El Parador con las mejores vistas del Ebro y en uno de los conjuntos históricos y artísticos más importantes de La Rioja
Viajamos hasta Calahorra para descubrir un alojamiento con encanto rodeado de un exuberante jardín.
En el corazón del Valle de Cidacos y a orillas del río Ebro descubrimos un enclave único que nos permite disfrutar de uno de los conjuntos históricos y artísticos más importantes de La Rioja: Calahorra. Y, como de lo que se trata es de buscar un alojamiento que nos permita soñar despiertos, nos trasladamos hasta el parador homónimo, un elegante edificio rojizo rodeado de un jardín de palmeras.
Antes de descubrir este alojamiento único debe saber el viajero que el parador de Calahorra no es el único de La Rioja. Encontramos también otro establecimiento que fue un lujoso albergue de peregrinos en el siglo XVI en Santo Domingo de la Calzada, que ya hemos visitado con anterioridad.
Un Parador con vistas el Ebro
Volvemos ahora a Calahorra y antes de descubrir el parador con las mejores vistas del Ebro paseamos por el centro histórico. Contemplamos la Catedral, el antiguo barrio judío y algunas ruinas romanas. El viajero que se quede con ganas de más también puede visitar la iglesia de San Andrés, la plaza del Raso o el museo municipal, donde está la famosa Dama Calagurritana, o el convento de las Carmelitas, que alberga un impresionante Cristo del escultor barroco Gregorio Fernández.
No podemos olvidar tampoco que Calahorra es también zona vinícola y, por tanto, la visita a alguna de las bodegas de la zona es una excursión imprescindible, así como el Museo del Vino situado en Aldeanueva del Ebro.
Vino y dinosaurios: un plan perfecto
Ahora bien, el parador de Calahorra no es un alojamiento exclusivo para adultos, ya que los más pequeños de la casa también tienen grandes atractivos en las inmediaciones. ¿Un ejemplo? La Ruta de los Dinosaurios, que nos permite contemplar las huellas de estos animales prehistóricos en más de cuarenta yacimientos repartidos por la región de Calahorra y en localidades cercanas como Enciso e Igea. Además, el parque de Aves Rapaces Tierra Rapaz, es una excursión perfecta para realizar con niños.
Llega el momento de poner un pie en este alojamiento que se ubica en una antigua fortaleza del siglo IV que ha sido restaurada y convertida en parador desde 1975. Lo primero que descubre el viajero es una construcción de ladrillos rojizos que se deja ver entre la densa vegetación de un jardín lleno de flores y palmeras.
Descubriendo el Parador de Calahorra
Este hotel ofrece 60 habitaciones con un toque señorial divididas en 4 categorías: doble estándar, doble accesible, individual y doble superior. Y, con independencia de la categoría, a las habitaciones no les falta detalle. Cuentan con caja fuerte con capacidad para ordenador portátil, aire acondicionado, servicio de habitaciones, pantalla plana de Tv y baño completo.
También cuenta el parador de Calahorra con unas instalaciones perfectamente equipadas con jardín, parking propio y diversos salones con chimenea. Estos espacios se caracterizan por la amplitud y unas instalaciones modernas y funcionales que permiten celebrar distintos tipos de eventos, desde reuniones de empresa a fiestas de cumpleaños e incluso bodas.
Y, como cada vez que visitamos un parador, no podemos dejar de lado su oferta gastronómica. La cocina riojana se basa en la calidad de los productos de su huerta y el mejor ejemplo lo tenemos en el elegante comedor del Parador calagurritano, un espacio en el que, sobre todo, se mima el producto natural. Además de las verduras, a la que en abril se dedican unas jornadas gastronómicas, la pera al vino, los espárragos, el pimiento y el bacalao a la riojana, son otros productos que se puede degustar sin olvidar el cordero lechal, tanto asado como en chuletillas, regado con los vinos riojanos que serán el broche de oro a esta visita al parador con las mejores vistas del Ebro.