Sevilla para principiantes: 7 rincones no muy conocidos que debes visitar

Sevilla es una ciudad con duende, una joya de ciudad donde el pasado y el presente bailan en perfecta armonía. Pasear por las estrechas calles empedradas del barrio de Santa Cruz, contemplar la majestuosidad de la Catedral de Sevilla, con su imponente Giralda que se alza sobre el horizonte o visitar el Real Alcázar y la Plaza de España, son rincones imprescindibles que narran la historia de la grandeza de Sevilla a lo largo de los siglos.

El viajero que llega a Sevilla por primera vez debe visitar los monumentos más importantes de la ciudad, pero, si dispone de algo más de tiempo, conviene que se anime a descubrir otros rincones más desconocidos pero que también cuentan con una belleza única.

La Torre del Oro es una de las señas de identidad de la capital andaluza, pero debe saber el explorador que a unos 200 metros se encuentra otra torre que ha caído en el olvido debido a la importancia de su hermana. Se trata de la Torre de La Plata, también conocida como Torre de los Azacanes en tiempos de Alfonso X.

Esta torre octogonal de finales del siglo XII y situada en la calle Santander, estuvo unida a la Torre del Oro gracias a una antigua muralla almohade hasta el siglo XIX, cuando fue derruida de forma parcial. Fue restaurada en 1992, pero a día de hoy ofrece un estado decadente con numerosa vegetación.

‘Desde 1856, cinco han sido las generaciones dedicadas a la escritura, a la tinta, al papel y a todo aquello que hace de tu escritorio un rincón especial’. Así se anuncia en su tienda online la Papelería Ferrer, un ejemplo de cómo la papelería más antigua de España también ha sabido adaptarse a los tiempos modernos.

La calle Sierpes es visita obligada para todo aquel viajero que pisa Sevilla. Y, aunque es cierto que la papelería Ferrer llama la atención por su fachada, nadie diría que por allí han pasado figuras como Gustavo Adolfo Bécquer o Juan Valera en calidad de asistentes a alguna de las tertulias literarias que allí se organizaban antaño.

La plaza de la Escuela de Cristo se encuentra escondida en el barrio de Santa Cruz entre la calle Mateos Gago y la calle Ximénez de Enciso. Desde ella el viajero tendrá acceso directo tanto al templo de la Escuela de Cristo como a la iglesia de Santa Cruz o a la Casa de la Hermandad de Santa Cruz.

Llaman la atención los naranjos, limoneros y macetas de geranios que le dan un ambiente de lo más mágico a esta placita que cuenta con una fuente en la que, hace tiempo, se podían ver diferentes peces de colores. También resulta imprescindible dedicar unos minutos a contemplar el azulejo del Cristo de las Misericordias, obra de Tova Villalva y fechado en 1922.

CasaLa Teatro es uno de los teatros más pequeños del mundo gracias a sus 28 butacas y 6 metros cuadrados de escenario. Un espacio único que, además, se sitúa en un enclave de lo más sorprendente: el mercado de abastos del sevillano barrio de Triana.

Con una programación que va más allá de espectáculos flamencos y de teatro, CasaLa Teatro ofrece shows de magia, música y danza, en un lugar mágico: los puestos 11 y 12 del Mercado de Triana. Sin duda, pasear por los puestos del mercado para contemplar las especialidades de la tierra y descubrir, como por arte de magia, un coqueto teatro, es una experiencia inigualable.

El explorador que sea amante de la cerveza, debe visitar la Factoría Cruzcampo, en la céntrica Avenida de Andalucía. De este laboratorio de ideas salen cervezas únicas que solo se pueden degustar in situ y que no llegan a ponerse a la venta. Además, se realizan catas, cursos y experiencias que son el regalo perfecto para cualquier amante de la cerveza.

La Factoría Cruzcampo es la sede de la Fundación Cruzcampo, que lleva desde 1995 creando oportunidades para las nuevas generaciones, impulsando su talento, apoyando la cultura y potenciando su formación e inserción laboral. Y lo mejor de todo es que puedes comprobar en primera persona su progreso gracias al restaurante que tienen abierto para todo el público.

En el barrio de El Arenal descubrimos casi una veintena de gigantescas naves de ladrillo conocidas como Reales Atarazanas, donde los carpinteros se dedicaban a la construcción de barcos y los pescadores y almacenistas a la salazón del pescado. Con el paso de los siglos, estas atarazanas se convirtieron en almacenes reales y aduana, hasta el siglo XVIII que cambiaron su función y sirvieron como fábrica y depósito de artillería.

El viajero que haya disfrutado con la serie ‘Juego de Tronos’ seguramente sea un enamorado de la capital andaluza, ya que en Sevilla se han rodado varias secuencias de la serie; de hecho, las Reales Atarazanas se han convertido en las mazmorras de la Fortaleza Roja, desde la que intentan escapar Jaime Lannister y Cersei. También es el lugar en el que Qyburn enseña a la reina del Trono de Hierro su gran arma secreta contra los dragones de Daenerys.

Situado en la Isla de la Cartuja, el Pabellón Hassan II (conocido como pabellón de Marruecos) fue construido para la Exposición Universal de Sevilla de 1992 y hoy alberga la sede de la Fundación Tres Culturas. El pabellón, construido con forma de estrella de Salomón o de ocho puntas, fue diseñado por el arquitecto francés Michel Pinseau, combinando modernas técnicas de arquitectura con el vistoso legado dejado por artesanos marroquíes. El espacio destaca por sus minuciosos trabajos de yesería, madera tallada y mosaicos realizados a mano.

La Fundación Tres Culturas ofrece un programa didáctico que permite al viajero descubrir el pabellón durante una interesante visita guiada en la que, además, se realizan diferentes actividades para profundizar en las culturas mediterráneas.

Sevilla tiene, en definitiva, rincones conocidos por todos, pero otros más escondidos e igual de maravillosos. Ahora que ya los has descubierto es momento de disfrutar de ellos y, en el momento en el que menos te lo esperes, habrás caído rendida a los pies de una ciudad para enamorarse una y mil veces. De ella y con ella.