El pueblo más pequeño de Mallorca: 187 habitantes, infinitos encantos

En el corazón de la Sierra de Tramuntana nos encontramos con Escorca, un pueblo en el que viven 187 personas alejadas del mundanal ruido y con unos paisajes de ensueño.

Escorca, 187 habitantes e infinitos encantos en plena Sierra de Tramuntana.
Escorca, 187 habitantes e infinitos encantos en plena Sierra de Tramuntana. / Mateusz Fron

Mallorca es sinónimo de belleza y encanto natural. La isla cuenta con todos los ingredientes necesarios para ser un destino de ensueño: calas y playas que parecen generadas por IA de lo bellas que son. Y luego está la Sierra de Tramuntana, una maravilla natural para todos aquellos amantes del senderismo y la montaña. Y, precisamente, en medio de este majestuoso paisaje montañoso (que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) nos encontramos con Escorca, un pueblo en el que viven 187 habitantes, pero que tiene infinitos encantos, entre los que destaca el Santuario de Lluch.

Escorca tiene las montañas más altas de Mallorca y es, por tanto, la zona menos poblada de la isla. Sus habitantes, conocidos como escorqueros o lluqueros, viven desperdigados en diferentes casas de campo mallorquinas donde el silencio solo se ve interrumpido por el canto de los pájaros.

Las fincas en Escorca se diseminan a lo largo de la Sierra de Tramuntana.

Las fincas en Escorca se diseminan a lo largo de la Sierra de Tramuntana.

/ Luis Leamus

Escorca, un pueblo en plena Sierra de Tramuntana

Resulta realmente complicado acceder al pueblo más pequeño de Mallorca en cuanto a población. El transporte público no llega y para descubrir su belleza deberemos recorrer las serpenteantes carreteras que nos llevan por toda la Sierra de Tramuntana hasta Sa Calobra.

Una vez llegados a Escorca el reloj se detiene. El turista que quiera un montón de souvenirs, infinidad de restaurantes donde poder elegir y una oferta hotelera amplia, deberá buscar otro enclave, porque en este pequeño pueblo no hay nada de eso. Solo una pequeña tienda de recuerdos y una panadería en la Plaza Peregrins, junto al monasterio de Lluch.

La carretera para llegar a Escorca no es apta para aquellos que se marean con facilidad.

La carretera para llegar a Escorca no es apta para aquellos que se marean con facilidad.

/ Ralf Geithe

187 habitantes e infinitos encantos

Con unos 140 kilómetros cuadrados de extensión, Escorca es un municipio bastante grande, pero con una muy baja densidad de población. Se puede pasear tranquilamente sin miedo a encontrarse a nadie durante la caminata. Son pocos lugareños y muy desperdigados en las fincas que aparecen diseminadas por toda la montaña.

El viajero que busque paz, habrá encontrado su edén particular. Este rincón de Mallorca, desconocido por muchos, alberga el Monasterio de Lluch, que en su día fue un santuario perdido entre montañas y hoy se nos presenta como una imponente construcción renacentista que cuenta con una iglesia y también ofrece alojamiento para excursionistas.

Montasterio de Lluc, en Escorca.

Montasterio de Lluc, en Escorca.

/ Larysa Lyundovska

Lluch, un monasterio entre montañas

Este monasterio es un lugar sagrado y de peregrinaje obligatorio para los más devotos, puesto que en él se encuentra la Virgen de Lluch, patrona de Mallorca. Además de contemplar la mítica figura de La Moreneta, el viajero podrá disfrutar de un pequeño museo con imaginería religiosa, hallazgos arqueológicos, trajes tradicionales, así como algunas exposiciones. También cuenta con un jardín botánico que se inauguró en 1956.

Resulta interesante pasear por la colina de los Rosarios, que nos lleva por un camino de piedra hasta un mirador con vistas a los valles de Lluc y Aubarca. Un enclave de lo más simbólico, puesto que la leyenda cuenta que es el lugar donde un pastor encontró la figura de la Virgen en el siglo XIII.

Escorca tiene varias de las mejores calas del mundo: Sa Calobra y Torrent de Pareis.

Escorca tiene varias de las mejores calas del mundo: Sa Calobra y Torrent de Pareis.

/ johannes86

Calas de ensueño: Sa Calobra y Torrent de Pareis

Si Escorca es un municipio algo desconocido, no podemos decir lo mismo del cañón del Torrent de Pareis, formado por monumentales formaciones rocosas que se elevan hasta 200 metros y dejan al explorador sin palabras.

Llegar a Sa Calobra y Torrent de Pareis no es tampoco fácil. La mejor opción es hacerlo en barco desde el Port de Sóller, aunque siempre se podrá llegar en vehículo privado después de zigzaguear a lo largo de toda la Sierra de Tramuntana.

Senderismo en el pueblo más pequeño de Mallorca

En el pueblo con menos habitantes de Mallorca abundan las rutas ciclistas y senderistas. Y es que en este enclave nos encontramos con cuatro de los picos más altos de Mallorca, entre los que destacan Puig Major y Puig de Massanella.

Si el viajero prefiere rutas menos complejas e incluso aptas para el público infantil, una excursión alrededor del embalse de Cúber puede resultar de lo más cautivadora. La zona es perfecta para hacer picnic y pasar un día relajado disfrutando de la naturaleza.

Escorca es, como hemos mencionado, un pueblo de gran extensión, pero con muy pocos habitantes. Una joya escondida que muchos viajeros aún no han fijado en su radar pero que, una vez descubierta, supone uno de esos destinos a los que siempre hay que volver. 187 habitantes, un monasterio, infinidad de rutas senderistas y unas calas que pueden presumir de ser de las mejores del mundo. Así es el pueblo más pequeño de Mallorca que cuenta con infinitos encantos.

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