Cangas del Narcea tiene su propio 'escorial asturiano': este y otros secretos de la puerta de Asturias

Hay muchas Cangas en España, pero como Cangas del Narcea no hay ninguna. Esta localidad de Asturias es uno de los concejos más grandes de España, y aunque apenas tiene 11.000 habitantes, en ella se esconden tantas maravillas que, siendo sinceros, con una visita no te bastaría para descubrirlas todas. Y es que este "pequeño" concejo engloba tantas cosas auténticas que parece mentira que no sea una capital de provincia. Aquí descubrirás pueblos de ensueño y villas históricas gracias a la arquitectura que conforman sus casas, también su vino con denominación de origen protegida y, muy importante: su gastronomía, no nos olvidemos que estamos en Asturias y no hay ningún sitio en el mundo donde se coma mejor. Todo esto hace que Cangas del Narcea sea un lugar exquisito al que dedicar por lo menos un par de días, o quizás quien sabe si estando allí acabas dedicándole toda una vida.

Este viaje será una sucesión de maravillas

Para empezar a ver Cangas del Narcea tendrás que recorrer la parte más antigua y tradicional de la localidad: el barrio de Entrambasaguas. El pueblo comenzó a tomar forma poco a poco en la parte alta de la villa y fue desplazándose hacia abajo. En Cangas la vida transcurre sin prisa y casi todas las calles están llena de bares y tiendas pequeñas en las que se esconden plazas preciosas. Dar una vuelta por esta zona es darse un paseo por la historia de Asturias. Además, recorriendo Cangas contarás hasta una totalidad de seis puentes: esta localidad es conocida también por ser la villa fluvial de Asturias. Hasta los años 30 del siglo XX este concejo era conocido como Cangas de Tineo, siendo el río Narcea que cruza la localidad el que le dio el nuevo nombre.

El Monasterio de Corias, "el escorialín Asturiano"

A solo tres kilómetros de Cangas está el conocido como "el escorialín Asturiano" que en realidad se denomina como El Monasterio de Corias. Este precioso monasterio reformado en 1744 por el famoso arquitecto Ventura Rodríguez, es a día de hoy uno de los alojamientos más imprescindibles de la Red de Paradores. Este monasterio es una de las joyas del pequeño pueblo de Corias que cuenta con unas vistas privilegiadas del río Narcea. Conocido también por ser el parador mejor valorado en Google, este monasterio esconde muchos más secretos que puedes descubrir aquí.

El vino, otra maravilla de Cangas del Narcea

Hacer vino en Cangas del Narcea es un auténtico reto. La recogida de sus viñedos se presenta como una tarea dificultosa y accesible solo a los profesionales: las viñas están en vertical. Por esto, y por la enorme calidad de las uvas de la zona, el vino de Cangas tiene bien merecida la denominación de origen protegida. Cangas, que está situado al suroeste de Asturias como bien hemos comentado, goza de un microclima poco común en el norte— menos lluvia y más horas de sol que el resto de Asturias— que permite el desarrollo de la vid en todo su esplendor. Además, esta localidad es ideal para esas personas a las que le gusta disfrutar de un "buen vinito" de acompañamiento de la comida que más guste. El chorizo a la sidra con vino es un manjar, con cachopo es un regalo de los dioses y con unos tortos ya es casi el símil a alcanzar el nirvana asturianil.

Como destino enológico Cangas del Narcea es un acierto: puedes hacer la conocida Ruta del Vino y descubrir como son esas laderas escarpadas donde se cuida con mimo que cada racimo de uva sea de la mayor calidad, siguiendo el camino de los vinicultores hasta el Museo del Vino, donde aprenderás todo el proceso que se sigue para terminar en el brebaje que todos conocemos y disfrutamos; vino, ya sea blanco o tinto.

¿Tiene Cangas el mejor Panettone de España?

No sabríamos decir si es el mejor de España, pero en Cangas hay una pequeña tienda que cuenta con obrador propio y desentona un poco con el ambiente medieval del pueblo. Con su solete Repsol ‘Le Llamber-Manín Sucre’ es un secreto a voces que ha ido de boca en boca entre los asturianos por las maravillas que aquí se crean durante todo el año. Lo raro de que haya una repostería profesional en un pueblo de apenas 11.000 habitantes se te pasa cuando pruebas las delicatessens que se elaboran sin descanso ya sea verano o invierno. Ahora que el frío aprieta a más de uno le apetece tomarse un chocolate o un café bien caliente acompañado de un Panettone como dios manda. Aquí puedes rozar la felicidad probando todo tipo de dulces, pero el Panettone son ya palabras mayores. Mucha gente de los alrededores viaja a Cangas solo para probarlo, y hay que asegurar al lector que efectivamente, repiten.

No sabemos por qué será: si su gastronomía, su gente o sus parajes, pero Asturias engancha a cualquiera que lo visita. Si no conocías Cangas del Narcea estoy casi segura que ahora que te he mostrado un pedacito de ella te estás planteando seriamente una visita exprés. Sus secretos solo los descubrirás paseando entre sus calles y conociendo a su gente, por lo que Cangas del Narcea te espera con vino y Panettone debajo de brazo. Así, ¿quién no querría venir aquí?