Cómo perderte en Torremolinos, el edén de la libertad de la Costa del Sol, y no perderte nada

El primer topless, el primer hotel de lujo de la Costa del Sol, los primeros locales de homosexuales... En el siglo XX, Torremolinos fue una localidad pionera en el sector turístico. Ahora quiere recuperar el trono.

Cristina Candel

Somewhere Over the Rainbow... Dorita, la protagonista de El mago de Oz (1939), entona esta popular canción en la que sueña con un mundo colorido, plagado de emociones y personajes fantásticos. A través de su escapista imaginación, trata de olvidar la vida en blanco y negro de su Kansas natal. La protagonista de este mítico largometraje dirigido por Victor Fleming fue Judy Garland, niña prodigio cuya vida personal se vio lastrada por su tremendo éxito profesional.

Urbanización Pueblo Blanco, Torremolinos.

/ Cristina Candel

En 1969, con 47 años, contrajo matrimonio con su quinto y último marido, Mickey Deans. Y para disfrutar de su luna de miel eligió... Torremolinos. Desde finales de los años 50, la localidad malagueña se había convertido en punto de encuentro de lo más granado del stardom internacional: Frank Sinatra, Ava Gardner, Brigitte Bardot, John Lennon, Anthony Quinn, Sophia Loren... En pleno periodo franquista, Torremolinos era un refugio de libertad inconcebible en el resto del país. Torremolinos se convirtió en un paraje soñado, un maravilloso mundo de Oz que se encontraba “sobre el arcoíris”. 

La historia de Torremolinos como escenario de libertad se remonta, sin embargo, décadas atrás. Hay quien señala el año de 1930 como fecha fundacional. Entonces, la localidad malagueña era refugio habitual para algunos miembros de la Generación del 27: Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados... En el verano del citado año, una pareja se unió a los habituales de la Costa del Sol. Se trataba de una exótica mujer de tez morena y aire andrógino y su pareja, un delgado joven —10 años menor— de mirada intensa y atildado bigote: Gala Éluard y Salvador Dalí. Ambos huían de una realidad opresora. Ella, de un matrimonio fallido con el poeta francés Paul Éluard. Él, de un padre protector que tenía otros planes para el brillante Salvador.

Piscina en el ático del Meliá Costa del Sol.

/ Cristina Candel

Torremolinos se convierte, a la vez, en punto de encuentro para la modernidad y en refugio para desclasados. Y en ese contexto se produce el famoso topless. Con un pañuelo en la cabeza y un elegante collar, Gala se desprende la parte de arriba de su bañador y comienza a tomar el sol. Y alguien inmortalizó ese instante con una fotografía. Un sencillo gesto para nosotros, pero premonitorio de lo que sucederá en Torremolinos durante las décadas posteriores.

En la actualidad, al pasear por el promontorio conocido como El Morro —que conecta las playas de El Bajondillo y La Carihuela—, el visitante encontrará una escultura de bronce que recuerda aquel momento. La placa informativa afirma que Gala protagonizó el primer topless documentado de la historia. Poco importa que así sea. Lo realmente significativo es la libertad que se desprende de su gesto y cómo sirvió para definir la personalidad abierta de esta localidad de la Costa del Sol.    

Palacio de Congresos.

/ Cristina Candel

En los años 50, este pequeño pueblo de pescadores dio un paso más en su proceso de reconversión hacia destino turístico de primer orden. El 31 de mayo de 1959, la apertura del hotel Pez Espada marcó un hito en la historia de la Costa del Sol. Este alojamiento, ubicado en la playa de La Carihuela, fue el primer cinco estrellas de toda la zona. El diario Sur tituló entonces, a página completa: “El suntuoso hotel Pez Espada de Torremolinos, orgullo de la Costa del Sol”. El alojamiento está abierto en la actualidad —como cuatro estrellas— y merece la visita aunque solo sea para ver el diseño original del hall y los salones principales, perfectamente conservados. El hotel está repleto de imágenes de actores de Hollywood, personajes que acudieron en masa a Torremolinos durante los años 50, 60 y 70. No hay que olvidar que, mucho antes que Marbella, Torremolinos fue el punto de reunión de la jet set internacional. 

Casa de los Navajas.

/ Cristina Candel

En un firmamento como el torremolinense, tan plagado de estrellas, Frank Sinatra reluce con especial brillo en la historia del Pez Espada. En octubre de 1964, el cantante y actor se hospedó varios días en el hotel. En aquel momento estaba rodando en la zona el largometraje El coronel Von Ryan. Precisamente fue en este rodaje cuando conoció a Mia Farrow, entonces con 19 años, y que se convertiría en su tercera —y breve— mujer.

Su estancia, no obstante, se vio marcada por un altercado que acabó con Sinatra en el cuartelillo de la Guardia Civil en Málaga. Mientras Sinatra y algunos amigos tomaban algo en el bar del hotel, un paparazzi le tomó una foto con una joven desconocida. La situación parecía un montaje, así que la instantánea derivó en una discusión y acabó en empujones y la cámara rota. Poco después, una pareja de la Guardia Civil llegó al hotel y se llevó a Sinatra y a su amigo. Finalmente, tuvieron que pagar una multa de 25.000 pesetas (150 euros). Sinatra abandonó poco después la ciudad echando pestes de la policía local.

Bloque de apartamentos en Torremolinos.

/ Cristina Candel

Pasaje al edén

El éxito entre los turistas extranjeros provocó una mayor permisividad del gobierno franquista. En ese contexto de libertad, muchos homosexuales comenzaron a pensar en Torremolinos como un paraíso terrenal. En 1962, abrió en la localidad malagueña el Tony’s Bar, el primer local gay de España. Aunque hoy se encuentra cerrado, el paraje donde estaba ubicado es lugar de peregrinación para aquellos interesados en la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+. En pleno centro del casco histórico se encuentra el Pasaje Begoña, un minúsculo callejón con forma de “L” don se concentraban varios locales de ambiente homosexual.

