La ciudad más subestimada de España, según el periódico italiano La Repubblica

Los italianos adoran España. Y muestra de ello son los casi 5 millones de viajeros que, desde Italia, visitaron el año pasado nuestro país. Más allá de su amor por Barcelona (con sus rincones no tan conocidos que peudes leer aquí), Madrid (aquí tienes o las islas (tanto Baleares como Canarias), cada vez están más dispuestos a conocer a fondo la Península Ibérica.

La prensa italiana, además, hace una interesante labor de difusión de nuestro patrimonio para que el viajero pueda descubrir rincones mágicos y ciudades que no son tan turísticas como ‘las típicas’. Y, precisamente, en esa labor de dar a conocer joyas más desconocidas han llegado a la conclusión de que hay una ciudad en España que está subestimada y es unverdadero tesoro. ¿Te animas a descubrir cuál es?

Según el periódico italiano La Repubblica, la ciudad de Pontevedra es un auténtico edén gracias, sobre todo, a dos características que resaltan por encima de las demás: espacio y silencio. Sí, porque según el diario, esta ciudad gallega es una maravilla gracias, en gran parte, a las políticas que se están llevando a cabo desde el año 2001 para limitar el tráfico rodado en la zona céntrica.

Italia y España cuentan con ciudades en las que conducir se ha convertido en un auténtico infierno (desde la madrileña M30 en hora punta hasta la caótica Nápoles a cualquier hora del día); por ello, Pontevedra es un auténtico ejemplo a seguir, ya que ‘se han eliminado todos los coches que cruzan la ciudad, al igual que todos los aparcamientos de superficie y los semáforos. También se ha establecido una zona libre de coches ampliada al centro histórico y barrios exteriores y un límite de velocidad de 30 km/h en las pocas calles donde todavía se permite el tráfico’. 

En definitiva, la política de movilidad llevaba a cabo en Pontevedra ha hecho que el viajero italiano empiece a conocer esta ciudad que, hasta ahora, ha estado completamente subestimada.

¿Qué ofrece Pontevedra al viajero italiano?

El italiano que llaga a Pontevedra debe saber que es una ciudad de larga tradición marítima y mercantil. Su casco histórico es uno de los más importantes y elegantes de Galicia. Y, cerca de la ría de la ciudad, se sitúa el casco antiguo, un elegante laberinto de calles, callejuelas y plazas dominadas por una impresionante arquitectura civil y religiosa.

Se puede empezar a visitar Pontevedra dirigiéndonos a la Plaza España, dominada por el Ayuntamiento con sus cuatro pares de columnas, con frontones en las puertas, así como un bello reloj. Ante nosotros aparece la alameda, un paseo que discurre entre edificios civiles como la Sede de la Administración Provincial, que contrasta con el convento de Santo Domingo, declarado Monumento Nacional. 

También en la ciudad vieja hay que descubrir el santuario de la Peregrina, donde se conserva la imagen de la patrona de la ciudad o la plaza de Ferrería, con su iglesia de San Francisco. Y los amantes del arte, van a descubrir en el Museo Provincial de Pontevedra una interesante colección de arte medieval y pintura española y europea de los siglos XVI y XVIII, así como una rica selección de obras de artistas y arte popular gallegos.

También en la provincia encontramos dos espacios protegidos que cualquier amante de la naturaleza debe visitar. Por un lado, encontramos el Parque Nacional de las Islas Atlánticas y, por otro, el Parque Natural de Monte Aloia, en la Sierra do Galiñeiro, que alberga restos arqueológicos de incalculable valor. Además, desde sus cumbres es posible disfrutar de unas maravillosas vistas del valle del Miño.

Y, para aquel viajero que quiera ir más allá, las Rías Baixas también son un tesoro por descubrir, salpicadas de encantadores pueblos y aldeas marineras como Vilagarcía de Arousa, O Grove (con su espectacular fiesta del marisco) o la isla de La Toja.

En definitiva, Pontevedra ha sido (hasta ahora) una ciudad bastante subestimada, pero poco a poco va siendo más conocida por el viajero italiano que quiere descubrir un enclave caracterizado por el espacio y el silencio.