ocio y entretenimiento hace de la ciudad andaluza un destino perfecto para cualquier ocasión. También para tomarse unas buenas vacaciones. Más aún si en lugar de hacerlo en la capital se hace en un pueblo donde la vida pasa tan despacio que todos los problemas caen en el olvido.

Estepona es uno de los pueblos blancos más bonitos de la urbe. En su casco antiguo no existe calle alguna que no desemboque en la playa, una costa de arena fina y limpia, aguas frías y poca gente donde huir del sofocante calor andaluz. Un buen pescaíto frito con vistas al mar es inmejorable en Estepona, así como un paseo por la playa o cualquier plan que implique estar cerca del centro y de la costa.

Este es otro destino marítimo del que disfrutar de un buen ambiente y de una playa agradable, aunque con una cultura totalmente diferente. El Mediterráneo baña sus costas, del mismo modo que lo hace con Estepona, y genera una brisa que se expande por sus barrios que parecen crecer sobre las colinas. La ciudad ya enamoró a artistas como Cézanne, Turner o Signac y hace lo propio con todos aquellos que acuden a descubrir el sur de Francia.

La ciudad dividida y a la vez unida por el gran río centroeuropeo, el Danubio que históricamente la ha separado en dos barrios, Buda y Pest, cuenta con una belleza única que la convierte en una urbe digna de visitar en cualquier época del año -aunque se diga que es el destino navideño perfecto-. Los vuelos nunca son excesivamente caros ni demasiado largos y el costo de vida es significativamente más bajo que en España, por lo que resulta uno de los destinos más baratos de Europa.

Más allá del Parlamento que acapara el protagonismo en todas las postales, Budapest está repleta de joyas contemporáneas y también históricas, como el Mercado Central, la Casa de la Música, el Palacio Real y sus correspondiente Galería Nacional, Museo de Historia y Biblioteca Nacional, la Isla Margarita, la Plaza de los Héroes o el Castillo de Buda. Así como restaurantes que parecen sacados de Harry Potter u otros más tradicionales donde degustar la curiosa gastronomía húngara.