Levadas de Madeira, los senderos donde se esconden las hadas
Un destino obligatorio para los amantes del senderismo y los paisajes espectaculares.
Madeira nunca defrauda. El viajero que llegue en avión a esta isla situada en el océano Atlántico, al suroeste de Portugal, descubrirá, según se acerca a la pista de aterrizaje, un escenario similar al de Isla Nublar, que muchos lectores conocerán por las películas de Parque Jurásico.
Lo único que en Madeira no hay dinosaurios, si acaso hadas escondidas en sus levadas, uno de los principales atractivos de la isla. ¿Nos acompañas a descubrirlas?
Para ir abriendo boca, debemos conocer un poco el origen de estos canales de riego, que se construyeron en el siglo XVI. Los primeros colonos portugueses llegaron a Madeira un siglo antes y comenzaron a cultivar la tierra. Como la isla carecía de agua, había que transportar el agua de los arroyos y ríos hasta las tierras. Para solucionar este problema, se construyeron las levadas.
Su construcción fue un trabajo duro y peligroso, puesto que había que tallar canales en la roca con herramientas manuales en pendientes empinadas y muy peligrosas. A pesar de estos riesgos, las levadas resultaron ser un gran éxito y permitieron que la agricultura floreciera en la isla.
Hoy en día, las levadas se han convertido en una red compleja de canales que serpentean a través de las montañas, proporcionando agua a la agricultura, energía hidroeléctrica e, incluso, agua potable a la población. Además, constituyen, sin lugar a dudas, uno de los mayores atractivos turísticos de Madeira.
Con más de 2.400 kilómetros de levadas hay caminatas para todos los gustos. Muchas de ellas discurren por densos bosques de laurisilva, declarados y protegidos como Patrimonio de la Humanidad UNESCO.
Tanto en Funchal, capital de la isla, como en cualquiera de las poblaciones más turísticas, existen guías de las diferentes levadas, con información de las rutas, duración o dificultad. Además, suelen estar bastante bien señalizadas.
Si nunca has practicado senderismo y lanzarte a recorrer las levadas por tu cuenta te intimida un poco, hay gran cantidad de excursiones con guía que exploran diferentes rutas y se adaptan a todos los niveles, desde principiantes hasta senderistas experimentados que prefieren ir en grupo.
Principales levadas de Madeira
Entre las levadas más importantes, quizá la que goce de mayor fama sea la de Caldeirao Verde, una ruta de 13 kilómetros (ida y vuelta) que se puede hacer tranquilamente en algo menos de seis horas.
Arranca con casonas de tejados de paja y discurre entre hayas y cedros centenarios. Por el camino, podremos disfrutar de altas cascadas y varios túneles, teniendo a la izquierda la levada con grandes muros y vegetación y a la derecha precipicios con más de 100 metros de caída. Eso sí, no hay peligro, puesto que hay vallas protectoras en las zonas de mayor dificultad.
Otras rutas muy reconocidas son la levada das 25 fontes, que es una ruta circular de 20 kilómetros en la cual se puede admirar la Cascada do Risco o la que une Arieiro y Ruivo, los picos más altos de la isla.
Consejos prácticos y material necesario
Si bien es cierto que hay levadas de poca dificultad e ideales para hacer en familia y con niños pequeños, siempre requieren de un buen calzado de montaña que sea antideslizante, ya que, debido a la humedad del terreno, se pueden producir resbalones y caídas. Además, se recomienda llevar chubasqueros y linternas, porque en algunas hay que atravesar túneles.
También conviene añadir a la mochila de excursionista algún tentempié y agua, puesto que no todas las levadas son de agua potable.
En definitiva, pasear por los canales de riego de Madeira es un espectáculo único para los sentidos que te permitirá sentirte en comunión con la naturaleza y, oye, si tienes suerte, quizá puedas descubrir algún hada agitando sus alas o dándose un baño en alguna de las levadas. ¡Buena suerte!
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