Los 30 pueblos más bonitos de las fronteras de España

Los paisajes varían según la frontera en la que se encuentre el pueblo: algunos incluso se parecen más a los vecinos que a los propios.

Hondarribia o Fuenterrabía es uno de los más populares de la frontera con Francia.
Hondarribia o Fuenterrabía es uno de los más populares de la frontera con Francia. / Istock / MEDITERRANEAN

Vivir a caballo entre dos países es más común de lo que parece. Incluso hablar la lengua del país vecino simplemente porque la antena capta mejor la señal de las cadenas vecinas que las propias. España está rodeado de fronteras, por un lado con Portugal y por el otro con Francia y Andorra. A este lado de la frontera se encuentran algunos de los pueblos más bonitos del país, escondidos entre dos tierras.

Frontera con Portugal

Andalucía y Extremadura

Ayamonte, Huelva

Es el último municipio de la provincia antes de llegar a Portugal. Gran parte de su territorio está en el Paraje Natural de las Marismas de Isla Cristina. Hasta 1992 había que pasar por Ayamonte para cruzar la frontera, de ahí la canción 'María la portuguesa', que habla del pueblo como un punto de partida hacia pueblos portugueses como Faro, capital del Algarve.

Paisaje de Ayamonte, en Huelva

Paisaje de Ayamonte, en Huelva

/ Istock / CBCK-Christine

Olivenza, Badajoz

Cuenta con un puente sobre el río Guadiana que conecta este pueblo con Elvas, la ciudad geométrica. Hasta no hace mucho seguía siendo propiedad del país vecino. Tanto es así que todavía hay oriundos que hablan fluidamente sendos idiomas y en las calles quedan vestigios de la presencia portuguesa, que la transformó en la villa fortificada que es hoy.

Una calle de Olivenza, en Badajoz

Una calle de Olivenza, en Badajoz

/ Istock / makasana

Alburquerque, Badajoz

Aunque los monumentos más característicos del pueblo son de la época medieval, como el castillo Luna, la muralla del barrio gótico-judío o las puertas de la villa y de Valencia, su creación se remonta a antes de la época árabe. La Historia ha marcado incluso sus fiestas, con el Festival Medieval Villa de Alburquerque, de interés turístico de Extremadura.

Calle del barrio medieval de Alburquerque en Badajoz

Calle del barrio medieval de Alburquerque en Badajoz

/ Istock / WHPics

Alcántara, Cáceres

En mitad del Parque Natural Tajo Internacional y con un puente romano que da sentido a su nombre y fue declarado Monumento Nacional en 1924. Se erigió en el siglo II d.C. y su excelente conservación facilita la comunicación con el país vecino. Cada verano celebra un Festival de Teatro Clásico similar al de Mérida, la joya romana extremeña, aunque con unas dimensiones bastante menores.

El puente romano de Alcántara en Cáceres

El puente romano de Alcántara en Cáceres

/ Istock / Rul Carvoeiras

Ceclavín, Cáceres

En pleno campo de Ceclavín se hallan los Bujíos astronómicos desde los que observar el cielo extremeño y dormir bajo la cúpula celeste. En este pequeño pueblo tan cercano a Portugal, los vecinos son de los máximos defensores del extremeño como lengua. De hecho, en 2021 se celebró el primer festival literario en su honor. También hay quien dice que ha habido avistamientos de ovnis.

El cielo extremeño sobre los Bujíos de Ceclavín en Cáceres

El cielo extremeño sobre los Bujíos de Ceclavín en Cáceres

/ Istock / Martinred

Castilla y León

La Alamedilla, Salamanca

Estar ubicado en la misma frontera provoca que no sea del todo portugués ni del todo español. Los filólogos han estudiado la manera de hablar de los locales ya que es una variante del portugués con algunos leonesismos y pizcas de expresiones cacereñas. Su posición ha sido valorada desde la Edad Media, formando parte de la ruta comercial de ganado desde Portugal hasta Medina del Campo.

Entrada a La Alamedilla en Salamanca

Entrada a La Alamedilla en Salamanca

/ Wikicommons. Rodelar

Ahigal de los aceiteros, Salamanca

Su propio nombre lo indica: la producción de aceite es clave para el municipio. Es también 'lugar donde abundan los higos' y está más cerca de los vecinos lusos que de la capital salmantina. Entre Santa Bárbara y Oliva se hallan dos yacimientos romanos de la época altoimperial.

