Rincones secretos de Venecia

Venecia es una ciudad mágica por su singular arquitectura, sus bellos canales y también por su carnaval. Una ciudad famosa tanto por su festival de cine como por su regata histórica. Pero la ciudad romántica por excelencia, la cuna de Marco Polo y sede de la Plaza de San Marcos, con su inigualable catedral bizantina, tiene rincones secretos, especiales sólo para aquellos que amen desentrañar misterios y descubrir silenciosos lugares de ensueño.

Santa Maria dei Miracoli
(o "la Iglesia de los Milagros")
es una joya del Renacimiento
y el luga

Santa Maria dei Miracoli (o "la Iglesia de los Milagros") es una joya del Renacimiento y el lugar preferido por los venecianos para la celebración de sus bodas

Llegar a Venecia y quedarse obnubilado ante la peculiar idiosincrasia de la ciudad es algo normal. La visita a la Plaza de San Marcos y su catedral bizantina, con sus leyendas y frescos únicos, así como el paseo en góndola por sus canales es una rutina obligada y maravillosa. La ciudad de los canales es, no obstante, un hervidero continuo de turistas que se agolpan en la mencionada Plaza de San Marcos (hay que madrugar para disfrutarla en silencio) o en los puentes más famosos y que dificultan una visita sosegada de una ciudad que lo merece como ninguna. Pero Venecia también se puede disfrutar a través de sus rincones menos frecuentados.

Los itinerarios secretos del Palacio Ducal

Esta obra maestra de la arquitectura gótica fue, desde comienzos de la República, sede del Gobierno, Palacio de Justicia y residencia del Dux (el Doge, máxima figura gubernamental de la Serenissima). Es visitado por millones de turistas, que recorren sus magníficas salas que albergan pinturas de, entre otros, Tintoretto y Veronese (imprescindible la Sala del Maggior Consiglio). Pero lo que escapa a muchos es la fascinante historia que encierran la cámara de tortura y los calabozos. Estas celdas eran de dos tipos: por un lado, las de la oscura y húmeda planta baja llamadas pozzi (pozos) y, por otro, las que se encuentran bajo el tejado llamadas piombi porque están hechas de plomo. De estos piombi huyó Casanova haciendo un agujero y corriendo por los tejados con otro prisionero, Marino Balbi, en 1756. Estos Itinerarios Secretos del Palacio Ducal pueden visitarse todos los días, entre las 9.30 y las 12.25 horas, en visitas especiales y con reserva previa (las visitas guiadas son solamente en italiano, inglés y francés). El costo es de 16 € ó de 10 € con descuento. Pueden realizarse después de las 13.00, pero con solicitud especial y pagando un sobreprecio.

Para información hay un call center en español (+39) 041 5209070 y un sitio web de los Musei Civici Veneziani (en italiano y en inglés): www.museiciviciveneziani.it y mkt.musei@comune.venezia.it

Santa Maria dei Miracoli

Casi escondida, en el sestiere de Canareggio (uno de los seis barrios en que se divide la ciudad), se encuentra esta joya del Renacimiento, la Iglesia de los Milagros, el lugar preferido de los venecianos para celebrar sus bodas. Cuenta la leyenda que los bellos mármoles multicolores de la fachada provienen del sobrante de construcción de los interiores de la Basílica de San Marcos y que la tabla de Nicolò di Pietro La virgen entre los santos obra milagros, siendo venerada desde finales del 1400. La iglesia puede visitarse de lunes a sábado, de 9.00 a 18.00 horas, y los domingos de 13.00 a 18.00, pero el mejor momento es el mediodía, por su mágica luz. Se pueden reservar visitas guiadas en el número 041 2750462 ó escribiendo a info@chorus-ve.org.

El campanario de San Jorge

Si están paseando por la Riva degli Schiavoni, visita obligada y donde se encuentra el ultra famoso Hotel Danieli, deténganse en una de las paradas del vaporetto (transporte público veneciano) muy cerca de la estatua de Vittorio Emanuele II; cojan la línea 82 y luego de un bello paseo de menos de 3 minutos, bajen en la primera parada, la de San Giorgio. Se encontrarán en la orilla opuesta del Canal Grande, enfrente de la Plaza de San Marcos. ¿Dónde exactamente? Pues en la isla de San Jorge y a punto de disfrutar de una de las vistas más hermosas de toda la ciudad. La Iglesia que allí se encuentra fue reconstruida por el gran arquitecto Andrea Palladio y desde su campanario se puede admirar uno de los panoramas más completos y fascinantes de toda Venecia, que alcanza hasta el mar Adriático. En la isla se encuentra, además, la sede de la Fundación Giorgio Cini, antiguo monasterio benedictino, obra también de Palladio. La Iglesia es de visita libre, aunque subir al campanario cuesta 3 €, que bien vale la pena.

Ca'' Dario, la casa asesina

A pesar de las historias de fantasmas en torno a la casa, este intrigante rincón veneciano da, según dicen, buena suerte a quienes van de visita. Aunque no haya sido el caso de sus propietarios. Todos los dueños de este bello Palazzo, cuya fachada de piedra de Istria se asoma al Canal Grande, han muerto violentamente por suicidio o por asesinato. La primera dueña, la hija del arquitecto Giovanni Dario, murió junto a su esposo en la pobreza más absoluta; el rico comerciante de piedras preciosas Arbit Abdoll perdió toda su fortuna en diamantes poco después de comprar la casa. A mediados del siglo XIX, Ca'' Dario presenció en un breve espacio de tiempo el doble suicidio del inglés Radon Brown y de su inquilino, y su nuevo dueño, Charles Briggs, escapó de Italia con su amante rumbo a México, donde este último se suicidó. El famoso tenor Mario Del Monaco sufrió un accidente con su coche mientras se dirigía a Venecia para cerrar la compra del Palacio. Y en 1970 murió asesinado en Londres el ex amante y asesino del propietario del momento, Filippo Giordano delle Lanze, y el dueño sucesivo, empresario del grupo The Who, cometió suicidio poco después de comprar la casa. Por último, no olvidemos el conocido caso de Raoul Gardini, quien fuera además propietario del famoso barco de vela Moro di Venezia. Como todos, murió suicida en 1993. ¿Alguien se anima a comprarla?

