Planes para un nuevo año: saboreando Zafra
Zafra es una ciudad para vivirla como dice la canción. Juntos y a medias. Para pasearla. Huir de las prisas. Dormir en un palacio del siglo XIX. Conocer los dulces navideños que elaboran las monjas clarisas. Y disfrutar de una copa de vino Ribera del Guadiana. Aquí van 3 propuestas para exprimirla al máximo en estas fechas.
Una plaza de toros en las alturas
Si quieres ver la única bodega de España que cuenta con una plaza de toros en el tejado, tienes que venir a Zafra. Hoy tenemos que tirar de imaginación para saber cómo salían los animales por la puerta de toriles. Porque en la actualidad no funciona como tal. Eso sí, podemos visitarla y hasta dar la vuelta al ruedo.
Estamos en bodegas Medina. Esta familia lleva décadas con su mayor hazaña: elaborar vinos en Extremadura. Creada en 1931, es el momento de que las nuevas generaciones cojan el testigo. En sus viñedos crece la uva Cabernet-Sauvignon. La historia nos la cuenta Conchi en un entorno que hipnotiza. Un montón de barricas de madera se apilan junto a una fuente. Porque uno de los espacios más significativos de la bodega se encuentra en un antiguo huerto.
La DO Ribera del Guadiana se deja querer por estas tierras. Y aunque aún parece que le cuesta sacar pecho, cada vez se siente más orgullosa de su identidad. Si vas a Zafra, haz del vino uno de los protagonistas de tu viaje. Recorre una de sus bodegas. Cata sus vinos. Es la mejor forma de conocerlos. Y pide siempre el de la tierra. (No. Esto no es una obviedad.)
Calle Cestería 4. 06300, Zafra. Carretera Nacional 432, Km 76. Zafra
La Zafra más dulce
Pillarlas con las manos en la masa es más fácil de lo que parece. Porque las monjas del Convento de Santa Clara trabajan varias horas al día para elaborar unos dulces que se han ganado la fama a base de producto natural, aroma. Y cariño. Mucho cariño. Estos son los ingredientes con los que las Hermanas trabajan en el obrador.
No te vayas de Zafra con las manos vacías. O te arrepentirás cuando llegues a casa. Los Corazones del Obispo, las magdalenas de chocolate, las perrunillas o los bizcochos. Son algunos de los pasteles artesanales que venden las monjas en el torno del convento. Ahí es donde nos atienden. Antes era la única forma de disfrutarlos. Ahora podemos encargarlos pro teléfono. E incluso por correo electrónico.
Si quieres probar los Cubiletes Reales tendrás que esperar al día de San José. Si te gustan las roscas de San Blas, tendrás que venir en febrero. Y en Navidad, los aromas nos llevan a nuestra infancia. Pasteles de gloria, figuritas de mazapán, tartas de almendra, almendrados, trufas, princesitas, polvorones de almendra, alfajores de almendra, roscos de Navidad. Y por supuesto, los tradicionales mantecados.
Calle Sevilla, 30. 06300 Zafra.
Dormir en un palacio del siglo XIX
Para culminar la experiencia, puedes dormir en el hotel Conde de la Corte. Se trata de la antigua residencia de Don Agustín Mendoza y Montero, quien llevó este título. De ahí el nombre. Tras un día perdiéndonos por la “Sevilla Chica”, una lectura reposada en la biblioteca. El calor de la chimenea nos invita a alargar el libro. Cuando se van los fríos y los ventanales se abren de par en par, el sonido del agua se convierte en la mejor terapia para el bienestar.
Desde que atravesamos esa cancela llena de encanto, el sabor y la tradición taurina se refleja en cada detalle. No es casualidad que las estancias lleven nombres de ganaderías. Dormirás en la habitación Mihura o en la Vitorino. Y no puedes perderte la ducha que simula una jaula de pájaros del siglo XIX.
Los cuidados llegan a cada una de las enormes 15 habitaciones de estilo clásico. Si buscas un sitio donde te cuiden, te mimen y hasta te quieran, este es tu lugar. En el casco histórico de una ciudad monumental, es el plan perfecto para dos: masajes, rutas en bicicleta y senderismo. Cuando te levantes por la mañana, ya te habrás dado cuenta. Zafra es la ciudad perfecta para vivir con tu otra mitad.
Plaza Pilar Redondo 2. 06300. Zafra.
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