El pueblo más pequeño de Cádiz: 480 habitantes, infinitos encantos

La magia del lugar es tal que pertenece a la red de Pueblos Mágicos de España, además de a la Ruta de Cementerios.

Es uno de los pueblos blancos en la ruta de Cádiz
Es uno de los pueblos blancos en la ruta de Cádiz / Istock / Wirestock

Pensar en Cádiz suele ser sinónimo de imaginar pueblos de casas blancas -si no costeros, montañosos- y con un encanto andaluz propio; pueblos tan bonitos como Setenil de las Bodegas o Vejer de la Frontera. El más pequeño de la provincia presume de ser también el que está ubicado a mayor altitud: 480 habitantes y 858 metros sobre el nivel del mar. Este pueblo de interior que pertenece a la red de Pueblos Mágicos de España recibe el nombre de Villaluenga del Rosario.

Casas blancas de Villaluenga del Rosario

Casas blancas de Villaluenga del Rosario

/ Wikicommons. Berrocal1950

Para muchas provincias españolas, un territorio con la cantidad de habitantes que tiene el gaditano es considerado un pueblo grande, sin embargo para Cádiz es el más pequeño. Este lugar a los pies de un impactante macizo rocoso tiene señales de haber albergado vida desde la época Paleolítica Inferior, aunque su verdadero origen se debe a la cultura musulmana. La buena conservación del patrimonio arquitectónico y paisajístico es uno de sus mayores atractivos, unido a las cuevas que esconden auténticos tesoros arqueológicos.

Llanos del Republicano

Llanos del Republicano

/ Istock / Jesnofer

Un paseo por el pueblo

Este pueblo gaditano podría ser oficialmente "el más", puesto que además de ser el más pequeño y el más alto, alberga también el cementerio votado como más bonito y la plaza de toros más antigua de la provincia. Esta última, datada del siglo XVIII, tiene la particularidad de ser casi octogonal en lugar de redonda y estar construida con piedra local. Su casco histórico alberga también enclaves como las ermitas de San Gregorio y del Calvario, el ayuntamiento, la fuente del Acueducto, la iglesia San Miguel o las ruinas de la del Salvador, así como el Museo del Queso.

Restos de la iglesia de San Salvador

Restos de la iglesia de San Salvador

/ Istock / TheUntravelledWorld

Comer bien va ligado a la provincia -y la comunidad andaluza-, por lo que no es de extrañar que haya productos de tan buena calidad y tan reconocidos como el queso. Está elaborado con leche de cabra payoya, una raza autóctona que vive sobre todo en el Parque Natural Sierra de Grazalema y Serranía de Ronda. Desde hace unos años, además, se celebra la Feria del Queso en esta localidad entre marzo y abril. Actualmente hay ni más ni menos que siete queserías artesanales en la zona.

Pero más allá de todas las construcciones y atracciones humanas, se puede disfrutar del entorno natural, uno de los favoritos de los más deportistas. En la sierra está la cascada natural del Chorrero, que pocas veces puede apreciarse en su pleno esplendor ya que casi siempre descansa seca. También es posible camisar hasta las cuevas de la Manga, un estrecho que conecta Cádiz con Málaga y donde se han encontrado restos Neolíticos y Paleolíticos; o seguir el sendero Llanos del Republicano. Villaluenga es de todo menos un pueblo aburrido. Por mucho que sea el más pequeño, su historia es extensa, al igual que sus atractivos tanto naturales como artificiales.

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