Arroyo del pueblo en Ahigal de Aceiteros

Arroyo del pueblo en Ahigal de Aceiteros

/ Wikicommons. Hovallef

Fermoselle, Zamora

Diversos autores han encontrado inspiración en este pueblo zamorano, como Miguel de Unamuno. Se ubica en el corazón de los Arribes del Duero, con unas vistas espectaculares desde sus angostas calles de piedra. Desde el ayuntamiento afirman que es "un lugar mágico que no se parece a nada que hayas visto antes".

Torre del Aire de 1440 en la plaza de la Constitución de Fermoselle, Zamora

Torre del Aire de 1440 en la plaza de la Constitución de Fermoselle, Zamora

/ Istock / anamejia18

Sagallos, Zamora

Este pequeño municipio está en Manzanal de Arriba, en la comarca de La Carballeda. El pueblo está ubicado en un lugar privilegiado, se encuentra en la sierra de la Culebra, donde habitan una de las mayores poblaciones de lobo de Europa Occidental y un gran número de especies entre las que destacan el jabalí y el ciervo. Cuenta además con un centro de interpretación de la miel.

Iglesia de Sagallos en Zamora

Iglesia de Sagallos en Zamora

/ Istock / leopoldo parra barrios

Puebla de Sanabria, Zamora

Es considerado uno de los pueblos más bonitos de España. En un entorno natural envidiable junto a Portugal se ubica esta villa fortificada de calles empedradas y con construcciones medievales como el Castillo de los Condes de Benavente, que se ha utilizado como cárcel, biblioteca, casa de la cultura y centro de interpretación de fortificaciones.

El ayuntamiento de Puebla de Sanabria en Zamora

El ayuntamiento de Puebla de Sanabria en Zamora

/ Istock / David Andres Gurierrez

Galicia

Baltar, Ourense

Es una localidad con un importante número de patrimonios histórico-artísticos como la iglesia de San Bartolomé de Baltar del siglo XVIII, la iglesia de San Paio de Abades de la misma época, la iglesia de Santiago de Garabelos del siglo XVII, el Cruceiro de A Boullosa o el Peto de Ánimas de San Martiño. Además, se encuentra entre dos afluentes del río Limia y el entorno natural es sensacional.

La parroquia de Tejones en el municipio de Baltar

La parroquia de Tejones en el municipio de Baltar

/ Wikicommons. Elisardojm

Aceredo, Ourense

Desde 1992, Aceredo es un pueblo fantasma. Hace más de 30 años el pueblo se volvió inhabitable, cuando se cerraron las compuertas del embalse de Lindoso en Portugal. Solo hay dos ocasiones en las que se deja ver: cuando la empresa Energías de Portugal abre las compuertas un poco más de lo normal o cuando llueve poco. Pese a que no es el único que ha quedado hundido bajo el agua, sí es el único que emerge de cuando en cuando.

El pueblo sumergido de Aceredo en el embalse de Alto Lindoso

El pueblo sumergido de Aceredo en el embalse de Alto Lindoso

/ Istock / makasana

Crecente, Pontevedra

De terreno fértil, puesto que está bañado por el río Miño, este municipio parece sacado de un cuento. Cuenta con una importante riqueza histórica entre la que destaca la vía romana, el camino real, el Castillo y la Torre de Fornelos, la Iglesia de San Pedro y la Capilla de la Virgen del Camino. El Miño da sentido a todo lo que rodea Crecente, desde su belleza natural hasta su gastronomía o incluso el vino, así como el modo de vida de sus gentes.

Tui, Pontevedra

Pertenece a la comarca del Bajo Miño y en su término municipal hay atractivos como el Parque Natural del Monte Aloia, el Museo Diocesano, el puente internacional o el propio Conjunto Histórico-Artístico del casco medieval que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Posee además un importante patrimonio unido a la comunidad judía y un tramo del Camino Portugués.

Vistas de Valença en Portugal desde Tuy en Pontevedra

Vistas de Valença en Portugal desde Tuy en Pontevedra

/ Istock / Sami Auvinem

A Guarda, Pontevedra

También en el Bajo Miño y con doble frontera acuática: el río y el océano Atlántico. El monte Trega emerge entre el Atlántico y el Miño, que conforma una de las panorámicas más populares de las Rías Baixas. Sus coloridas casas llaman la atención y dan a entender que es un pueblo pesquero muy especial, con vistas a Portugal, al mar, a la montaña y al río.

