La costumbre japonesa que se está copiando en las calles de Europa

Fumar es para muchos una costumbre, para los japoneses es costumbre evitarlo.

Una costumbre japonesa que debería extenderse por todo el mundo
Una costumbre japonesa que debería extenderse por todo el mundo / Istock / dk1234

Las diferencias entre Japón y el resto de países del mundo son palpables en muchos sentidos. Hay incluso quien afirma que los japoneses parece que viven en el futuro. Es la tercera economía más potente, no cuenta con demasiados conflictos políticos, tiene la mejor red ferroviaria de alta velocidad y no hay prácticamente homicidios en su territorio. Todo esto se une a que socialmente es una de las mayores potencias, con iniciativas que están empezando a calcar algunos países europeos -aunque muchos otros ya las llevaron a cabo en su momento-.

En las calles europeas es costumbre ver a la gente paseando con un cigarro en la mano o en la boca. No es así en el país nipón. Allí el consumo de tabaco es habitual pero cada vez es menor la cantidad de población fumadora: menos del 20% de los adultos frente al país con más fumadores en su territorio, Nauru, donde había un 48,5% de fumadores en 2020. Ese mismo año se prohibió en Japón fumar en restaurantes, sumando esta medida a la del año anterior que prohibía hacerlo en la mayoría de edificios públicos. En este sentido, los países europeos le llevan ventaja, puesto que el asiático había sido muy laxo hasta hace poco.

Cartel de "No Fumar" en Japón

Cartel de "No Fumar" en Japón

/ Istock / Cuckoo

Dispositivos de calentamiento de tabaco

Sin embargo, con el tiempo están logrando disminuir la venta de tabaco y, así, su consumo. ¿Cómo lo han conseguido? Gracias a la ciencia. Un estudio demostró que, al introducir los dispositivos de calentamiento de tabaco en 2015 como una estrategia de reducción del daño, la gente dejó de comprar. Su método no pasa tanto por prohibir fehacientemente, como tanto se ha criticado, sino en eliminar los efectos perjudiciales. Aun así, cuentan con un gran número de zonas libres de humo también en mitad de la calle, incluidas las terrazas de los bares, y zonas exclusivas para fumadores.

Zona de fumadores

Zona de fumadores

/ Istock / winhorse

Esta se vendió como la mejor alternativa al tabaco y hoy es una realidad en parte de los lugares que un día criticaron su existencia. La meta es eliminar el humo, que es lo verdaderamente perjudicial con más de 600 sustancias químicas que generan la combustión. Aquí es donde entra en juego la nicotina, que es lo que genera la adicción. Aun así, no se convierte en inocuo, pero ayuda a los fumadores a ir abandonando su adicción y a los no fumadores a no tener que soportar el humo que puede llegar a resultar desagradable.

Países libres de humo

El Gobierno español está centrándose cada vez más en las restricciones tabaqueras, al igual que la gran parte de países europeos. La última propuesta ha sido prohibir fumar en las terrazas de los bares, cosa que no ha gustado a los españoles pero que ya se hace en otros países como Lituania, donde se deja la decisión en manos de los dueños, o Suecia, donde está radicalmente prohibido. Precisamente este es uno de los países más estrictos con el tema, estando a punto de convertirse en la primera nación libre de humos: la tasa de fumadores es del 5,6% frente al 15% del año 2008.

Mujer fumando en una terraza de Roma

Mujer fumando en una terraza de Roma

/ Istock / JannHuizenga

Al contrario de lo que se podía pensar, no es el lugar donde más caro sale el paquete de tabaco (cuesta unos seis euros). El lugar donde más caro sale fumar es Irlanda, donde una cajetilla cuesta 13 euros. Esto muchas veces coincide con el porcentaje de fumadores que hay; ejemplo de ello es Bulgaria, donde más fumadores hay de Europa y donde más barato sale un paquete (28,7% de fumadores y unos 3 euros por cajetilla). Suecia y el resto del continente comparten objetivos con Japón, y parece que van por un buen camino para reducir el humo y su impacto en la sociedad.

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