Un paseo por el tren más extraño del mundo

Los trenes son una maravilla del mundo del transporte que se crearon para permitir que las personas se desplazaran de un lugar a otro de forma rápida y sencilla. Y, desde entonces, millones de personas los utilizan cada día. Este invento revolucionó el mundo y con el paso del tiempo se ha ido modernizando y mejorando para ofrecer diferentes aspectos a los viajeros.

Los hay rápidos que alcanzan los 300 kilómetros por hora, existen aquellos tan largos que son capaces de transportar a miles de personas, se han creado algunos con auténticos lujos en su interior, pero hay un tren en concreto que llama especialmente la atención y que muchos no creen que exista. 

Si paseas por el pintoresco estado de Renania del Norte-Westfalia, en Alemania, te costará encontrar las vías del tren, quizás pienses que están bajo tierra como si fuera el metro, o directamente que allí no hay ferrocarril, pero lo cierto es que estás mirando en la dirección equivocada. Para descubrir esta asombrosa hazaña de la ingeniería debes dirigir tu mirada al cielo, si, has leído bien, el tren más extraño del mundo no se desplaza por el suelo. 

El monorraíl en funcionamiento más antiguo del mundo

El Schwebebahn de Wuppertal, también conocido como tren colgante, desafía la gravedad y cautiva a todos aquellos que lo descubren. Este monorraíl fue diseñado por Eugen Langen y su construcción duró aproximadamente 6 años entre 1897 y 1903. Estas fechas lo han convertido en el monorraíl en funcionamiento más antiguo del mundo y cada año miles de personas lo utilizan como medio de transporte para llegar a su destino. 

Este impresionante tren se creó como respuesta a un problema de movilidad existente en Wuppertal, ciudad en la que se encuentra. La ubicación de la urbe se sitúa a lo largo del río Wupper por lo que la construcción de un tren convencional se hizo imposible por sus numerosas dificultades. Por ello, Langen decidió crear un sistema colgante que sobrevolara la ciudad y facilitara los desplazamientos de los ciudadanos. 

El tren de Wuppertal se desliza a unos 12 metros por encima del río y sobrevuela las calles de la ciudad a unos 8 metros de altura. El Schwebebahn recorre 13,3 kilómetros en un corto periodo de tiempo que dura unos 30 minutos conectando 20 estaciones por toda la población. Se estima que este tren considerado el más extraño del mundo es capaz de transportar unas 80.000 personas al día, que para hacernos una idea equivale a la población total de Palencia. 

Un tren con mucha historia

La Segunda Guerra Mundial azotó con fuerza esta zona del país y creó graves daños en el tren debido a los incesantes bombardeos entre 1943 y 1945. Pero tal era la fama y la necesidad de tener un tren como este que solo tardaron un año en restaurarlo tras el fin de la guerra. Una anécdota muy comentada entre los habitantes de la ciudad y los guías turísticos que muestran el tren a los viajeros es aquella que habla del año 1950, cuando el Schwebebahn se utilizó para transportar a un pasajero muy especial, el elefante Tuffi. 

La desconfianza inicial de los habitantes de la ciudad en este medio de transporte supuso un problema en los primeros años de funcionamiento, pero el tiempo demostró que el tren tenía una firmeza única y que no suponía ningún riesgo para los pasajeros. Desde entonces se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad y cada año miles de personas viajan hasta allí para descubrir esta maravilla de la ingeniería. 

Una parte de España en el famoso tren alemán

La estructura del imponente tren colgante está hecha de acero que se encarga de sostener los vagones suspendidos y sujetados por ruedas que se impulsan en motores eléctricos. Un total de 486 pilares y puentes sirven de vía para los vagones de 24 metros de largo en los que caben aproximadamente 48 pasajeros sentados y 125 de pie. Además, este ferrocarril es capaz de alcanzar los 60 kilómetros por hora, no obstante, por motivos de seguridad, los desplazamientos por la ciudad son a unos 27 kilómetros por hora. 

Una de las muchas curiosidades interesantes sobre este tren es que desde su creación ha sido sometido a un sinfín de modernizaciones para adaptarse a las necesidades actuales y mejorar la estructura que se deteriora con el paso de los años. De hecho, en el año 2015, algunos de los vagones iniciales se sustituyeron por unos más modernos que se fabricaron en Valencia. A día de hoy, el Schwebebahn, es el único tren colgante de Europa y uno de los dos únicos del mundo junto con el de Japón.