Sasamón y Olmillos de Sasamón: dos pueblos desconocidos de Burgos por descubrir

El nombre de la antigua ciudad de Segisamo ya nos dejaba atisbar, a través de la toponimia, que un área de la actual provincia de Burgos iba a contar con una gran importancia histórica: “la más fuerte” o “muy victoriosa”, según su significado de raíz indoeuropea, no deja lugar a dudas.

Hoy en día, en esa extensión de tierras, ya habitada desde la Edad del Hierro y encumbrada en los mapas por el Imperio Romano, encontramos dos poblaciones castellanas que cumplen con creces las altas expectativas que la enorme riqueza arqueológica nos ha legado desde aquellos tiempos.

Sasamón y Olmillos de Sasamón, dos pueblos entre páramos y campiñas que atesoran un patrimonio excepcional aún por difundir, digno de otros lugares que son comúnmente frecuentados y conocidos por los turistas, dentro del admirable mundo rural que atesora España.

Sasamón, Conjunto Histórico por derecho propio

Ha tenido que esperar desde 1982 para que se resolviera, pero finalmente, en 2020, Sasamón fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico.

Y es que este reconocimiento, más allá de la protección jurídica que conlleva desde el momento en el que se abrió el expediente hace casi cuarenta años, es la expresión gubernamental de una puesta en valor del gran patrimonio que alberga Sasamón.

Una localidad situada a poco más de media hora por carretera desde la capital burgalesa, que cuenta a sus espaldas con una historia que se remonta a la época anterior a la ocupación romana de estos parajes.

La enorme riqueza arqueológica que presenta toda esta área, con el cerro del Castarreño como punto más representativo pero alcanzando hasta Castrojeriz, nos habla tanto de antiguos asentamientos del pueblo prerromano de los turmogos, que se remontan a la Edad del Hierro, como de un núcleo habitado romano que se correspondería con la antigua ciudad de Segisama Julia, nacida al amparo de un campamento militar que fue clave durante las Guerras Cántabras y el posterior control de este sector de la meseta.

No es fruto del azar que el actual trazado urbano de Sasamón coincida con los trazados de las cardus y decumanus de la época romana, así como tampoco es casualidad la existencia de diversos restos de estructuras de edificios romanos precedentes, hallados en lugares de la población tan importantes como la Colegiata de Santa María La Real.

Este monumento, el más icónico de Sasamón, da buena cuenta de la categoría que llegó a alcanzar la población con el establecimiento en ella, durante parte de los siglos XI y XII, de la sede episcopal, que pasaría más tarde a la catedral de Burgos.

Tratándose de uno de los templos más grandes de toda la provincia burgalesa, esta gran obra arquitectónica de estilo gótico cuenta con un bello claustro del siglo XV y unas magníficas portadas. De estas últimas, la de la Epístola, es una obra maestra que a muchos recordará a la famosa Puerta del Sarmental de la catedral de Burgos.

El Camino de Santiago, que discurre próximo a Sasamón, tiene en este monumento una parada obligada, así como en la Ermita del Humilladero o de San Isidro, donde se custodia el que está considerado el crucero más bello de todos los inventariados en España. Una hermosa pieza del siglo XV, de más de seis metros de altura y en forma de árbol, que es un verdadero tesoro artístico.

Desde ese lugar, en dirección hacia el este y ya a las afueras, se llega hasta otro punto imprescindible del pueblo, tanto por su originalidad como por su significado artístico. Es el Museo Salaguti, creado por Carlos Salazar Gutiérrez “Salaguti”, que desde su posición privilegiada en lo alto de un pequeño cerro nos recibe con una singular construcción-escultura en la que se exponen sus obras.

Justo en el extremo opuesto del pueblo desde donde se encuentran la ermita y el museo, el sendero nos encamina hacia el curso del río Brullés, donde unen sus orillas varios puentes de origen romano que fueron reconstruidos más tarde durante la Edad Media. Muy cerca de ellos nos sorprenderá también, formando parte del paisaje, el bello arco de San Miguel de Mazarrenos, único testigo de lo que fuera el monasterio del mismo nombre. Y, atravesando la carretera, observaremos la curiosa estampa de los tres cruceros de Sasamón, erguidos en mitad del campo viendo pasar el tiempo.

También de esta época, concretamente del siglo XV, procede la sección de muralla que conserva en perfecto estado Sasamón, con una gran puerta monumental en uno de sus flancos.

Desde la muralla, si nos adentramos por las calles de Sasamón, descubriremos un buen número de antiquísimas casas solariegas con sus blasones, hasta llegar a la Plaza Mayor porticada donde nos espera de nuevo el gran arco que da entrada a la Colegiata de Santa María la Real.

Olmillos de Sasamón, la otra joya del municipio

Perteneciente al mismo municipio, Olmillos de Sasamón se encuentra a poca distancia de Sasamón, al otro lado de la autovía Camino de Santiago, la A-231. Allí nos aguardan otras joyas del rico patrimonio de este municipio, cerca del cerro del Castarreño.

Fundado tras la Reconquista, en el siglo IX, destaca especialmente por la imponente presencia de su castillo, que en su día fue residencia de Pedro de Cartagena, regidor de Burgos, quien lo mandara construir a mediados del siglo XV.

Con su aspecto lustroso y las perfectas líneas defensivas que muestra, con sus torres, almenas y balcones, constituye uno de los castillos mejor conservados de la provincia de Burgos y una de las fortalezas más bonitas de la misma.

Actualmente reconvertido en hotel, domina el horizonte de Olmillos, con la salvedad de la silueta de la iglesia de La Asunción, el otro monumento destacado de la población junto con el castillo, que fecha el origen de su construcción en el primer tercio del siglo XV, viendo cómo se iba ampliando hasta el siglo XVII, cuando se finalizó con el levantamiento de la torre.