Sa Calobra, la playa más espectacular de España y, casi, del mundo

Llegar a Sa Calobra no es fácil. O al menos no para aquellos que se marean con facilidad. Y es que para disfrutar de este enclave en plena Sierra de Tramuntana hay que serpentear entre carreteras y afrontar una subida de casi 10 kilómetros que convierten el viaje hasta una de las playas más espectaculares del mundo en un auténtico desafío. Sobre todo, para aquellos amantes del ciclismo que quieran llegar al paraíso pedaleando.

A Sa Calobra, como hemos dicho, se llega por carretera, pero también en barco. De hecho, en verano existe un ferry que sale desde el Port de Sóller y realiza el trayecto de una hora de duración varias veces al día.

Conociendo Sa Calobra

Debe saber el viajero que llega a Sa Calobra que se encuentra en el mismo lugar en el que un día, allá por 1531, el mismísimo pirata Barba Roja utilizó, después de atacar Pollença, para hacer numerosos cautivos.

Dejando a los piratas atrás, volvemos a la playa de Sa Calobra, que en realidad no es una sino dos. Una, Cala Sa Calobra, es una pequeña playa de 30 metros de largo de arena y guijarros. Los exploradores que hayan llegado en coche encontrarán aquí un aparcamiento, así como un par de restaurantes de pequeño tamaño.

La otra playa, y la que despierta mayor admiración, es el Torrent de Pareis, una cala más grande a la que se accede por tierra a través de un camino en el que hay que atravesar un estrecho túnel. Es, sin lugar a dudas, una de las playas más únicas y remotas de la isla.

¿Qué hacer en Sa Calobra?

Las aguas de Sa Calobra son cristalinas y de un color azul turquesa que hacen que el viajero quede prendado de este rincón de paraíso en la tierra. El mar normalmente suele estar calmado y convierte esta cala en un auténtico remanso de paz. Eso sí, algunas medusas hacen acto de presencia en los meses veraniegos, pero no parece que eso preocupe a ningún viajero.

A lo lejos, en el agua, pueden verse diferentes boyas para los barcos y yates que pasan a menudo por allí. Y, más allá de eso, no hay más. Solo naturaleza en estado puro. No hay actividades acuáticas ni tumbonas o sombrillas en alquiler. Tampoco servicio de socorrismo ni un chiringuito en el que poder tomarse una cerveza viendo el atardecer.

Pasar un día en Sa Calobra, y especialmente en Torrent de Pareis, es hacerlo en un escenario único. En una playa que puede ser considerada como una de las mejores del mundo. Y es que los acantilados de más de 200 metros que rodean este enclave son dignos de unas cuantas fotografías y llegan a ser tan espectaculares como el Cañón de Añisclo, en Huesca.

Escenario de conciertos: Torrent de Pareis

El público en Sa Calobra también cambia según la época del año. Fuera de temporada alta los mallorquines recuperan una de las playas más espectaculares del mundo para ellos y es la gente local la que disfruta de este enclave mágico.  

Mientras que, cuando llega el buen tiempo, excursionistas y veraneantes se hacen con la hegemonía de Sa Calobra, que luce serena y majestuosa, como queriendo decir: Sí, soy la playa más bonita del mundo, ¿y qué?

Como decíamos, en Sa Calobra no hay gran cosa que hacer, más allá de admirar un paisaje que te dejará sin palabras. Eso sí, una vez al año, normalmente a principios de julio, en este enclave se celebra desde hace más de medio siglo el mítico concierto de Torrent de Pareis, un evento musical gratuito en el que más que la melodía en sí, lo que enamora es el escenario.