Así sería Venecia si no hubiera sufrido los excesos del turismo: descubriendo Torcello

Es difícil imaginar una Venecia sin gente, sin canales repletos de góndolas y sin un verano en el que se convierta en una ciudad completamente intransitable. Es normal, pues es difícil no morir de éxito cuando hablamos de una de las ciudades más bonitas de Italia, escenario de cientos de películas que han convertido a esta porción de paraíso en el sueño viajero por excelencia.

Por suerte todavía quedan lugares que siguen manteniendo la esencia que, en algún momento de la historia, tuvo la ciudad de Venecia. Solo tenemos que apartarnos un poco de los epicentros turísticos para encontrarnos con lugares como Torcello que, en su momento, llegó a ser la isla más poblada de la república veneciana con 20.000 habitantes, cuando la población de tierra firme se vió obligada a refugiarse en la isla.

Sin embargo, esta preciosa isla ubicada al norte de la actual ciudad de Venecia no corrió con buena suerte: tras una hegemonía de poder de más de 1.000 años llegaron los brotes de malaria, diezmando a la población y trasladando, finalmente, los poderes a la actual Venecia. 

Ahora está habitada por tan solo 11 personas y es una de las islas más pequeñas de la Laguna de Venecia. Pero que no te engañen los números. Esta coqueta población sigue manteniendo intactos sus antiguos edificios y la cuotidiana vida a las faldas de la laguna. Una vuelta al pasado que nos hace imaginar cómo sería Venecia si su poder del pasado, y su éxito del presente, no hubieran sucedido jamás. 

¿Cómo llegar a Torcello?

Lo primero que debes saber es que llegar a esta preciosa isla es más sencillo de lo que crees: tan solo deberás coger la línea LN desde las paradas Fondamenta Nuove o San Zaccaria de Venecia. Cualquiera de estas dos te dejará en la isla en tan solo 50 minutos. Otra de las opciones es viajar desde Burano, con la misma línea, desde la que tardaréis apenas 5 minutos en llegar.  

O lo que es lo mismo: una estupendísima opción para una excursión de un día, en el que puedes completar el itinerario visitando primero Burano y, después, Torcello. 

¿Qué ver en Torcello?

Esta pequeña isla, como podrás imaginar, no tiene pérdida. Una vez bajes del vaporetto verás un gran paseo que bordea su canal principal. Es este el que tendrás que recorrer para reconocer sus grandes atractivos, con su campanario como joya de la corona. Pero, por pequeña que parezca, aguarda algunos preciosos lugares que debes conocer. 

De estilo bizantino-veneciano, esta iglesia se construyó entre los siglos XI y XII. Está considerado uno de los edificios religiosos más antiguos del Véneto, que inicialmente tuvo la consideración de catedral. En su interior encontrarás una de las joyas de Italia: los mosaicos más antiguos de la región, también de estilo bizantino.

Imprescindible subir a su campanile, donde tendréis las mejores vistas de la isla de Torcello y donde podréis divisar la isla de Burano y gran parte de la Laguna de Venecia. 

Es uno de los lugares más populares de la isla. Construido sin pretiles, cuenta la leyenda que en las noches de luna llena se podía ver al Diablo encima de él, con la forma de un gato negro. Una de las historias más contadas de la isla que, realmente, servía para cruzar de los huertos a los jardines y la parte poblada de la ciudad.

Si quieres conocer un poco más la historia de Torcello, entonces debes visitar su museo ubicado en el Palacio del Archivo y el Palacio del Consejo, de estilo gótico. Aquí encontrarás los restos arqueológicos que se han ido encontrando en la isla, con muestras de estilo medieval y bizantino. 

Otra de las historias que se cuenta en la isla es que, en el siglo V, el conocido Atila (rey de los hunos), se sentó en un trono de mármol ubicado al lado del Museo de Torcello. Hoy en día se sigue mantieniendo un trono de mármol en homenaje a esta historia.