Trattoria da Remigio

Comer bien en Venecia no es una cosa fácil. Las pizzerías y trattorías presentan por lo general un menú pensado para el turista de paso, y a precios exorbitantes. Pero la región del Véneto ofrece excelentes platos. Sin lugar a dudas, el mejor lugar para degustarlos es la Trattoria da Remigio, donde Pino, su dueño desde hace más de 30 años, atiende personalmente. Conviene dejarse aconsejar por él; sus platos de pescado (los mejores del Adriático) no defraudarán. Un consejo: pedir el fritto misto (variedad de pescados fritos) y ensalada de radicchio (una especie de lechuga violácea), todo junto a un buen vino prosecco de la casa (para reservar: Trattoria da Remigio. Castello, 3416. Teléfono: 04 15 230 089).

La colección Peggy Guggenheim

Resulta difícil elegir un museo o una galería en una ciudad con una oferta cultural tan rica, sobre todo cuando el viaje es corto y no podemos dedicar todo el tiempo que quisiéramos a recorrer todos los museos. Si queremos aprovechar al máximo y disfrutar de un hermoso paseo que conjugue lo mejor del arte de principios del siglo XX con un bonito jardín de esculturas, con la posibilidad de escuchar únicas y divertidas anécdotas, la elección cae en la Colección Peggy Guggenheim. Situada en el Palazzo Venier dei Leoni, que fuera la casa de la millonaria norteamericana Peggy (como la llaman todos), la colección ofrece un exclusivo recorrido por el arte moderno europeo y norteamericano de la primera mitad del siglo pasado, con obras maestras que incluyen los nombres de Picasso, Brancusi, Magritte, Dalí y Pollock. Toda un ala del edificio está destinada a obras del Futurismo italiano, con obras de Carrà, Balla y Modigliani, y, además de las exposiciones temporales, que son numerosas durante el año, el bonito jardín del palacio ofrece esculturas de Giacometti y Moore. Imprescindibles: El poeta de Pablo Picasso y Materia de Umberto Boccioni. La colección espera en Dorsoduro, 701, y está abierta todos los días de 10.00 a 18.00 horas. El precio de la entrada es de 10 € (5 € para estudiantes y gratis para niños menores de 10 años). Se ofrecen diariamente, a las 11.00 y a las 17.00 horas, presentaciones gratuitas con divertidas anécdotas sobre la vida de la excéntrica dueña en Venecia o sobre algunas obras de la colección. Recomendable el uso de las audioguías para recorrer la colección con tranquilidad y no perder ningún detalle; cuestan 5 €.

Campo de San Rocco

Para ver uno de los más bellos atardeceres venecianos, no hay que perderse el campo de San Rocco. Desde comienzos del siglo XVII, en este campo (los venecianos llaman campo a las plazas) solían realizarse una suerte de "muestras de arte" con ocasión de la fiesta del patrono, San Rocco, donde se exponían obras, bien en la misma plaza, bien colgadas de las ventanas de las casas. Una rara conjugación de estilos confiere a este rincón secreto su carácter único, ya que allí se encuentran la pequeña Scoletta di San Rocco, el ábside de la Iglesia dei Frari de mediados del siglo XV, la Iglesia de San Rocco reconstruida en 1725 y la magnífica Scuola Grande di San Rocco, donde, con un poco de tiempo y 7 € (con derecho a la autoguía), vale la pena entrar. Esperan magníficos lienzos de Tintoretto y en el piso superior algunos tesoros: un imponente cielo raso cubierto por escenas del Antiguo Testamento, que pueden disfrutarse plenamente gracias a unos espejos a disposición (usarlos evitará un molesto dolor de cuello) y una pequeña sala oculta, en el fondo, que alberga la crucifixión más conmovedora de la historia del arte. Puede visitarse diariamente de 9.00 a 17.30 horas.

Mercado de Rialto

El sestiere (o barrio) de San Polo es uno de los mejores para hacer compras de alimentos, pues allí se encuentra el famoso Mercado de Rialto, que bien vale una visita con cámara fotográfica en la mano. Y es uno de los mejores para tomar ombre con cichetti (un vaso de vino con una tapa). De los muchos que allí se encuentran, en un callejón muy cercano al mercado, que individualiza un farol cuadrado de color verde, se encuentra la Ostaria al Diavolo e L''Acqua Santa (el demonio y el agua bendita). Entre fotos históricas de la ciudad lagunar y una ambientación típicamente veneciana, les atenderá El diablo, quien ofrecerá las mejores albóndigas de carne (las polpette) con un estupendo vinillo rojo, seguramente un cabernet. Además, se puede comer o cenar a la carta. Está abierto todos los días menos los martes, en horario continuado de 12.00 a 21.30 horas. Hay que preguntar por Nicola (El diablo). No se arrepentirán. Para reservas: 04 12 770 370. San Polo, 561.

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