El Caribe sin salir de España: esta cala tiene las aguas más turquesas del país

Ni Punta Cana ni Cancún, el Caribe se ha mudado a España y esta cala así lo demuestra.

Esta cala española no tiene nada que envidiar a las caribeñas
Esta cala española no tiene nada que envidiar a las caribeñas / Istock / Balate Dorin

Cuando se habla del Caribe, vienen a la mente imágenes del mismo paraíso en la Tierra. De enormes extensiones de arena suave y blanca bañada por las aguas más turquesas y transparentes de lo que uno pudiera imaginar. Islas, grandes y pequeñas, donde la vida se detiene, el tiempo pasa más despacio, no existe el estrés y todos los problemas se pueden olvidar tumbándose en una hamaca, con un cóctel en la mano y a la sombra de las palmeras.

Isla de Saona en República Dominicana

Isla de Saona en República Dominicana

/ Istock / valio84sl

Los caribeños conocen el secreto de la felicidad y lo comparten con todos aquellos visitantes que acuden para concer un estilo de vida completamente diferente o descansar del trajín del trabajo. Punta Cana, Riviera Maya, San Juan de Puerto Rico, La Habana, Cancún... y una infinidad de lugares a los que, en muchas ocasiones, no es sencillo viajar, ya sea por presupuesto o por tiempo. Sin embargo, no siempre es imprescindible tomar vuelos eternos para llegar a ese estado de felicidad máxima.

Vista de la bahía de la cala Macarella

Vista de la bahía de la cala Macarella

/ Istock / tane-mahuta

No hace falta salir de España para toparnos con verdaderos oasis, con calas que no tienen nada que envidiar al Caribe. Menorca esconde algunos secretos en forma de calas vírgenes al sur de la isla. Como el pequeño paraíso que lleva por nombre cala Macarella. El único servicio con el que cuenta es el bar restaurante Susy, bajo la sombra de los pinares que rodean toda la cala al completo. Unas enormes paredes de roca caliza se imponen tras la zona de playa, dando una mayor sensación de aislamiento.

Un espacio natural inigualable

Pequeñas cuevas aparecen en las paredes que antiguamente se utilizaban como caseta para pasar unos días de desconexión. Actualmente, suele estar muy concurrida, al igual que su vecina la cala Macarelleta, muy apreciada por los bañistas nudistas y donde hay que evitar caminar sobre el sistema dunar para favorecer su regeneración. A ella se puede acceder siguiendo el Camí de Cavalls en dirección a la cala Turqueta, aunque hay otro camino más corto que es por el acantilado que comunica sendas playas.

La cala Macarelleta, vecina de la Macarella

La cala Macarelleta, vecina de la Macarella

/ Istock / Julen Arabaolaza

Esta maravilla se encuentra en el interior del Área Natural de Especial Interés de la costa sur de la Ciutadella, por lo que en julio se reduce el tráfico para protegerla de la contaminación, pero se ponen autobuses a disposición de aquellos que quieran acceder. Llegar hasta el sendero que conduce a Macarella es atravesar un agradable camino de tierra rodeado de árboles en un trayecto que dura apenas diez minutos -después de la escasa media hora por carretera- y no es nada complejo.

El Camí de Cavalls que conduce a la Macarella

El Camí de Cavalls que conduce a la Macarella

/ Istock / Sandra Morante

También existe la opción de avistarla desde un barco que ofrece las mejores vistas al paraje natural. Hay varias rutas, embarcaciones y tours que permiten deleitarse con algunas playas en las que hace parada y observar de lejos otras tantas. La cala Macarella hará que todos los problemas se esfumen, que el tiempo se detenga y que florezca la pasión por vivir, del mismo modo que hacen los caribeños en sus islas y así como invitan a experimentarlo a sus visitantes.

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