El Parador que debes visitar en julio: un molino centenario escondido en un parque de Gijón
Un coqueto molino centenario en el parque Isabel la Católica es el campo base perfecto para conocer Gijón.
Ponemos rumbo a Gijón para disfrutar de una ciudad única y un clima especialmente benévolo en aquellos meses en los que el calor no da tregua. Podemos empezar nuestro recorrido en su hermoso paseo marítimo, conocido como El Muro, que bordea la Playa de San Lorenzo. En el extremo oeste, el barrio de Cimavilla, el más antiguo de la ciudad, nos ofrece una ventana al pasado gracias a sus calles empedradas y edificios históricos. Aquí se encuentra el Elogio del Horizonte, escultura de Eduardo Chillida que se alza sobre el Cerro de Santa Catalina, ofreciendo las mejores vistas panorámicas de la ciudad y el mar. Y si estás pensando en la mejor opción a la hora de buscar alojamiento, prepárate, porque hoy te contamos todo sobre el Parador que debes visitar en julio.
Antes de descubrirte el Parador de Gijón, ubicado en un antiguo molino centenario y en uno de los parques más emblemáticos de la ciudad, debes anotar algunas paradas imprescindibles en tu hoja de ruta: el Museo del Ferrocarril de Asturias, ideal para los amantes de la historia y la ingeniería, o el Museo Evaristo Valle, que ofrece una aproximación al arte asturiano en medio de hermosos jardines. Y, otro de los espacios imprescindibles que hay que visitar en esta ciudad asturiana es, sin duda, el parque Isabel la Católica, que ofrece espacios verdes para relajarse y disfrutar de la naturaleza.
De la finca El Molinón a Parador de Gijón
Precisamente en el parque Isabel La Católica, situado en una finca que llevaba por nombre ‘El Molinón’ (sí, como el estadio del Sporting de Gijón que se encuentra a escasos 300 metros) descubrimos un molino centenario que también fue fábrica de conservas de pescado y lleva desde 1967 ofreciendo comida y lecho a viajeros de todo el mundo. Antaño bajo el nombre de Hostería del Viejo Molino, con un restaurante para 80 comensales, sidrería y 6 habitaciones y, actualmente, ya convertido en el Parador de Gijón.
El Parador pasa totalmente desapercibido al situarse dentro del parque de Isabel La Católica. Rojizo, con balcones de forja y grandes ventanales, está rodeado de un caminito empedrado que lleva hasta un estanque y una zona de juegos infantiles. Cuenta con 40 habitaciones decoradas con suelos de madera, mullidas alfombras, y cortinajes vistosos...
Detalles que hacen único al Parador de Gijón
Pese a ser algo diferente a otros paradores que se engloban dentro de la categoría Civia, como podría ser el de Málaga- Gibralfaro, el parador de Gijón es una discreta joya que nos permite alejarnos del bullicio de la ciudad, pero sin poner un pie fuera del casco urbano.
Las habitaciones del Parador que debes visitar en julio cuentan con las mismas comodidades que el resto de establecimientos de la Red: minibar con una cuidada selección de productos, pantalla plana de TV, Wifi gratis, secador de pelo, o servicio de habitaciones para que el viajero pueda disfrutar de Gijón, pero sintiéndose en su propia casa.
Siempre que ponemos un pie en cualquier Parador, lo que más nos llama la atención es su oferta gastronómica. Y en el caso del de Gijón es más que sobresaliente gracias a su variedad de pescados y mariscos del Cantábrico y las especialidades más emblemáticas del Principado. Y la sidra, por supuesto, que no falte.
Llar de Molín es el nombre del restaurante del Parador gijonés. Entramos en el comedor y descubrimos altos techos con vigas vistas de madera y grandes ventanales. También hay salida al jardín exterior para que el comensal que lo prefiera disfrute de un almuerzo asturiano en un jardín histórico que alberga 65 especies de plantas distintas, con más de 1200 ejemplares repartidos por todo el parque.
Y, a la hora de elegir alguna de las especialidades de su carta, descubrimos quesos y embutidos asturianos, recetas clásicas como la fabada, el pastel de cabracho o el cachopo, así como propuestas marineras como la crema de andaricas con langostino crujiente, una versión salada de los frixuelos rellenos de ternera o las famosas cebolles rellenes.
En definitiva, en el Parador que debes visitar en julio vas a disfrutar de algunos platos emblemáticos del recetario asturiano en un ambiente único: un molino centenario escondido en un parque de Gijón.
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