El pueblo de Tarragona que lleva 100 años con un misterio sin resolver
En la tarraconense sierra de Prades encontramos un pueblo abandonado que alberga infinitas leyendas, misterios sin resolver e, incluso, una puerta al inframundo.
El dark tourism está cada vez más de moda. Los sitios que están rodeados de un aura de misterio y que albergan leyendas sobre embrujos y seres enigmáticos suelen generar una fascinación única en aquellos viajeros que disfrutan con las emociones fuertes. Y, hoy, visitamos uno de esos enclaves en el municipio de Vilaplana. Bienvenidos al pueblo de Tarragona que lleva 100 años con un misterio sin resolver.
Antes de descubrir los enigmas que rodean a este pueblo abandonado nos viene a la cabeza la serie 'Stranger Things'. Y es que en La Mussara (que así se llama el pueblo) se dice que hay una puerta al inframundo. Sí, un acceso que nos acerca a otra dimensión en la que habitan seres fantasmagóricos que podrían haber servido de inspiración a los creadores de la serie.
Una niebla que inunda todo
Lo primero que llama la atención cuando uno se anima a descubrir La Mussara es la densa niebla que lo inunda todo. La humedad te cala hasta lo más profundo y una sensación de miedo se apodera de ti. El pueblo quedó abandonado en torno a 1960, cuando los últimos habitantes decidieron dejar atrás su vida y sus hogares en busca de nuevas oportunidades. Y hoy solo quedan ruinas (varias casas de piedra, una iglesia sin tejado y varios edificios derruidos) envueltas en leyendas, misterios y anécdotas extrañas.
Entrada a otra dimensión en La Mussara
Uno de los misterios más famosos de La Mussara es la llamada piedra de la desaparición. Según la leyenda local, si alguien pisa una piedra que se ubica en el pueblo, se desvanecerá y reaparecerá en una dimensión paralela. Obviamente, no hay pruebas científicas que corroboren esta historia, pero son muchos los viajeros que se acercan hasta aquí buscando una buena dosis de adrenalina.
Lo que sí es cierto es que hay una desaparición real que, con el paso de los años, se ha visto adornada con retazos propios de leyenda. Nos remontamos al 16 de octubre de 1991. Entonces, Enrique Martínez, vecino del pueblo, salió con tres amigos a buscar setas. En un momento dado, el grupo se separó para maximizar la recolecta de hongos y, al juntarse de nuevo, Enrique no apareció. Volvieron a la zona en la que habían aparcado sus vehículos y el de Enrique seguía aparcado con toda la documentación y enseres personales. Se dio aviso a las autoridades y se peinó la zona durante semanas. Ni rastro. Nunca apareció. Un suceso que recuerda al del hombre pez de Liérganes.
Fenómenos paranormales en este pueblo de Tarragona
Las historias sobre apariciones y fenómenos paranormales en La Mussara son numerosas. Y algunas se relacionan con la desaparición de Enrique. Se cuenta, por ejemplo, que los amigos siguieron buscando muchos meses al desaparecido y, en una ocasión, cuando volvían al pueblo escucharon lo que identificaron como ruidos de cascos de caballo que parecían provenir del interior de la iglesia. Se acercaron hasta allí y pudieron observar unas fantasmagóricas figuras de unos monjes, que, de repente, desaparecieron por completo. Se informó a las autoridades, que nunca pudieron contrastar dicha aparición.
También en La Mussara ha habido suicidios (en concreto el de un monaguillo que pertenecía a una de las últimas familias que habitaban el pueblo) e, incluso la profanación del cementerio.
Damos otro salto en el tiempo y nos trasladamos hasta el último cuarto del siglo XIX. Entonces, el general del ejército carlista durante la tercera guerra carlista, Isidre Pàmies i Borrás fue herido en las montañas de Prades y trasladado hasta La Mussara. Poco se pudo hacer por su vida y fue enterrado en el cementerio.
Las fuerzas liberales, pensando que podría seguir con vida, fueron hasta allí y descubrieron que había fallecido. No contentos con eso, quisieron desenterrarlo para vengarse y, como no había ninguna inscripción, fueron profanando una a una las tumbas. Los restos del general no aparecían y decidieron fusilar el último féretro abierto que correspondía a una mujer a la que se acabó calificando de bruja.
Al empezar los disparos, el féretro (que habían colocado en posición vertical) acabó desplomándose y los integrantes del batallón huyeron despavoridos pensando que sobre ellos acababa de caer una maldición. Casualmente, el general estaba enterrado junto al féretro de esta mujer.
Más allá de sus leyendas y misterios, La Mussara es un destino idílico para los amantes del senderismo. La sierra de Prades ofrece rutas de montaña rodeadas de naturaleza, donde los viajeros pueden disfrutar de vistas inigualables del Mediterráneo y de los valles circundantes. Sin embargo, los senderistas que recorren los caminos que llevan a La Mussara se van a encontrar un pueblo abandonado envuelto en una atmósfera única, en la que el silencio y la desolación de las ruinas aportarán una experiencia difícil de describir.
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