En 1963, John Lennon se dejó ver por la zona con Brian Epstein, representante de The Beatles. Epstein era homosexual y encontró especialmente interesante la zona del Pasaje Begoña. No hay que olvidar que hasta 1967, la homosexualidad fue considerada un delito en Inglaterra. Y, durante muchos años más, aún se estigmatizó a los homosexuales ingleses por su condición. Hoy, varias placas conmemorativas explican a los visitantes la importancia del Pasaje Begoña. Una de ellas recuerda un momento de especial tristeza. En 1971, la policía llevó a cabo en la zona lo que se conoció como La gran redada, deteniendo a 300 personas por su condición sexual.

Hotel Pez Espada.

/ Cristina Candel

En nuestros días, el ambiente se ha desplazado ligeramente a otra zona del centro, conocida como La Nogalera. Esta moderna urbanización, diseñada por el prestigioso arquitecto Antonio Lamela, fue inaugurada en 1966 por el entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne. En los bajos comerciales se concentra hoy buena parte de la clientela LGTBIQ+ y ha tomado el testigo de inclusión y tolerancia que se inició en el Pasaje Begoña. Para reivindicar esa importancia histórica en pos de la lucha por los derechos del colectivo, Torremolinos ha presentado su candidatura al EuroPride 2027.

Vuelta a la cumbre       

Durante la gran explosión del turismo extranjero en Torremolinos de los años 60 y 70, la localidad era reconocida por su tres eses: sun, sea, sex (sol, mar y sexo). Las dos primeras eses siguen presentes en la zona. Su privilegiado clima ofrece una temperatura media anual de 18 °C, con máximas de 29 °C y mínimas de 8 °C. Por otro lado, sus casi ocho kilómetros de costa —distribuidos en cuatro playas: Los Álamos, Playamar, El Bajondillo y La Carihuela— han sido reconocidos con la Q de Calidad Turística, prestigiosa marca que otorga el Instituto para la Calidad Turística Española-ICTE. Respecto a la última ese (sex), cada uno que se las apañe como pueda.  

Acceso a la playa de El Bajondillo.

/ Cristina Candel

Tras un periodo de declive en los 90 y en los primeros años del siglo XXI, Torremolinos afronta el futuro con optimismo. Durante todo el año, turistas de muy diferente procedencia y tipología visitan la localidad andaluza. Esta es una de sus grandes virtudes, la capacidad para amoldarse a las necesidades de cada visitante. Hay quien interpreta que el maravilloso mundo de Oz no es otra cosa que el producto de la imaginación de Dorita. Torremolinos posee esa capacidad ensoñadora para adoptar la forma de nuestros sueños. Cuando Dorita afirma “se está mejor en casa que en ningún sitio”, se refiere a la calidez y seguridad de su hogar. Torremolinos transmite esa acogedora sensación de lo familiar. Por eso, hay quien afirma que Torremolinos es un estado de ánimo. Una predisposición del espíritu hacia el disfrute. Y que dure.  

Vecinos de Torremolinos

  • José Luis Cabrera, autor del libro Excéntricos en la Costa del Sol y de la web Torremolinoschic.com

Autor de obras esenciales para descubrir el glamour de la Edad de Oro de Torremolinos. Su vinculación con la ciudad surge, cómo no, en la infancia. Nacido en Casablanca de padres españoles, cuando su familia regresó a Málaga, siendo él un niño, Torremolinos era lo más similar al ambiente cosmopolita al que estaban acostumbrados en la ciudad marroquí. En los años 60, en Torremolinos se vivía un clima de libertad impensable en el resto del país. ¿El motivo? “Era una entrada de divisas brutal”, explica. “Y gente vinculada con el régimen de Franco tenía negocios en la ciudad.”

José Luis Cabrera.

/ Cristina Candel
  • Inka Maushake, delegación de Turismo. Ayto. Torremolinos

Llegó con sus padres a finales de los años 60, huyendo de la vida gris y fría de Alemania. En una fiesta, su padre conoció a un hippie que se había comprado un terreno con naranjos en Mijas. Esa información sembró la semilla para que toda la familia se mudara a la zona. Tras inspeccionar el terreno, se instalaron en Torremolinos: “Fue como llegar a otro planeta. Como no nevaba en Navidades, mi madre pintaba la nieve en los cristales de las ventanas. Pero la localidad tenía un ambiente muy internacional. Y encontrabas tiendas exclusivas que no había en ninguna otra ciudad de España. Mi hermana y yo aprendimos español en dos meses... mis padres tardaron alrededor de 10 años”. 

Inka Maushake.

/ Cristina Candel
  • Xenon Spain, actriz, humorista y cantante

Nacida en Madrid pero residente de Torremolinos desde hace 26 años. Es una de las figuras más visibles de la activa comunidad LGTBIQ+ de la localidad malagueña.

Xenon Spain.

/ Cristina Candel

Históricamente, Torremolinos ha sido un espacio de libertad para diferentes colectivos, incluso durante periodos en los que las libertades estaban limitadas en el resto del país. “Durante el franquismo”, explica, “cuando todo era gris en nuestro país, aquí se respiraba libertad y en el cielo se veía el arcoíris. Y hoy sigue siendo así. Es una ciudad donde todo el mundo tiene su sitio. Aquí todo el mundo se siente como en casa”. Su rincón favorito es el Edén Beach Club, local situado en la playa de El Bajondillo y en el que actúa habitualmente.