La Ruta de los Siete Valles Colgantes en El Algarve, el sendero marítimo más bonito de Europa

Que el Algarve es una región bendecida por una riqueza natural excepcional, ideal para practicar turismo activo en cualquiera de sus versiones, no es un secreto para nadie.

Y dentro de toda la oferta algarvía, despunta los Siete Valles Colgantes, en Lagoa, que acaba de ser designado por la organizaciónEuropean Best Destinations mejor recorrido de Europa para practicar senderismo. Sin lugar a dudas, un destino obligado para cualquier amante del turismo de naturaleza.

Este reconocimiento, fruto de una votación en la que han participado 28.820 viajeros de 153 países, pone a la ruta algarvía en el primer puesto del ranking ‘Best hikes in Europe’ (las mejores excursiones de Europa), destacando la belleza singular de esta ruta de 5,7 kilómetros, que discurre en una línea casi continua por acantilados y une las playas de Vale Centeanes y de Marinha, en Lagoa.

El sendero sigue los bordes de los acantilados de la costa de Carvoeiro, una localidad situada a medio camino entre Lagos y Albufeira, y ofrece a los excursionistas unas vistas inmejorables.

Entre el paisaje sobre el Atlántico y la riqueza natural

Cada acantilado es fruto de la erosión provocada por el agua durante millones de años, que ha dibujado los siete valles por los que discurre el sendero.

Además de su excepcional paisaje, esta ruta destaca por ser un hábitat de gran importancia para la flora y la fauna, como los característicos arbustos de enebro, el algarrobo, el higo chumbo… o las aves marinas que habitan las paredes rocosas, los murciélagos que se esconden entre sus grutas o los pequeños conejos que sorprenden al caminante durante su paseo.

De ahí que Los Valles Colgantes no sean solo un lugar ideal para la práctica del senderismo, sino también para la observación de una fauna y una flora singular.

El paseo por el sendero de los Siete Valles Colgantes es accesible para personas de todas las edades y ofrece unas vistas panorámicas sobre el Océano Atlántico entre acantilados (el más alto se eleva 45 metros sobre el nivel del mar), playas, faros y cuevas excavadas por la fuerza del agua.

La ruta completa (ida y vuelta) alcanza los 11,5 kilómetros y se puede recorrer entre 4 y 6 horas. Lo ideal, sin duda, es hacer pequeñas paradas en las playas que aparecen por el camino y reponer fuerzas o pegarse un chapuzón.