Sevilla con duende: recorre la 'Perla del Guadalquivir' de la mano de la bailaora Cristina Hoyos

Dice la canción de Los del Río que Sevilla tiene un color especial, pero son cientos los matices que se nos descubren si paseamos por la Perla del Guadalquivir de la mano de la bailaora Cristina Hoyos. Conocer los rincones que la han inspirado y ayudado a crecer hasta convertirse en un referente mundial del flamenco es un auténtico regalo para el apasionado del arte en general y del flamenco en particular.

Nos encontramos en el Barceló Sevilla Renacimiento, moderno hotel ubicado en la isla de La Cartuja y centro neurálgico desde el cual comenzar esta ruta con duende. Allí nos espera Cristina Hoyos con un porte, una elegancia y un magnetismo que es dificil describir con palabras. Hay gente que desprende magia y Cristina es una de esas personas.

Nos espera por delante un fin de semana completo para descubrir una Sevilla diferente, la que ha recorrido infinidad de veces esta bailaora para encontrar los mejores mantones, los palillos que le permiten que sus manos vuelen o el luthier que prepara las guitarras para que, cada noche, su Museo Flamenco resuene como los cafés cantantes de hace varios siglos.

Barceló Sevilla Renacimiento, un hotel para todos los gustos

En la isla de La Cartuja se situa el Barceló Sevilla Renacimiento, establecimeinto emblemático en la ciudad por su arquitectura y su diseño que recuerda al museo Guggenheim de Nueva York. Cuenta con 295 amplias y luminosas habitaciones que lo convierten en el alojamiento perfecto para viajes de negocio (gracias a su espectacular centro de convenciones), turismo urbano o vacaciones en familia, ya que el parque temático de Isla Mágica se encuentra a escasos metros. 

Desde el hotel han elaborado un interesante mapa que recoge los sitios imprescindibles de Cristina Hoyos, para que el viajero pueda seguir sus pasos y descubrir una Sevilla diferente, más allá de los enclaves típicos, pero con la misma magia y mucho duende.

Tapas, paellas y cóteles de autor en La Cartuja

Antes de emprender nuestra ruta, hay que coger fuerzas y nada mejor que hacerlo en alguno de los restaurantes de este complejo formado por tres torres diseñadas por Javier Carvajal e inauguradas con motivo de la Expo del 92 . Encontramos el buque insignia, Arrozante,  marca del maestro arrocero Carlos Otaola en colaboración con Barceló que también se encuentra presente en otros hoteles de la cadena y cuyo plato estrella son las paellas de autor. También encontramos La Santa María Gastrobar, que propone al viajero un recorrido a través de diferentes tapas que homenajean las diferentes etapas que marcaron el viaje de Colón y el descubrimiento de América, muy ligado a este establecimiento.

La ruta con más duende de todo Sevilla

Descansados arrancamos esta ruta que nos ofrece seis paradas para conocer un poco más a Cristina Hoyos. La bailaora, actriz y coreógrafa, Premio Nacional de Danza y Medalla de oro de las Bellas Artes nos acerca sus rincones fetiche para demostrarnos que el arte es universal y no entiende de secretos.

Las intrincadas calles del centro de Sevilla nos llevan hasta Juan Foronda, una casa de mantones fundada en 1923 y en la que descubrimos un auténtico paraíso de mantillas, mantones, y bordados. Actualmente está a los mandos Juan, perteneciente a la tercera generación familiar, que demuestra el amor por la tradición y el trabajo bien hecho. Sus mantones los han llevado reinas, princesas, gente del pueblo y muchas bailaoras.

Ya tenemos el mantón, y es momento de buscar un buen vestido de flamenca. Cristina Hoyos propone una pequeña tiendecita en la calle Sierpes que tiene una historia de compromiso muy interesante. Especialistas en moda flamenca, desde Cira India, pretenden que la moda flamenca sea accesible para todo el mundo, con unos precios muy competentes y que, además, dan trabajo a un colectivo de mujeres en la India para favorecer su autonomía y empoderamiento.

¿Castañuelas o palillos?

A Cristina Hoyos la quiere todo Sevilla. Pasear con ella por el centro es una auténtica locura. Los hay que quieren una foto. Y ella posa con la mejor de sus sonrisas. Los hay que quieren felicitarla por su legado. Y ella agradece con modestia. Y también los hay que la conocen, puesto que han sido muchos años subida sobre el tablao y recorriendo cada rincón del mundo. Y ella, con ese encanto andaluz y esa luz que desprende, encandila.

