El pueblo más pequeño de Girona: 97 habitantes, infinitos encantos

Viajamos hasta el municipio de Susqueda para descubrir un pueblo- no pueblo con una historia de lo más singular.

Susqueda, el pueblo más pequeño de Girona, cuenta con un espectacular monasterio que parece tocar el cielo.
Susqueda, el pueblo más pequeño de Girona, cuenta con un espectacular monasterio que parece tocar el cielo. / Istock / Eloi_Omella

En la comarca gerundense de La Selva llegamos hasta Susqueda, el pueblo-no pueblo más pequeño de Girona, con 97 habitantes, infinitos encantos y una historia de lo más curiosa. Antes de que el viajero empiece a preguntarse qué es eso de un no pueblo, debemos viajar en el tiempo hasta 1968, cuando se inauguró el embalse de Susqueda que sepultó al pueblo homónimo bajo sus aguas. Una historia parecida a la de Lanuza, pero sin final feliz.

Desde entonces, Susqueda como tal no existe, pero este no pueblo está compuesto de tres vecindarios diferentes entre sí que destacan por su naturaleza y paisajes singulares: El Far, El Coll y Sant Martí Sacalm. Y, entre todos, suman menos de un centenar de habitantes.

Vista de la presa de Susqueda.

Vista de la presa de Susqueda.

/ Angela Llop Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic.

Un pueblo: tres vecindarios

El viajero que quiera descubrir el pueblo más pequeño de Girona puede acercarse hasta El Faro, vecindario situado en una zona montañosa desde la que se pueden realizar innumerables rutas senderistas. En El Faro, pese a su pequeño tamaño, hay un santuario que merece la pena visitar. Se trata del conocido como Virgen del Faro ubicado a más de 1.100 metros de altitud y construido en el siglo XII.

Según cuenta la leyenda, fueron unos marineros los que, encomendándose a la Virgen para no perder la vida en el mar, le ofrecieron construir un templo en su honor si atendía a sus plegarias. Sobrevivieron y cumplieron su palabra, erigiendo un santuario ubicado en un lugar privilegiado. Y es que el Santuario de la Mare de Déu del Far no tiene nada que envidiar a los monasterios griegos de Meteora, que parecen tocar el cielo. Además, ofrece unas extraordinarias vistas al embalse, Les Guilleries y Collsacabra.

Calle de uno de los vecindarios de Susqueda.

Calle de uno de los vecindarios de Susqueda.

/ Istock / Xavier Dealbert

Vecindario del Coll

Otro de los vecindarios que componen el no pueblo de Susqueda es Coll, situado a unos 850 metros de altitud sobre el nivel del mar. El viajero que llegue hasta allí podrá disfrutar de unas impresionantes vistas al Valle de Osor y deberá hacer parada en la parroquia de la Mare de Déu, en cuyas inmediaciones se suelen concentrar los vecinos para disfrutar de una animada charla.

El último vecindario que compone Susqueda es Sant Martí Sacalm, situado bajo el conocido como Cingle del Far. De allí parte una espectacular ruta senderista que llevará al viajero más aventurero a descubrir impresionantes parajes como la Cova d’en Salvi o el Castell de Fornils. Eso sí, no sin antes haber contemplado la placeta del vecindario y su bonito mirador con vistas al pantano. También hay que visitar la iglesia parroquial de Sant Martí Sacalm, la antigua rectoría y frente a la puerta de la iglesia, el cementerio parroquial.

Parroquia de Sant Martí Sacalm, Susqueda

Parroquia de Sant Martí Sacalm, Susqueda

/ Josep Maria Viñolas Esteva Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license

Excursión por los alrededores de Susqueda

En las inmediaciones de Susqueda descubrimos también las conocidas como Roques Encantades, unas formaciones geológicas que ofrecen un espectáculo de lo más mágico. En medio de un bosque tupido de hayas y robles se encuentran estas piedras de gran tamaño recubiertas de musgo que nos trasladan a lugares habitados, quizás, por criaturas mágicas como las hadas de los bosques.

Rocas encantadas en los alrededores de Susqueda.

Rocas encantadas en los alrededores de Susqueda.

/ Istock / Zaizev

Susqueda, con sus 97 habitantes divididos en tres vecindarios, es el pueblo más pequeño de Girona y nos ofrece infinitos encantos que demuestran que es un lugar que ha resistido el paso del tiempo. Además, cuenta con numerosos enclaves que visitar, desde van desde su santuario que parece tocar el cielo hasta las diferentes parroquias o el propio embalse de Susqueda, en cuyas profundidades se encuentra el pueblo original.

Síguele la pista

  • Lo último