10 cosas que debes saber para no pecar de turista primerizo en Venecia

Dicen los detractores de la ciudad de los canales que Venecia es cara, que está atestada de turistas y que ha perdido parte de su encanto original. Lo cierto es que es un lugar mágico que hay que visitar al menos una vez en la vida. Y, para no pagar la novatada, conviene tener en cuenta unos cuantos consejos, para disfrutar como si se fuese un auténtico local.

Descubrir cuál es la mejor época del año para pasear por la Plaza de San Marcos, cuáles son las especialidades culinarias o los mejores miradores de la ciudad hará que puedas vivir Venecia más intensamente y aprovechar cada segundo para dedicarlo a lo verdaderamente importante: descubrir desde los monumentos imprescindibles para decir que conoces la ciudad hasta aquellos rincones secretos que harán que tu visita sea aún más mágica.

La mejor época para viajar a Venecia es primavera y otoño. En primavera, de marzo a mayo, las temperaturas son suaves, los canales se ven radiantes y las multitudes son más manejables. Los jardines y parques están en pleno apogeo. En otoño, de septiembre a noviembre, el clima es agradable, los turistas disminuyen y se celebran festivales locales.

Evitar el verano resulta crucial, puesto que el calor resulta sofocante, hay hordas de turistas y los canales pueden desprender olores indeseados. El invierno también tiene su encanto, pero cuando llega la época del carnaval, los precios pueden incrementarse hasta límites insospechados y es imposible dar un paso sin tropezar con los miles de viajeros que quieren disfrutar de uno de los carnavales más especiales del mundo.

Para comer, nada mejor que hacer una ruta de bàcari para conocer los bares típicos de Venecia, donde se puede ir de tapas (más conocidas como cicchetti). Y si lo que se busca es una comida más formal conviene tener en cuenta un consejo fundamental: evitar los restaurantes más céntricos (orientados al turismo, de pésima calidad y con precios desorbitados).

El viajero debe saber también que no se puede comer en la icónica Plaza de San Marcos y en otros puntos de interés turístico para ‘preservar el decoro y las tradiciones en la ciudad’. Y, comer una pizza hecha en horno de leña será imposible, ya que estos están prohibidos por motivos de seguridad contra incendios.

Volviendo al delicioso aperitivo italiano, conviene probar los cicchetti acompañados de alguna bebida típica, como puede ser una copa de vino o un spritz. Suelen costar en torno a un par de euros y, por menos de lo que cuesta un menú en un restaurante, te podrás dar por comido.

Los más típicos son el de baccalà (bacalao), sarde in saor (sardinas con cebollitas y pasas), polpetti (una especie de albóndigas fritas) o frittelle (bolitas fritas de masa dulce, a menudo rellenas de crema o chocolate).

En la vida hay que dejar lugar a la improvisación y caminar sin rumbo fijo en una ciudad como Venecia te permitirá descubrir rincones mágicos que no aprecen en las guías turísticas. De cualquier manera, es interesante que te hagas con un mapa de la ciudad (en la oficina de turismo lo pueden conseguir gratis), ya que en algunas calles muy estrechas la señal GPS es casi nula.

Si es tu primera vez en Venecia, seguramente querrás dar un paseo en góndola, pero en cuanto preguntes los precios descubrirás que son prohibitivos. Las tarifas son fijas y, dependiendo del tiepo de paseo, arrancan en algo menos de 80 euros. Si no quieres perderte la experiencia, existe una opción más económica que consiste en compartir góndola con otros viajeros.

Normalmente en una góndola caben seis pasajeros. Puedes acercarte hasta los lugares desde donde salen y preguntarle a algún otro viajero si está interesado en compartir gastos y viaje. Y, si esta opción no te convence, puedes montar por solo 2 euros. Como imaginas, esta opción 'low cost' tiene truco, pues se trata de un viaje (denominado traghetti) que tan solo dura unos minutos y cruza el Gran Canal de un lado a otro.

Si vas a viajar a Venecia en los meses de más calor, prepara un buen repelente de mosquitos. Como la ciudad está en una laguna, los mosquitos suelen hacer acto de presencia y podrán arruinarte las vacaciones.

Con respecto al ‘aqua alta’, debes saber que se trata de un fenómeno que ocurre en Venecia y otras áreas cercanas al mar, donde el nivel del agua en los canales y lagunas aumenta significativamente, inundando calles y plazas. Esto suele ocurrir debido a la combinación de varios factores, entre los que destacan las mareas, el viento, la presión atmosférica y la fase lunar.

En Venecia están acostumbrados a este fenómeno y están preparados para hacerle frente, ya que se suelen instalar pasarelas que facilitan el tránsito de visitantes. Aun así, si es tu primera vez en la ciudad de los canales, este fenómeno podrá deslucir un poco el viaje.

Si eres fan de las fotos de las ciudades desde las alturas y disfrutas contemplando su skyline, debes saber que Venecia no cuenta con rascacielos que te ofrezcan una perspectiva sin igual. Aun así, hay algunos puntos en los que podrás obtener buenas fotos. Por un lado, puedes subir al Campanile de San Marcos (la entrada cuesta 8 euros), o disfrutar de las vistas de la ciudad desde la escalera de caracol del Palacio Contarini del Bovolo (también de pago).

Fondaco dei Tedeschi es un centro comercial situado a orillas del Gran Canal y muy cerca del puente Rialto. Apúntatelo porque cuenta con una azotea desde la que se pueden contemplar gran parte de la ciudad. Eso sí, aunque subir y disfrutar de las vistas es gratis (al menos por ahora), necesitas reserva previa para poder acceder al mirador.

Los alojamientos en Venecia son muy muy caros; por ello, es muy recomendable alojarse en la vecina Mestre. Una buena opción es hacerlo cerca de la estación de ferrocarril, ya que salen trenes a Venecia con mucha frecuencia y el viaje solo dura unos 10 minutos. Además, las vistas de la llegada a Venecia son impresionates.

Otros consejos para ahorrarte unos euros pasan por ir al baño siempre que estés en algún establecimiento, puesto que los aseos públicos son de pago (unos 2 euros) y que lleves una botellita de agua que vayas rellenando en las diferentes fuentes que hay por toda la ciudad. Vas a caminar mucho, necesitas estar hidratado y el agua embotellada suele ser bastante cara (como todo en la ciudad).

Venecia es una ciudad en la que todo está orientado hacia el turismo. Se pueden hacer mil tours diferentes, de todo tipo de temáticas y por todo tipo de precios. Y sí, también hay visitas gratuitas guiadas por la ciudad. Normalmente las realizan estudiantes de turismo y son muy amenas. Eso sí, es costumbre dejar una propina al finalizar si la visita ha sido de tu agrado.

En épocas de máxima afluencia (algo que ocurre a diario en Venecia) es imposible disfrutar de la ciudad en soledad. Los turistas abarrotan las calles y conseguir una foto en la que aparezcas solo se convierte en una misión imposible. A no ser que seas un genio a la hora de editar imágenes o sigas estos consejos de experto, puede ser buena idea madrugar. A primera hora del día hay menos gente por la calle y pasear sin tener que ir pidiendo permiso para poder avanzar se convierte en un lujo. Si estas alojado en la ciudad, también conviene aprovechar el día al máximo aunque ya haya anochecido.

En definitiva, Venecia siempre enamora con independencia de cuantas veces la hayas visitado. Y, con estos 10 consejos, conseguirás vivir la ciudad mucho más intensamente para no pecar de turista primerizo.