La Capilla Sixtina de Alicante, una joya en la tierra que vio nacer a Miguel Hernández

Las comparaciones son odiosas, según dice un famoso dicho popular, pero, en ocasiones, también son necesarias. Y, para muestra, la conocida como Capilla Sixtina de Alicante, una joya en la ciudad natal del poeta Miguel Hernández que suele pasar desapercibida si no se compara con el capovaloro de Miguel Ángel en la Ciudad Eterna.

Nos trasladamos hasta Orihuela, a menos de 70 kilómetros de Alicante, para descubrir el Colegio de Santo Domingo, un imponente edificio que constituye una parada obligatoria para los amantes de la historia, la arquitectura y el arte.

Un poco de historia

El Colegio de Santo Domingo tiene sus raíces en el siglo XVI, cuando fue fundado por el Papa Pío V en 1569 como lugar de formación para la Orden de los Dominicos. El centro educativo se convirtió en una institución de renombre, atrayendo a estudiantes de toda España.

Al acercarse al Colegio de Santo Domingo, el viajero descubre como el edificio combina elementos góticos, renacentistas y barrocos, creando una estética única. La fachada principal, con su imponente portón de entrada y sus intrincadas decoraciones, son solo un aperitivo del festín visual que vamos a disfrutar en el interior.

Eso sí, antes de descubrir la Capilla Sixtina de Alicante conviene pasear por el claustro renacentista, un espacio tranquilo rodeado de columnas y arcos. Un lugar único que invita a la meditación y hoy en día aparece ante nosotros como un oasis de calma en medio del bullicio de la ciudad.

La Capilla Sixtina de Alicante

Denominar a la iglesia del Colegio de Santo Domingo la Capilla Sixtina de Alicante no es una exageración. Su interior es una preciosa joya gracias a la profusa decoración que deja a los viajeros y curiosos sin aliento.  Diseñada por Pedro Quintana en el siglo XVII posee una única nave con bóveda de medio cañón y cuenta, además, con capillas situadas entre los contrafuertes.

Bartolomé Albert fue el encargado de realizar las obras de pintura y dorado de las bóvedas, mientras que en el interior del templo se conservan un imponente órgano así como algunos trabajos de Antonio de Villanueva, Camacho Felices, Bartolomé Albert o Nicolás Borrás. Y, a modo de curiosidad, debe saber el lector y viajero que, durante un tiempo, también albergaron estos muros la obra Tentación de santo Tomás de Aquino, una de las pocas obras de Velázquez conservadas en España fuera del Museo del Prado. Eso sí, hoy reposa en el Museo Diocesano de Orihuela.

También es importante levantar la vista y dejarse seducir por el retablo mayor, una obra maestra del barroco, que ofrece una serie de esculturas y relieves que representan la vida de Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de los Dominicos. La riqueza de los materiales utilizados refleja el esplendor del arte sacro del siglo XVII.

Hoy en día, el Colegio de Santo Domingo no es solo un monumento histórico, sino también un centro cultural, ya que alberga la sede del Centro de Estudios Hernandianos, dedicado al poeta Miguel Hernández. Además, es recomendable disfrutar de una visita guiada que nos permita comprender la importancia histórica y artística del lugar. Y ya, después, no hay mejor broche de oro que descubrir el casco antiguo de la ciudad, donde se pueden contemplar otros monumentos como la Catedral de Orihuela o el Palacio Episcopal.

En definitiva, la iglesia del Colegio de Santo Domingo deja al viajero sin palabras gracias a su imponente arquitectura y sus deslumbrantes frescos que le han valido el sobrenombre de la Capilla Sixtina de Alicante.