Duerme en la posada en la que han descansado Felipe III, Lope de Vega o Rubens a un precio imbatible

Los amantes de los alojamientos históricos tienen un nuevo ‘place to be’ en un palacio del siglo XVII ideal para descansar y desconectar en el Real Sitio de Ventosilla, en Burgos.

Duerme en la posada en la que han descansado Felipe III, Lope de Vega o Rubens... y a un precio imbatible.
Duerme en la posada en la que han descansado Felipe III, Lope de Vega o Rubens... y a un precio imbatible. / D.R.

Los amantes de los alojamientos históricos tienen en la Red de Paradores de nuestro país casi un centenar de establecimientos localizados en edificios emblemáticos con interés histórico, artístico o cultural, pero no son la única opción si el viajero quiere dormir en un lugar con solera; de hecho, en Burgos, en el conocido como Real Sitio de Ventosilla, encontramos un palacio del siglo XVII en el que han descansado personajes ilustres de la talla del rey Felipe III, el Duque de Lerma, Lope de Vega o Rubens.

Nos trasladamos hasta Burgos, más concretamente a la finca de Ventosilla y, a la vez, damos un salto en tiempo. El 11 de noviembre de 1503, la reina Isabel La Católica adquiere la citada finca por algo más de dos millones de maravedíes. Pasó tras su muerte por las manos de su hija, la reina Juana (sí, a la que todavía se la sigue apodando como ‘la loca’) y, posteriormente, por las del Emperador Carlos V.

Balcón histórico en la Posada de Pradorey.

Balcón histórico en la Posada de Pradorey.

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Y llegamos al año 1521, momento en el cual Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido de Felipe III inicia la colonización agrícola de la finca y la construcción de un palacete de estilo herreriano como albergue real. Se cuenta, además, que por allí pasaron Rubens o Lope de Vega para mostrar sus artes al monarca. Y hoy, más de medio siglo después, el viajero puede descansar en alguna de las 18 habitaciones que antaño acogieron a estos personajes ilustres.

La piscina de la Posada de Pradorey es perfecta para los días más calurosos.

La piscina de la Posada de Pradorey es perfecta para los días más calurosos.

/ D.R.

Descubriendo un palacete histórico

La Posada de Pradorey es un rincón perfecto para sumergirse en la historia, disfrutar de la gastronomía local (con su recién estrenado menú degustación) y relajarse en un entorno natural único. Y, lo mejor de todo, son sus tarifas, ya que las habitaciones tienen un precio que arranca en los 80 euros.

Como ya hemos comentado, la Posada cuenta con 18 habitaciones, 8 en la planta baja y diez en la superior; dos salas de reuniones con capacidad máxima de 20 personas cada una; un comedor para 50 comensales con chimenea; cafetería con zona de juegos y televisión (ya que en las habitaciones se ha preferido respetar la esencia histórica y no cuentan con ella); piscina al aire libre abierta en periodo estival; y una iglesia para celebraciones religiosas en la que destacan el retablo del altar mayor y una pila bautismal románica.

Habitaciones históricas pero con todas las comodidades.

Habitaciones históricas pero con todas las comodidades.

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La Posada de Pradorey es perfecta para desconectar, sumergirse en épocas históricas pasadas y, cómo no, punto de partida perfecto para descubrir los alrededores y descubrir toda una experiencia enoturística.

A poca distancia del palacete nos encontramos con Pradorey, finca situada en la parte oriental de la Ribera de Duero que comprende más de 3.000 hectáreas en las que descubrimos 548 hectáreas de viñedo y otras 900 hectáreas de bosque de encina y chopos, cultivos de cereales y amplias zonas dedicadas a la ganadería vacuna y ovina. También podemos encontrar una presa hidroeléctrica en la orilla del Duero construida en 1921 y que a día de hoy autoabastece de energía tanto a la finca como a la Posada.

El comedor de la Posada de Pradorey es íntimo y acogedor.

El comedor de la Posada de Pradorey es íntimo y acogedor.

/ D.R.

El viajero que se aloje en la Posada de Pradorey, así como en cualquier otro establecimiento de los alrededores (o que decida visitar la bodega en una excursión de ida y vuelta a casa en el mismo día), puede disfrutar de un montón de actividades en la bodega que cuenta con mayor superficie vitivinícola de la Ribera de Duero, con 11 pagos bien diferenciados en función de su altitud, orientación y suelo.

Y volvemos a la Posada que acaba de estrenar su menú degustación basado en productos locales y de proximidad maridado con los vinos de la bodega Pradorey. Este menú, creado en exclusiva por el chef de la Posada, Ricardo Martín, está compuesto por 5 pases y tiene un precio de 70 € que también incluye una visita a la bodega.

¿Qué se come en la posada de Pradorey?

El menú cambiará cada temporada y pretende homenajear a la cocina burgalesa, pero con técnicas modernas que le dan frescura y originalidad a cada plato.  Comenzará el comensal degustando un capuccino que no es tal, si no un trampantojo de crema de hongos, espuma de patata, cacao y galletas de mantequilla trufada. 

Ricardo Martín, chef de la Posada de Pradorey.

Ricardo Martín, chef de la Posada de Pradorey.

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El chef ha decidido darle una vuelta de turca a este menú degustación y ha decidido empezarlo por el final, pero que no se alarme el comensal, ya que se trata solo de un guiño y, la parte dulce, será la que cierre este festín culinario. Tras el capuccino llega el brownie, que aunque dulce, no es el postre si no un bizcocho de zanahoria y pimentón, hummus, crujiente de especias, yogur de lima y brotes de guisante.

Tras los dos primeros pases llega el momento de la trucha, elaborada al horno con velouté de tomillo y romero, crema de zanahoria y miniverduritas. La carne elegida para este menú es ciervo servido en solomillo con su costra, maíz, flores de remolacha y reducción de vino tinto. Y, para finalizar, una tarta tatín con holjaldre caramelizado, crema pastelera, manzana al horno y tierra de cacaco. Y todo, como no podía ser de otra manera, regado con los caldos de la propia bodega Pradorey.

Menú degustación con maridaje en la Posada de Pradorey.

Menú degustación con maridaje en la Posada de Pradorey.

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En definitiva, el viajero amante del buen comer, así como el que disfruta alojándose en edificios históricos tiene el la Posada de Pradorey un enclave único para disfrutar del Real Sitio de Ventosilla a un precio imbatible.

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