El pueblo más pequeño de Córdoba: 341 habitantes, infinitos encantos

Este pueblo cordobés se asienta sobre un terreno de origen volcánico y está situado en la comarca de Los Pedroches.

Un pequeño pueblo que tiene mucho por ofrecer.
Un pequeño pueblo que tiene mucho por ofrecer. / 19Tarrestnom65 / Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license.

En nuestro afán por descubrir pueblos que conforman la España Vaciada, hoy llegamos hasta Córdoba para descubrir su municipio más pequeño en cuanto a población, un enclave único en el que la tranquilidad y el sosiego están más que garantizados. Bienvenidos a El Guijo.

Nos trasladamos hasta la comarca cordobesa de Los Pedroches, a unos 100 kilómetros de la capital para descubrir un pueblo que data de la Edad Media y que tradicionalmente ha basado su economía en la agricultura y la ganadería. Con 67 kilómetros cuadrados y a una altitud de 567 metros sobre el nivel del mar, El Guijo se sitúa entre la Cañada real Soriana y la Cañada de la Mesta rodeado de paisajes naturales que son el hogar de la variada fauna de la zona.

Floreado rincón en las calles de El Guijo, Córdoba.

Floreado rincón en las calles de El Guijo, Córdoba.

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Un paseo por el pueblo más pequeño de Córdoba

En la pequeña plaza del pueblo (perfecta y bella como para pasar allí toda la tarde) se encuentra una de las joyas del pueblo más pequeño de Córdoba, la iglesia de Santa Ana, que data del siglo XVI. El edificio, de gran sencillez con una única nave dividida en cinco tramos, alberga una interesante Virgen Dolorosa del Siglo XVIII.

También resulta imprescindible visitar su Calvario, un lugar que permanece como antaño y en el que podemos reconocer el olivo y la cruz. Al estar situado en un espacio privilegiado dentro del pueblo, nos permite descubrir una bella panorámica tanto de la localidad como de la dehesa.

El pueblo más pequeño de Córdoba: 341 habitantes, infinitos encantos.

El pueblo más pequeño de Córdoba: 341 habitantes, infinitos encantos.

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Llega el momento de descubrir su arquitectura civil y debemos trasladarnos hasta la zona conocida como El Pozo para encontrar los lavaderos públicos, enclave de reunión pública entre las mujeres que acudían a lavar la ropa, y de los hombres que regresaban del pastoreo con las reses y les daban de beber en los abrevaderos que se conservan en el mismo lugar.

Salimos ahora del casco urbano y a unos 6 kilómetros aparece ante nosotros un paisaje conocido como El Soto, poblado de eucaliptos y olmos y una gran colonia de cigüeñas. En sus inmediaciones encontramos la ermita de la Virgen de las Cruces, en cuyo interior se conserva un baptisterio paleocristiano que delata el origen sagrado del lugar desde la antigüedad.

El Guijo cuenta con varios murales en diversas fachadas del municipio.

El Guijo cuenta con varios murales en diversas fachadas del municipio.

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El Guijo es el campo base perfecto para descubrir el yacimiento arqueológico de Majadaiglesia, en el que se han encontrado piezas de cerámica celtíbera y de la Edad de Bronce, aunque la mayoría de hallazgos (monedas sobre todo) pertenecen a la época tardorromana. Además, cuenta con un interesante museo en el que se pueden contemplar dichas monedas, así como algunos fragmentos de la antigua calzada y una piscina que servía para almacenar el agua.

Senderismo en El Guijo

Uno de los grandes atractivos de El Guijo son las rutas senderistas que parten desde el municipio y nos permiten conocer los alrededores, como la ruta del despeñadero o la del arroyo de Santa María. Y tampoco podemos dejar de mirar al cielo, ya que el entorno cuenta con certificación Starlight y ofrece un cielo limpio sin apenas contaminación lumínica.

El centro neurálgico de El Guijo es su coqueta Plaza Mayor.

El centro neurálgico de El Guijo es su coqueta Plaza Mayor.

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Y no podemos olvidarnos de la gastronomía del pueblo más pequeño de Córdoba, ya que sus dulces están como para ponerles un monumento (o varios). Encontramos, por ejemplo, torrijas, rosquillas de candil, flores o papajotes, aunque la joya de la corona es su piñonate, un postre que se presenta en forma de rosca y tiene un exquisito sabor gracias a la miel que lo corona.

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