La filosofía de vida japonesa se basa en el 'shou ga nai', la naturaleza volcánica de la isla

Los volcanes han dado la forma que tiene actualmente la isla, así como otras catástrofes naturales para las que los japoneses están preparados.

Japón tiene una estrecha relación con la naturaleza, y más si cabe con sus volcanes.
Japón tiene una estrecha relación con la naturaleza, y más si cabe con sus volcanes. / Istock / ae0816146146

No es una casualidad que los japoneses basen su estilo de vida en la naturaleza volcánica de la isla, ya que casi el 10% de todos los volcanes activos del planeta se encuentran aquí. Además, se calcula que al año pueden llegar a sufrir hasta 1.500 sismos, una característica que ha ido conformando la isla tal y como es ahora y que seguirá dándole forma. Hay también volcanes submarinos que al erupcionar crean nuevas masas de tierra que se convierten en nuevas islas, como ocurrió a finales de noviembre del pasado año.

La nueva isla frente a la costa de Iwo Jima

La nueva isla frente a la costa de Iwo Jima

/ Istock / Angela26

La frase 'shou ga nai' se traduce como 'no se puede evitar', y hace referencia a esas catástrofes naturales que han marcado el origen, el desarrollo y el devenir de la isla. Desde el gran terremoto de Kanto en 1923, Japón se convirtió en un país pionero a la hora de enfrentarse a este tipo de fenómenos naturales, construyendo algunos de los edificios más resistentes del planeta. Es por ello que sus habitantes tienden a tener un fuerte sentido de la resiliencia y un gran respeto hacia la naturaleza, así como una creencia en la importancia de lo impermanente.

'Mono-no aware'

Los japoneses aceptan que el poder de la naturaleza es mucho mayor que el humano y que realmente lo único que pueden hacer es aprender a sobrellevarlo lo mejor posible, pasando por controlar sus reacciones. Esa unidad que tanto caracteriza a los nipones es clave a la hora de enfrentar estos eventos. Quizá el amor por la naturaleza provenga de la fe sintoísta indígena y del budismo -las religiones predominantes del país-. Para los sintoístas, lo más importante es la relación de la persona con la naturaleza, adorándola incluso directamente; por otro lado, los budistas creen en la fugacidad del entorno natural, llegándose a integrar en la cotidianidad.

Cerezos en flor en un parque de Japón

Cerezos en flor en un parque de Japón

/ Istock / onosan

Esta temporalidad se entiende en todos los sentidos de la vida japonesa, desde el 'wabi sabi' -hay belleza en la imperfección-, hasta el 'kintsugi' -reparar las cosas uniendo las piezas con oro- o incluso a la apreciación de los cerezos que florecen durante muy poco tiempo. Esto se define como 'mono-no aware' o 'la naturaleza efímera de la belleza'. El año 2024 ha entrado pisando fuerte para Japón, con un terremoto de 7,4 grados de magnitud tras el que se espera un tsunami. Sin embargo, la ciudadanía nipona está preparada para ello, siendo conscientes de que no pueden hacer nada por cambiarlo.

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