Las nuevas e increíbles atracciones del mejor aeropuerto del mundo

Descubre la recién remodelada terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Singapur, un paraíso en el que lo de perder un avión es (casi) una buena noticia.

Descubre las novedades del mejor aeropuerto del mundo.
Descubre las novedades del mejor aeropuerto del mundo. / Changi Airport Group

Si el Aeropuerto Internacional de Singapur, también conocido como Aeropuerto Internacional Changi fuera una película, sería, sin duda, Ben- Hur, Titanic o El Señor de los Anillos: el retorno del Rey, ya que son los filmes que más Oscar han conseguido en la historia del cine. Y a Changi le pasa un poco lo mismo, ya que se lleva todos los premios habidos y por haber en cuanto a aeropuertos se refiere: desde el galardón al mejor del mundo hasta el más limpio. Y así hasta un total de 280 premios entre 1997 y 2007.

Aterrizar en el aeropuerto de Changi es una experiencia única que, este año, viene reforzada con la inauguración de la Terminal 2, que ha culminado su proceso de remodelación tras más de tres años y medio en obras. Y, ojo, porque ofrece unas atracciones visuales que dan ganas de quedarse allí como si fuéramos el mismísimo Tom Hanks en la película La Terminal.

Atraviesa una cascada digital en el aeropuerto de Changi.

Atraviesa una cascada digital en el aeropuerto de Changi.

/ Changi Airport Group

Descubriendo la terminal más llamativa del mundo

Con la ampliación de la T2, el aeropuerto de Changi podrá albergar hasta 5 millones de pasajeros más al año, que hacen que con sus 90 millones de pasajeros totales se sitúe también en la parte más alta de la tabla en cuanto a número de viajeros.

El diseño de la T2 está inspirado en la naturaleza, destacando diseños de techos y acabados de paredes que imitan formas naturales del terreno, pasando por exhibiciones de horticultura que hacen que los elementos naturales se incorporen a la perfección en toda la terminal. 

El Aeropuerto Internacional de Singapur ya era una fantasía antes de la remodelación de la T2.

El Aeropuerto Internacional de Singapur ya era una fantasía antes de la remodelación de la T2.

/ Istock / FotoGraphik

El viajero que llega a la T2 descubrirá exuberantes columnas verdes adornadas con diversas plantas que contribuyen a crear una atmósfera serena, fomentando la tranquilidad y la relajación dentro de un espacio en el que, generalmente, suelen reinar las prisas.

En la parte de salidas hay una pantalla digital de 14 metros de altura, denominada The Wonderfall gracias a la cual, los pasajeros se sumergirán en una majestuosa cascada que cae sobre rocas megalíticas.

Changi, el aeropuerto en el que las esperas son un placer.

Changi, el aeropuerto en el que las esperas son un placer.

/ Changi Airport Group

Arquitectura y diseño de la terminal 2

Este jardín inmersivo es una oda para los sentidos, pero, como en cualquier otro aeropuerto, las tiendas también forman parte de su ADN. En Changi, la zona de shopping se conoce como Dreamscape y en ella, el viajero podrá comprar desde recuerdos locales, adquirir sus productos de belleza favoritos o darse algún capricho en alguna de las boutiques internacionales que venden infinidad de prendas y objetos de lujo.

En la T2 el pasajero se quedará boquiabierto con el antiguo panel que anunciaba las diferentes salidas convertido en una obra que simula dos alas y que supone un marco perfecto para hacerse alguna foto. La visita a los baños también resulta obligatoria, ya que parecen sacados directamente de una revista de decoración. Y lo mismo pasa con la zona infantil conocida como Bears Hideout, lugar en el que los peques podrán jugar dentro de una colmena o saltar sobre un panal. Sí, la naturaleza y los animales son el leitmotiv de este lugar de ensueño.

Naturaleza en el aeropuerto de Changi.

Naturaleza en el aeropuerto de Changi.

/ Changi Airport Group

Gastronomía en la T2 de Changi

Otro aspecto fundamental en cualquier aeropuerto es su oferta gastronómica y la T2 de Changi puede presumir de tener tanto una vertiginosa variedad de licores en la tienda de dos pisos de Lotte Duty Free, como un crisol de comidas de todo el mundo.

El viajero que quiera tomarse algo, deberá canjear su ticket y pedirle a Toni (el bartender robot) que le prepare su bebida favorita mientras disfruta del espectáculo: un enorme anillo LED forma un halo sobre la barra y reproduce escenas relajantes de la luna reflejada en un lago. Una escena que rinde homenaje al famoso poema de Li Bai ‘Bebiendo solo bajo la luna’. 

Cuando llegue la hora de comer algo, el pasajero tendrá por delante una difícil elección, ya que la T2 es un microcosmos de cocina en el que será posible degustar bocados de cualquier parte del mundo, aunque lo cierto es que los sabores asiáticos y la cocina fusión dominan el Gourmet Garden in transit.

En definitiva, los aeropuertos son lugares de tránsito en los que permanecer solo unas horas, pero el viajero que pase por la T2 del mejor aeropuerto del mundo seguramente agradecerá (por una vez en su vida) que su vuelo sufra un retraso.

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