El road trip perfecto para verano: túneles submarinos y paisajes repletos de belleza natural

Pese a lo tediosa que puede llegar a ser la carretera cuando se trata de llegar al trabajo, en vacaciones se convierte en un destino en sí mismo para dar paso a unas vacaciones inolvidables. Es lo que se conoce como road trip, lo que llevan practicando los americanos toda la vida cuando se trata de ir de un estado a otro de su país de una manera asequible -que no rápida-. Ya lo mostraban Thelma y Louise o los protagonistas de 'Abierto hasta el amanecer', un viaje por carretera, con destino o sin él, cambia la vida del que lo hace de manera radical. Ya sea por tiempo o por clima, el verano quizá sea el mejor momento para organizar uno.

Aunque realmente serviría cualquier recorrido, hay algunos que gozan de una belleza especial en los propios caminos y los lugares a los que conducen, en sus gentes y en su entorno. Ejemplo de ello son las rutas Buttercup en las Islas Feroe, pequeñas carreteras conectadas a través de túneles bajo el Atlántico Norte que conducen a zonas inexploradas de la geografía feroesa. Seguir estas carreteras es toparse con auténticas maravillas de la naturaleza y la arquitectura local, descubrir una faceta de Dinamarca que siempre ha estado ahí.

Paisajes fantásticos

Es como quien abre un libro para encontrarse con una historia repleta de fantasía. Porque así son las Buttercup, rutas sacadas de las Tierras Medias de 'El señor de los anillos', señalizadas con unos carteles en los que aparece una flor amarilla, 'sóljuleiðir' en feroés. Tras ellos van apareciendo diminutos pueblos que no parecen reales, enclavados en entornos presididos por cascadas, lagos flotantes y enormes colinas de un color verde intenso, el mismo que se ve en los tejados de todas las casas.

Desde lo lejos, las Islas Feroe parecen puntos perdidos sobre el océano, conectados únicamente a través de un ferry que, como poco, tarda media hora en llegar de una a otra. Tanto las Buttercup como los túneles submarinos facilitan la vida a los viajeros, pero también a sus gentes, que ya empiezan a ver en el turismo un negocio - llega a recibir casi al doble de su población, a unos 100.000 visitantes-. Estos túneles construidos hace relativamente poco tiempo no son simples carreteras, sino que esconden auténticas obras de arte que recuerdan el patrimonio y la tradición feroesa.

Arte en el interior de los túneles

Como ocurre con los 10'8 kilómetros que conectan las islas de Streymoy y Sandoy, Sandoyartunnilin, inaugurado en 2023. A su entrada, recibe a los viajeros una instalación de arte folclórico del artista Edward Fuglø en neón rojo, blanco y azul por la roca que conforma las paredes del túnel. Las pinturas muestran a unos caballeros católicos con armadura que aparecían en la iglesia en ruinas de Kirkjubøur, además de siluetas de focas, animales de ganado, pájaros, pastores o pescadores. Acompañado por una banda sonora fantasmal compuesta por Sunleif Rasmussen que se sintoniza en la radio del vehículo.

Por otro lado, el de Eysturoy alberga la única rotonda que existe bajo el Atlántico. Los 13 itinerarios cubren todo el país con longitudes variables, entre los 3'8 y los 19'5 kilómetros. Entre ellos podrían destacar el de Saksunarleið, que conduce al pueblo de Saksun en la isla de Streymoy o el de la isla de Eysturoy que circula sobre el fiordo Funningsfjørður antes de llegar al pueblo de Gjógv. Cualquiera de ellos ofrece unas vistas espectaculares, huyendo de las atestadas carreteras convencionales e introduciéndonos en la zona más profunda y pura de las islas.