Badajoz para principiantes: 7 rincones poco conocidos que debes visitar

Extremadura es una de las grandes regiones de España, así como una de las más antiguas y olvidadas, por el resto. Ello resulta contraproducente, ya que el paso del tiempo por este lugar ha dejado un patrimonio histórico y cultural riquísimo, que la convierten en un destino perfecto para entender algunas de las vicisitudes que hicieron de este nuestro país. Desde el románico al medievo, con notable influencia de la cultura árabe, la provincia de Badajoz contiene algunos de los lugares más sorprendentes de la península.

Pese a los intentos de comparación con otras zonas de España, la imprenta extremeña es evidente en cada uno de los siguientes lugares, habiendo sabido mantener su identidad y cultura únicas, enamorando a los visitantes, dejándolos impresionado por la gran cantidad de rincones que esconde este lugar. Para empezar a conocerla, desde viajar hemos seleccionado siete lugares que no todo el mundo conoce, pero que es obligatorio visitar.

En la capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura se encuentra uno de los rincones más sorprendentes, especialmente para los amantes del mundo antiguo. A lo largo de 75 hectáreas se encuentra la antigua ciudad de Augusta Emérita, una “pequeña Roma” que duerme bajo la ciudad de Mérida y que destaca por ser una de las villas romanas mejor conservadas. 

Su visita sin duda merece la pena, pues el enclave cuenta con todos los elementos con los que tiene que contar una villa romana: viviendas, un anfiteatro, obras hidráulicas, necrópolis, puentes, foros, un teatro y un circo. Todo perfectamente organizado, con esa estructura geométrica y perfectamente organizada de las antiguas ciudades romanas.

Esta construcción de origen musulmán es la más grande de su tipo en toda Europa y una muestra de la importante herencia musulmana en la arquitectura medieval de la Península Ibérica. En total son dos murallas: una de origen medieval y otra moderna; que forman un complejo de baluartes, fuertes, caminos cubiertos entre otras estructuras defensivas.

En la actualidad, este monumento, considerado una de las señas de identidad de la ciudad de Badajoz, ha sido aprovechado como espacio público en el que vecinos y visitantes pueden disfrutar de un día al aire libre en un parque urbano situado en las inmediaciones de esta alcazaba.

Como uno de los municipios extremeños históricos de la provincia, Segura del León es un pequeño destino, que no llega a las 2000 habitantes y que se ha llegado a ser destino turístico precisamente por sorprender a sus visitantes. Se trata de una verdadera joya histórica y cultural de Extremadura, en la que destacan su castillo y su Iglesia, que guarda un enorme órgano barroco del siglo XVIII.

Ya en 1274 adquirió gran peso en la corona de Castilla al otorgarle el título de fuero de población. Su estrecha relación con la Orden de Santiago le permitió acumular un gran patrimonio histórico, que ha llegado perfectamente conservado a nuestros días y al que se le suman un entorno envidiable de bosques mediterráneos y dehesas en las que los cerdos ibéricos andan a sus anchas.

Este pequeño pueblo situado en el límite de la provincia esconde un pasado fascinante, como una de las villas romanas más importantes de Hispania. Por aquel entonces, el lugar era conocido como Regina Turdulorum, un lugar que llegó a su apogeo en el siglo I, durante el conocido como periodo Flavio, uniendo las capitales de Lusitania con Corduba e Hispalis (las actuales Córdoba y Sevilla).

Pero no es solo la leyenda, sino la riqueza patrimonial que ha quedado conservada en el lugar lo que hace este lugar un imperdible de Badajoz que no todo el mundo conoce. Entre las diferentes construcciones que han resistido el paso de los siglos, destaca el Teatro Romano de Regina, en el que hoy en día, gracias a su restauración, se siguen haciendo representaciones teatrales.

Con una identidad propia, este paraje es una de las muestras más impresionantes de la arquitectura barroca, con una clara influencia portuguesa. Su nombre se hace notorio entre los siglos XV y XVI, cuando naves de las primeras incursiones a América se llenaron con sus paisanos, de entre los que destaca el notorio Fernando Núñez de Balboa. Hoy, en la entrada del pueblo, existe una plaza alrededor de una estatua de bronce, conmemora al mítico personaje.

Aquellos que la visitan destacan sus monumentos barrocos imprescindibles, como su castillo, con posteriores aportaciones templarias y de los caballeros de Santiago; la Iglesia de San Bartolomé con una fachada ornamentada a modo de retablo o la Plaza de España, un recuerdo de que las influencias sureñas compiten fuertemente con el estilo mesetario.

El balneario de Alange, situado a 18 km de Mérida, es uno de los destinos turísticos más grandes de la localidad, con un complejo de baños termales y hoteles que confabulan para crear la experiencia relajante definitiva. Una de las peculiaridades de este spa milenario es que forma parte del conjunto arquitectónico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993.

Las termas se construyeron durante el siglo III d. C, en honor a la diosa Juno - diosa de la familia, la fertilidad y el hogar, remake de la diosa griega Hera - y donde se convirtió en un templo a la salud y el recreo para los habitantes de la zona. Utilizada por las culturas posteriores, ha llegado a nuestros días, diecisiete siglos después, dando el mismo servicio para el que fue concebida en su origen.

Suena pretencioso decir “dejamos lo mejor para el final” pero, en el caso de Zafra, puede hacerse y con toda la tranquilidad del mundo. Más que por sus calles de piedra y casas de blanco brillante, su alcázar - con muralla incluida -, sus plazas y sus iglesias y conventos, es una paradójica sensación de asombro y familiaridad la que hace pensar en este lugar como en un pueblo sacado de una película Disney.

Para entender por qué se conoce este lugar como “Sevilla la chica” solo hay que dar un paseo por su calle principal. Y haber estado previamente en Sevilla, claro. Su parecido con la Calle Sierpes, una de las más emblemáticas de la capital andaluza, como una versión miniaturizada del icónico enclave.