Salimos ahora del centro para acercarnos a Castañuelas Filigrana. Hoy en día lleva el negocio la tercera generación, pero fue el abuelo quien introdujo en el mercado las castañuelas de fibra, ya que antes eran de ébano.

Nos cuenta Cristina que empezó a bailar con 15 años en la Escuela de Adelita. Y su maestra siempre que la veía descansando la obligaba a estar dándole a las castañuelas. De ahí, su maestría y soltura con los palillos. También recuerda que sus castañuelas eran un tesoro para ella, hasta el día que una mujer se las quiso comprar. Cristina se negó, pero la oferta fue subiendo… ¿Y qué hizo? ‘Al final las vendí y con el dinero que gané le compré un frigorífico a mi madre y otros palillos para mí’.

Qué suene el flamenco

Saltamos ahora hasta la calle Zaragoza. Allí se sitúa la guitarrería Álvarez y Bernal, un templo para los amantes de la música. Alejandro Sanz, Paco de Lucía, Manu Carrasco o Juanes son algunos de los artistas que han confiado en Antonio para que les provea de un instrumento con el que hacer magia.

Este botánico es uno de los pocos luthieres que trabaja en Sevilla. Y es que, desgraciadamente, el oficio se está perdiendo. Rodeado de maderas de abeto alemán, cedro rojo o Palosanto de India, Antonio señala que su sueño siempre ha sido poder llevar sus guitarras a todas partes del mundo. Y ha sido ha sido. Y sigue siendo.

Recargando pilas con vistas a la Torre del Oro

Llega el momento de recargar pilas y nos dirigimos a probar uno de los mejores restaurantes de la capital andaluza: Abades Triana. Situado en la calle Betis nos encontramos con unas impresionantes vistas de la Torre del Oro, la Maestranza y la Giralda.

Su chef, Elías del Toro, homenajea a los sabores tradicionales sevillanos y andaluces, pero completando la experiencia con toques de innovación que hacen de su propuesta gastronómica una explosión de sabores. Además, cuentan con diferentes tipos de menús para que cualquier comensal vea como se superan sus expectativas.

El plato fuerte con sorpresa en el Museo del Baile Flamenco

Y dejamos el plato fuerte para el final. Llega la hora de visitar el Museo del Baile Flamenco, el único lugar del flamenco declarado por la Junta de Andalucía como lugar de interés turístico y el único museo del baile flamenco del mundo.

Fundado por la bailaora y ubicado en uno de los entornos más históricos de Sevilla nos ofrece a través de sus 5 salas interactivas la evolución del flamenco desde sus raíces hasta la actualidad, así como míticos trajes y piezas únicas del flamenco. Y sí, está el vestido con el que Cristina apareció en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

También cuenta el espacio con una galería de arte, donde las exposiciones temporales y propias del museo envuelven el museo con obras contemporáneas inspiradas en el baile flamenco.

Y, la joya de la corona, son sus espectáculos flamencos. Cada día y con tres funciones, esta casa-palacio del siglo XVIII con su patio reconvertido en tablao, acoge sobre el escenario a varios artistas: dos al cante, uno a la guitarra y tres bailaores.

Cristina Hoyos y la magia

Presenciar este espectáculo pone la piel de gallina. Es un auténtico regalo para los sentidos, la representación de aquello a lo que se le llama ‘duende’ y que Anselmo González Climent definió como ‘un estado especial de la gracia flamenca’. Y hoy, además, hay una sorpresa especial. A punto de finalizar el show, sube al tablao la mismísima Cristina Hoyos. Se une al baile que ella misma ha coreografiado y demuestra que ese duende del que se habla, lo tiene dentro de sus entrañas.

Un fin de fiesta que nos ha dejado con los ojos llenos de lágrimas y que es la culminación perfecta para este recorrido en el que la hija predilecta de la ciudad nos enseña los rincones que la han ayudado a cumplir todos sus sueños. Y es que, como ella misma dice: ‘Para mi el baile ha sido una necesidad. Y yo, que he soñado mucho, he visto como se han cumplido todos mis sueños’.