Casas coloridas frente al mar en A Guarda, Pontevedra

Casas coloridas frente al mar en A Guarda, Pontevedra

/ Istock / curtoicurto

Fronteras con Francia y Andorra

País Vasco y Navarra

Hondarribia, Guipuzkoa

Considerada una de las ciudades más bonitas del País Vasco y prácticamente con un pie en Francia, Hondarribia está lleno de restaurantes -algunos incluso con estrella Michelin- y coloridas construcciones típicas de pueblo pesquero. Su casco antiguo está perfectamente conservado y está rodeado de la única muralla medieval que existe en toda Guipuzcoa.

Coloridas casas de Hondarribia en Guipuzcoa

Coloridas casas de Hondarribia en Guipuzcoa

/ Istock / lauradibiase

Bera, Navarra

Este es un pueblo disgregado que se conforma en torno a la iglesia de San Esteban -antiguamente una casa-torre gótica- y al barrio de Alzate con curiosas casas de la arquitectura representativa navarra. La Casa Consistorial, de estilo barroco, presenta un mural policromado de motivos alegóricos, dándole a la fachada un aire distintivo.

Una de las casas de cuento de Bera en Navarra

Una de las casas de cuento de Bera en Navarra

/ Wikicommons. Uranzu

Etxalar, Navarra

Al cobijo de los Pirineos y con el parque natural de Bertiz en los alrededores, las calles podrían ser tanto de un pueblo navarro como de uno francés. Sus casas están construidas en piedra y madera, con llamativos colores en puertas y ventanas. Su cuidadosa conservación provocó que se le otorgara el Premio Nacional de Turismo para embellecimiento y mejora de los pueblos.

La Iglesia Medieval y casas de Etxalar en Navarra

La Iglesia Medieval y casas de Etxalar en Navarra

/ Istock / Juan Carlos fotografía

Urdax, Navarra

En euskera se llama Urdazubi, que significa agua y puente. Aunque sus orígenes se remontan a la prehistoria, la villa realmente nació en el siglo XV, bajo el dominio del Monasterio de San Salvador. En pleno casco urbano se distingue un canal que lo atraviesa y alimenta el Molino harinero. Lo más curioso del pueblo es que las casas fueron construidas por emigrantes de las Américas que buscaban riqueza.

El canal que atraviesa el casco urbano de Urdax en Navarra

El canal que atraviesa el casco urbano de Urdax en Navarra

/ Istock / Ana del Castillo

Luzaide/Valcarlos, Navarra

Este encantador pueblo forma parte del punto de partida del Camino de Santiago desde Navarra y se extiende por el valle en ocho barrios que todavía conservan la tradición de la danza de los Bolantes de Valcarlos. El puerto de Ibañeta conecta sus impresionantes paisajes con Roncesvalles.

Vista del pueblo Luzaide/Valdecarlos en Navarra

Vista del pueblo Luzaide/Valdecarlos en Navarra

/ Istock / Vicenfoto

Aragón

Siresa, Huesca

En mitad del Pirineo aragonés, alberga uno de los monumentos más populares de la provincia, el monasterio románico de San Pedro de Siresa. Para disfrutar del pueblo y su maravilloso entorno se puede seguir la ruta que recorre el barranco Espetal. Muy cerca está también la Selva de Oza con su Boca del Infierno, Guarrinza y Aguas Tuertas.

La iglesia del monasterio San Pedro de Siresa en Huesca

La iglesia del monasterio San Pedro de Siresa en Huesca

/ Istock / estivillml

Torla-Ordesa, Huesca

En el mismo enclave natural que hace de frontera real con Francia se halla Torla, justo antes del Parque Nacional de Ordesa. Aquí se puede observar al quebrantahuesos, un ave en peligro de extinción que cuenta con especies en pocos lugares más allá de este. Es un entorno ideal para practicar deporte de aventura, sobre todo en Monte Perdido.

