Toledo para principiantes: 5 rincones poco conocidos que debes visitar

A menos de una hora de Madrid llegamos a la conocida como Ciudad de las 3 culturas, una joya cuyo casco histórico es Patrimonio Mundial por la UNESCO gracias, sobre todo, a un trazado que se conserva tal cual estaba en la Edad Media. La Catedral, el Alcázar o la Plaza de Zocodover son algunas joyas que el viajero debe visitar. Pero hay más: los edificios renacentistas del Palacio Arzobispal y del Ayuntamiento, la iglesia de San Ildefonso en la plaza Padre Juan de Mariana; el barrio de la Judería; o la Puerta Nueva de la Bisagra.

Hay recorridos por la ciudad que te permitirán descubrir la ciudad amurallada desde diferentes ópticas. Visitar el subsuelo, repleto de galerías, restos arqueológicos y secretos; el Toledo nocturno, para los exploradores amantes del misterio; el monumental, que incluye las 7 paradas imprescindibles, desde el Alcázar a San Juan de los Reyes o la ruta Templaria. Ahora bien, si prefieres conocer la Ciudad Imperial a tu aire, aquí tienes 5 rincones poco conocidos que debes visitar.

Debe saber el viajero que el Museo del Greco de Toledo no se ubica donde vivió el pintor griego, sino a unos pocos metros, pero no queda ningún resto visible de las casas que pudieron existir en lo que hoy es el Paseo del Tránsito. Este es el único museo de España dedicado al pintor, y tiene como finalidad hacer comprensible y contextualizar su figura en el Toledo del XVII.

Muchos viajeros disfrutan de la recreación histórica en sus estancias y de las obras del pintor, pero no se animan a descubrir las cuevas, un rincón poco conocido que vale la pena visitar. Estas cavidades son ‘una serie de galerías de ladrillo que se encontraban en el solar que adquirió el Marqués de la Vega Inclán para completar su proyecto de la Casa y Museo del Greco’, tal y como se cuenta desde la web del museo. Y, continúa: ‘Su interés histórico está en ser el único resto conservado del palacio que Samuel Leví, tesorero de Pedro I, se construyó a mediados del siglo XIV en la judería’.

A unos pasos de Zocodover vas a poder descubrir un rincón que solo suelen frecuentar los bolos (así se conoce a los oriundos de Toledo), ya que es un espacio que hoy se dedica al arte y la cultura. En el paseo del Carmen nos topamos con la Cámara Bufa, un espacio cuyo nombre proviene del verbo bufar (soplar) y que en sus orígenes se creó como sistema arquitectónico por el que corría el aire para combatir la humedad de los muros.    

Hoy en día la Cámara Bufa cuenta con una interesantísima programación de exposiciones y conciertos. Hasta finales de agosto, por ejemplo, estará en cartel la exposición 'Escenografismos' de Isidro Ferrer, una muestra que permite crear un espacio visual de los objetos cotidianos deformados y que los visitantes podrán contemplar antes de ser modificados. Puedes consultar el resto de la programación aquí.

La Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Toledo es otro de los rincones que los viajeros y exploradores no suelen visitar. Al ser un centro de formación, los horarios de visitas son algo escuetos, pero merece la pena acercarse hasta la calle Reyes Católicos, muy cerca del Monasterio de San Juan de los Reyes para descubrir este edificio construido a finales del siglo XIX. 

La parte más mágica es su bello invernadero y también resulta imprescindible la visita al museo de Artes Aplicadas, en los sótanos, que alberga más de un centenar de piezas procedentes de los diferentes talleres artísticos: Modelado y Vaciado; Cerámica; Forja y Metalistería; Bordados y Encajes; Ebanistería; Talla en Piedra y en Madera y Damasquinado y Esmaltes. 

Estas termas nos permiten vislumbrar la grandiosidad que alcanzó Toledo. El empleo del hormigón de cal o el arco formado por dovelas de piedra, supusieron verdaderas revoluciones de la ingeniería en Hispania. Además, se puede descubrir parte del sistema de suministro de aguas limpias a la ciudad, y del abastecimiento a los edificios públicos, que contaban también con diferentes termas. El viajero que quiera descubrir esta joya debe dirigirse a la plaza de Amador de los Ríos, a unos 500 metros de la Catedral, subiendo por la calle Nuncio Viejo.

Estos vestigios arqueológicos se descubrieron en 1986, pero no fue hasta dos décadas después cuando, tras un importante y laborioso proceso de restauración, se abrieron al público. Y, ojo, ya que parece que no son las únicas existentes en la ciudad. Sin ir más lejos, hace un año se descubrían nuevas termas del siglo II dentro del casco histórico que corresponderían a unas piscinas frías que conservan elementos decorativos en buen estado.

Y, para finalizar este recorrido por los 5 rincones poco conocidos de Toledo que debes visitar, no vamos a ofrecerte una dirección o punto de interés exacto, sino una sugerencia: que te pierdas por callejuelas y callejones únicos, con cuestas, estrecheces y un encanto que hacen que cuando uno se vaya de Toledo, siempre le queden ganas de volver.