El centro psiquiátrico más bonito del mundo está en Reus

El Instituto Pere Mata, en Reus, es el centro psiquiátrico más bonito del mundo.

El Instituto Pere Mata, en Reus, se puede visitar.
El Instituto Pere Mata, en Reus, se puede visitar. / Getty Images

¿Puede un centro psiquiátrico ser una obra de arte? El Instituto Pere Mata es la prueba de que la respuesta es afirmativa. El proyecto surgió de la necesidad ayudar a la gente con discapacidad intelectual: se les quería dar un espacio para sanar en un entorno donde se sintieran seguros, y así nació esta joya modernista de Lluis Domènech i Montaner, el mismo arquitecto que posteriormente diseñó el Palau de la Música Catalana i El Hospital de San Pau

El instituto Pere Mata es uno de los lugares turísticos de Reus

El instituto Pere Mata es uno de los lugares turísticos de Reus

/ Istock / Juan Carlos fotografia

En búsqueda de un lugar mejor

Cuando el doctor Emili Briansó empezó a trabajar en el centro psiquiátrico Ca l’Agulla en el centro de Reus se estremeció al ver cómo a los pacientes estaban atados, y cuando sufrían crisis eran tratados como animales. El doctor Briansó estuvo doce años luchando para conseguir un centro psiquiátrico donde los pacientes pudieran sanar en un entorno seguro y agradable para ellos. 

Finalmente, consiguió unir a gente de bien dispuesta a invertir en el proyecto, y creó la Sociedad Manicomio de Reus, presidida por Pau Font de Rubinat. Este personaje provenía de una de las familias más influyentes de la ciudad, por lo que tenía ciertos contactos, entre ellos el arquitecto Lluis Domènech i Montaner, quién se encargó del diseño del proyecto. En 1897, todo estaba listo para empezar a construir, y con el cambio de siglo, el centro psiquiátrico nombrado en honor al doctor reusense Pere Mata estaba listo para abrir. 

Los motivos de la naturaleza son importantes en el modernismo

Los motivos de la naturaleza son importantes en el modernismo

/ Istock / Juan Carlos fotografia

El arte del ilusionismo 

Domènech i Montaner creó un hospital psiquiátrico donde los pacientes se sentían como si estuvieran en un palacio. La estructura del centro está diseñada con estructura de "village", de forma que las personas ingresadas residen en diferentes pabellones según su sexo, enfermedad y clase social. Para crear una atmósfera bucólica y de paz, los pabellones estaban rodeados por jardines bien cuidados. Además, mostraban un espejismo de libertad: cuando la tierra llegaba a los límites del recinto, se hundía en una fosa de dos metros de profundidad, de donde surgía una alta valla. Desde la lejanía no se apreciaba la valla, ya que la mayor parte quedaba escondida en la fosa, así que los pacientes sentían que estaban en un jardín abierto. 

Un espacio de lujo para los ricos

El pabellón más destacado es el “dels Distingits”, que estaba dedicado a los ciudadanos con mayor poder económico. En este espacio, los pacientes gozaban de un precioso decorado modernista (la última moda en ese momento), donde había un espacio común, un comedor, habitaciones privadas e incluso una sala de billar.

Observando el exterior también se puede adivinar de qué pabellón se trataba, ya que en las cuatro caras de las torres se representan ángeles con flores e instrumentos y decoraciones inspiradas en la naturaleza, uno de los motivos que caracterizan el modernismo. 

Para crear el sentimiento de hogar, en lugar de cubrir las ventanas con rejas para proteger a los pacientes, Domènech i Montaner diseñó vidrieras con hierro. Además, para evitar lesiones eliminó los pasamanos y para facilitar la limpieza eliminó los ángulos rectos. Estos elementos se integran a la perfección con el diseño modernista, y aunque son detalles que el arquitecto pensó a propósito, a simple vista no se detectan. 

La mejor manera de descubrir el Instituto Pere Mata: visitas teatralizadas

Cada tercer sábado del mes a las 12h se organiza una visita teatralizada en el Institut Pere Mata, donde puedes viajar a principios del s.XX a través de un guía que se pone en el papel de un trabajador de la época. Recorrerás el Pabellón “dels Distinguit”; gozarás de un breve concierto de música de la época y podrás probar el Vermut de Reus en los jardines. La entrada cuesta 20€ para adultos, 15€ para jubilados y 8€ para niños entre siete y doce años. 

El pabellón “dels Distingits” también se puede visitar libremente los sábados de 11 a 14 h y de 16 a 18 h, y los domingos de y festivos de 11H a 14 h. La entrada cuesta 9€. 

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