El balcón más bello, y más largo, de España: nos asomamos al Palacio de Peñaflor de Écija
El palacio de los balcones largos es uno de los lugares más bellos y visitados de Écija. Parte de la 'culpa' lo tiene su balcón infinito.
Nos acercamos al Palacio de los Marqueses de Peñaflor de Écija por la calle Emilio Castelar. Un balcón infinito captura toda nuestra atención ya casi desde la esquina con la calle Virgen de la Piedad. El balcón se despliega ajustándose a la curvatura de la vía, mide 59 metros de longitud y es el responsable de que al Palacio de los Marqueses de Peñaflor se lo conozca popularmente como el palacio de los balcones largos.
Llegamos a él en una de las paradas de nuestra ruta Caminos de Pasión, un recorrido por 10 de los pueblos más bellos de las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaén, unidos por la pasión común por tradiciones como la Semana Santa, además de un rico patrimonio, gastronomía y naturaleza.
El Palacio de los Marqueses de Peñaflor es el más simbólico de Écija y emisario del llamado siglo de oro ecijano, cuando más de 30 títulos nobiliarios se establecieron en la ciudad sevillana y la llenaron de esplendor. Hasta 1958 vivió en él la familia Peñaflor. Tras su muerte, querían que fuera una escuela católica y, durante un tiempo, acabó cumpliendo una función didáctica, ya que en él estuvo ubicada una biblioteca, en la que muchos ecijanos recuerdan haber hincado codos.
Mandado construir a comienzos del siglo XVIII no fue hasta 1775 cuando se completó. Hoy está protegido como bien de interés cultural y es monumento histórico-artístico.
El balcón más largo de España
El motivo de que el balcón tenga esa longitud responde al hecho de que el marquesado fue agregando edificios de dicha manzana al palacio. Bajo y sobre el balcón destaca el uso de la arquitectura ficticia. Las pinturas al fresco policromadas que decoran la fachada simulan en ocasiones ventanas cerradas; en otras, molduras, columnas y otros elementos arquitectónicos. También hay paisajes y escenas cortesanas. Son obra de Antonio Fernández, quien las ejecutó entre 1764 y 1765. El balcón data de un par de años antes, 1762, y fue construido por el herrero Pedro Calderón.
Antes de subir al balcón hay que reservar unos minutos para escanear con la vista la portada de ingreso al palacio. Labrada en piedra y flanqueada por columnas dóricas, da acceso al apeadero y al patio de las caballerizas. En estas últimas se repite el trampantojo de la fachada: aquí también hay pinturas que simulan ventanas tapadas. En la planta baja también se encuentra el patio central, con una refrescante fuente en el centro.
Espectacular es la escalera que da acceso a planta alta. Su profusión de yeserías y decoración pictórica es obra del yesero sevillano Cristóbal Portillo y del pintor Fray Antonio de Molino. El edificio se ha ido restaurando poco a poco en los últimos años por parte del ayuntamiento de Écija y en breve seguro que veremos más mobiliario original de los marqueses, ya que cuentan con él.
Uno de los momentos más divertidos lo protagonizan los propios marqueses de Peñaflor que, a través de unas pantallas parlantes ubicadas en el antiguo despacho del palacio, interactúan con el público contando su historia.
Nos despedimos de este singular palacio desde su torreón-mirador. Desde él admiramos la única fachada plateresca de Écija, la del vecino Palacio de Valdehermoso, y también 9 de las 11 famosas torres ecijanas que configuran el paisaje urbano de esta ciudad sevillana. La mayoría de ellas fueron reconstruidas tras el terremoto de Lisboa de 1755, terremoto devastador no solo en Portugal, sino también en buena parte del sur de España y que, sin embargo, es el principal responsable de que Écija luzca como lo hace hoy. Reconstruidas con ladrillo o con piedra caliza de Estepa, todas ellas comparten esa profusa decoración de azulejos, remates y pináculos, herencia de lo que hizo el arquitecto Hernán Ruiz II en su remate de la Giralda sevillana.
El mirador de los marqueses en el Salón
También vinculado a los marqueses de Peñaflor está el mirador que se encuentra en la Plaza Mayor de Écija, conocida popularmente como el Salón. Hasta él se desplazaban los nobles para admirar los espectáculos que se celebraban en la plaza, entre ellos, corridas de toros. Este bello edificio del siglo XVIII, ubicado en una de las esquinas de la plaza, ha sido recientemente restaurado, recuperando algunas pinturas murales originales. Su planta baja con soportales y sus galerías con arcos en las plantas superiores son las que le dan su peculiar aspecto, que cumplía con ese objetivo de ver sin ser visto. En dicha planta baja es donde se encuentra actualmente la Oficina de Turismo de Écija, punto de partida perfecto para una visita por la ciudad del sol sevillana.
Horario y visitas
El palacio de los Marqueses de Peñaflor se puede visitar de lunes a jueves en horario de mañana (de 11:00 a 13:30) y de tarde (de 16:30 a 18:30), los viernes de 11:00 a 18:30, los sábados de 11:00 a 14:00 y de 18:30 a 20:00 y el domingo, de 11:00 a 14:00. Cierra festivos y la entrada cuesta 3 euros (2 euros la reducida).