El Nueva York riojano que tiene una réplica de la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertadnorteamericana fue un obsequio por parte de los franceses en el primer centenario de via de los Estados Unidos de América. La gran estatua fue construida en Francia, desmontada y embalada posteriormente en más de 200 cajas y transportada en barco hasta Nueva York en junio de 1885 e inaugurada al año siguiente. Lo cierto es que la original es la más impresionante de las más de 300 réplicas que existen en el mundo, como la de Dinamarca hecha con piezas de Lego o la de un pueblo de Noruega de donde se asegura que se sacó el cobre para la primera. Lo que menos se podía esperar sería que hubiera una en un pueblo de La Rioja de unos dos mil habitantes.

Tan solo unos años después de la inauguración de la neoyorquina, se destapó la de Cenicero (La Rioja), en 1897. Se levantó en honor de la Milicia Urbana del pueblo y sus hazañas durante las guerras carlistas. Según cuentan desde el Ayuntamiento, en 1834, cuando tuvo lugar el asedio carlista, tan solo 40 hombres cenicerenses se enfrentaron a los cinco mil de las tropas de Zumalacárregui, resistiendo durante 26 horas. Fueron condecorados por la reina Isabel II con medallas de oro y, 63 años después, se erigió la estatua en su honor en la plaza Dr. San Martín.

Su altura no alcanza el metro y medio y pesa unos 52 kilos, mientras que su hermana mayor mide 93 metros y pesa 225 toneladas. El artista fue Niceto Cárcamo y su coste 100 pesetas de la época. Debido a su carácter libertario, las tropas franquistas la retiraron hasta 1976, cuando unos cuantos vecinos la colocaron sobre un nuevo pedestal con el nombre de los héroes para los que fue construida. Allí se mantuvo 20 años, cuando se tuvo que cambiar por una copia en bronce. Aun así, la original sigue estando en la Casa de la Cultura 'Las Monjas'.

Algunas de las réplicas más curiosas

Ninguna de las réplicas es capaz de alcanzar a la real -sobre todo en tamaño-, pero eso no quita que pueda haber algunas réplicas curiosas. En Argentina, por ejemplo, se adelantaron a la inauguración de la de Nueva York e hicieron lo propio con la suya casi un mes antes en Barrancas de Belgrano (Buenos Aires), con el nombre de La Libertad Porteña y realizada por el mismo escultor. La de Vascoeuil, Francia, tiene ambos brazos levantados y fue un obsequio de Dalí.

En la plaza de los Estados Unidos de París hay otra, de 11,5 metros de alto. Además de en La Rioja, hay otros lugares en los que resulta casi imposible imaginarla. En este caso, debido a su connotación de libertad. Hablamos de Bahria, Pakistán, donde se erige una copia en lo alto de una colina, con vistas a la ciudad. Del mismo modo, en Israel a falta de una tienen dos: una en Arraba y otra en Jerusalén. También en Japón, España, Suecia, Taiwán, y una larga lista de países que quisieron tener su propia versión de una de las estatuas más emblemáticas del mundo.