Torla-Ordesa en el Parque Nacional a los pies del Pirineo

Torla-Ordesa en el Parque Nacional a los pies del Pirineo

/ Istock / Lukasz Janyst

Parzán, Huesca

Este pueblo está en el municipio de Bielsa y cuenta con una galería minera intransitable a 2.500 metros de altura. Estas minas se abrieron en la segunda mitad del siglo XIX y se cerraron en 1933. Actualmente, el ayuntamiento pretende recuperarlas con fines turísticos.

La aldea de Parzán en Bielsa, Navarra

La aldea de Parzán en Bielsa, Navarra

/ Istock / olegmit

Benasque-Cerler, Huesca

Este es el municipio que da nombre al valle y comprende dos núcleos de población, Anciles y Cerler. El segundo tiene impresionantes miradores y un casco antiguo con unas vistas inmejorables. Las casas están construidas en torno a la iglesia y perfectamente conservadas. Además cuenta con una de las mejores pistas de esquí de España.

El pueblo de Benasque-Cerler en mitad del valle en Huesca

El pueblo de Benasque-Cerler en mitad del valle en Huesca

/ Istock / marisa Arregui

Cataluña

Vilamòs, Lleida

El Vall d'Aran abraza Vilamòs, a más de 1.200 metros de altitud en la ladera de la montaña de Uishèra y considerado el primero del valle, aunque el verdadero núcleo de población fue destruido por un aguacero. Está coronado por el pico Aneto, pero también está el del Montlude, los bosques de Sacauva y de Peguèra e Sodeveda y los estanques Long y Redon.

Villa de Vilamós sobre la montaña nevada en Lleida

Villa de Vilamós sobre la montaña nevada en Lleida

/ Wikicommons. Alberto-g-rovi

Bagergue, Lleida

Este es el más alto del Vall d'Aran, a 1.419 metros de altitud y uno de los más bonitos de la zona -enamoró a Pau Donés-. Con el movimiento Viles Florides pretenden poner en valor la riqueza natural y paisajística del lugar. Las calles las presiden bellas casas con tejados de pizarra, fachadas de piedra y balcones de madera. Goza de la particularidad de tener las mismas horas de luz tanto en invierno como en verano.

Bagergue en pleno Val d'Aran

Bagergue en pleno Val d'Aran

/ Istock / Sara García

Os de Civís, Lleida

A esta pedanía donde los Pirineos son los protagonistas no se puede acceder desde España, pese a que pertenece a la provincia de Lleida. El único acceso es desde San Julià de Loria, una ciudad andorrana. Es, por tanto, el único periclave del país: está integrado en el territorio español y no está aislado por ningún otro país. De hecho, los jóvenes se forman en Andorra y las carreteras las mantiene el pequeño país vecino.

Casas de piedra en Os de Civís, Lleida

Casas de piedra en Os de Civís, Lleida

/ Wikicommons. Algont

Puigcerdá, Girona

En la ribera del río Segre se ubica este pueblo perteneciente a la comarca de la Baixa Cerdanya. Aunque es muy anterior, es en 1270 cuando se inician el amurallado y la fortificación de la villa. El famoso estanque de Puigcerdà es realmente un lago artificial. Sin embargo, es uno de los elementos que más representan al pueblo.

El espectacular lago de Puigcerdá en Girona

El espectacular lago de Puigcerdá en Girona

/ Istock / Tanaonte

Portbou, Girona

Quizá el último municipio de la Costa Brava que creció al tiempo que su estación de ferrocarril. Desde la iglesia neogótica de Santa María se puede contemplar una imponente vista de la bahía. Además, posee decenas de espectaculares calas y playas perfectas para relajarse o practicar deportes acuáticos.

La ciudad de Portbou entre mar y montaña

La ciudad de Portbou entre mar y montaña

/ Istock / Meynuit

Queralbs, Girona

Este pueblo milenario aparece mencionado por primera vez en el año 839. Siempre ha sido pueblo de pastores, cuyos rebaños pastaban y trashumaban en la zona. También escribe una tradición minera y de fraguas catalanas. Asimismo, es una etapa de la peregrinación al santuario de la Virgen de Nuria, uno de los lugares más populares de los Pirineos.

Casas de piedra en Queralbs, Girona

Casas de piedra en Queralbs, Girona

/ Istock / luzimag

Tanto si el plan es salir de España como si no, estos pueblos merecen ser mucho más que lugares de pasada. La riqueza del país se refleja en todos sus rincones, incluso en los que se sitúan más a las afueras.

Síguele la pista

  • Lo último