Tres obras de Gaudí que nadie conoce y son una oda a la belleza
El arquitecto catalán es el mayor representante de Barcelona tal y como la conocemos, pero también creó alguna de sus obras fuera de Cataluña.
El reusense Antoni Gaudí es el arquitecto más representativo del Modernismo -junto con Doménech i Montaner, el arquitecto del complejo de Art Nouveau más grande del mundo-. El catalán es conocido por haber creado algunas de las construcciones más características de la Barcelona actual, como la Sagrada Familia, la casa Batlló o el Parc Güell. Actualmente no es posible imaginar la ciudad condal sin la mano mágica de Gaudí, que tenía un lenguaje arquitectónico nunca antes visto y que creó una escuela que, aunque de corta duración, es de indudable calidad.
Cuando se graduó, el director de la Escuela de Arquitectura llegó a decir: "No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá". El tiempo ya ha hablado, y se puede decir que cuando nos enfrentamos a su obra, nos situamos frente a una arquitectura única y superlativa. La muerte le sorprendió en su camino nocturno hacia la Sagrada Familia, como cada día, cuando le atropelló un tranvía. Sin embargo, su vida dio para mucho y dejó como legado un gran número de obras que quedaron escritas en la historia. Aun así, hay algunas que todavía pasan desapercibidas.
Iglesia de la Colonia Güell (Santa Coloma de Cervelló)
Este edificio que no terminó sirvió como un primer acercamiento a la manera de plantear la Sagrada Familia. Construyó la maqueta de una manera muy especial, con tela, cuerdas y pesos gracias a los que se podía saber las formas que crearía el edificio en su construcción final. Es la mayor colonia modernista y esta iba a ser la iglesia de Eusebi Güell, su mecenas. La cripta es una "maqueta monumental" de su gran proyecto, con importantes ejemplos de las artes aplicadas. En el edificio de la antigua cooperativa se ubica una exposición permanente donde descubrir las colonias industriales, la fábrica, la Colonia Güell y la iglesia de Gaudí.
Casa Botines en la Plaza de San Marcelo (León)
Este edificio proyectado en León -no es la única joya de Gaudí en la ciudad- es otra de las joyas ocultas del arquitecto. Es un edificio de viviendas de alquiler y de uso comercial que construyó para Simón Fernández Fernández y Mariano Andrés González Luna. Su primera casa de vecinos. Es de planta trapezoidal y, aunque se parece a un castillo medieval, por dentro es perfectamente habitable y de un manifiesto estilo modernista. Cuenta con siete niveles y se inspiró en las contrucciones burguesas de Barcelona y París. Ahora se puede visitar el museo que cuenta la historia del edificio y el arquitecto y algunas exposiciones temporales.
Colegio de las Teresianas (Barcelona)
El colegio lo ideó San Enrique de Ossó, sacerdote y fundador de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, pero Gaudí lo plasmó sobre el plano cuando llevaban 80 centímetros de cimientos. Es un edificio austero, de líneas rectas, que evoca la seriedad que se buscaba para un colegio de una congregación cristiana. La fachada es de ladrillo y está coronado por puntas. Todo lo medieval que es por fuera -con referencias góticas y mudéjares-, es modernista por dentro. En su interior se plasma la obsesión de aprovechar la luz natural y claras huellas estilísticas como el hierro forjado o los arcos parabólicos.
Aunque Gaudí proyectó prácticamente toda su obra en Barcelona, no es el único lugar en el que se puede disfrutar de estas maravillas de la arquitectura modernista: desde Comillas hasta Palma de Mallorca, pasando por León o Astorga. De las once que hay en la ciudad condal, siete de ellas son Patrimonio de la Humanidad (la fachada de la Natividad y la cripta de la Sagrada Familia, el Parque Güell, el Palacio Güell, la Casa Milá, la Casa Vicens, la Casa Batlló y la cripta de la colonia Güell). No todas sus obras son declaradas patrimonio, pero sí son auténticas odas a la belleza arquitectónica.
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