Los 10 pueblos abandonados más espectaculares de España
Se calcula que hay unos 3.000 pueblos abandonados en el país, a los que hay que añadir 2.000 con tan solo un habitante, ubicados principalmente en Galicia y Asturias.
La despoblación azota algunos lugares de España con fuerza desde hace unos cuantos años, llegando al punto de que algunos pueblos pagan a familias que estén dispuestas a vivir allí. La Guerra Civil provocó que muchos de ellos tuvieran que ser abandonados, así como el éxodo rural en busca de más oportunidades en la ciudad u otras causas intrínsecamente ligadas a cada uno de estos poblados. Algunos tuvieron miles de habitantes en sus buenas épocas, otros nunca fueron demasiado concurridos. Sea como fuere, estos 10 pueblos abandonados merecen una visita.
Porcieda, Cantabria
Con unas vistas privilegiadas a los Picos de Europa, esta milenaria aldea, muy próxima a la localidad de Tudes (Vega de Liébana en la comarca de Liébana), no solo está deshabitada sino que también está a la venta. Lleva más de dos décadas sin alojar a ningún habitante, pero muchas de sus casas siguen intactas, gracias en parte al aislamiento y la arquitectura lebaniega.
Granadilla, Cáceres
Pese a haber sido expropiado en 1960 para la construcción del embalse Gabriel y Galán, se ha convertido en un pueblo-museo declarado Conjunto Histórico Artístico, el pueblo resucitado más bonito del país. Estuvo habitado desde el siglo IX por los musulmanes y aún conserva un castillo del XV. Todo esto y su apariencia llevó a Almodóvar a grabar la escena final de '¡Átame!' en 1989. Debido al título que ostenta, tiene horarios de visita: todos los días (excepto los lunes) de 9:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas.
Poble Vell de Corbera d'Ebre, Tarragona
Durante la batalla del Ebro en la Guerra Civil española, el pueblo quedó en medio del fuego cruzado, por lo que sus vecinos se vieron obligados a huir para sobrevivir. Quedó en ruinas y todavía se pueden observar los resquicios de la contienda. Años después fue declarado Bien de Interés Cultural y se rehabilitó buena parte de su arquitectura, como la iglesia de San Pedro que hoy funciona como centro cultural.
Aldea da Barca, Ourense
Este pueblo medieval y de ambiente bucólico contaba con un gran flujo de transeúntes, algo poco habitual en la zona, que debían cruzarlo para llegar al río Miño y su desembocadura. Sin embargo, la afluencia se cortó de raíz en los años 60. La compañía Unión Fenosa acababa de construir el embalse de Friera, pero llegó al municipio de Cortegada y se topó con esta pequeña aldea de doce viviendas. Decidió indemnizar a los vecinos y comprarla hasta el año 2008, que fue cedida al Concello de Cortegada, que no tenía dinero para rehabilitarla y la puso a disposición de cualquier empresa que esté dispuesta a hacerlo con fines turísticos.
Valdeancheta, Guadalajara
Este es otro despoblado que se vio destruido a causa de la guerra. Funcionó como línea de frente y su población fue evacuada al pueblo de al lado, Alarilla. Las autoridades franquistas enviaron a Regiones Devastadas a evaluar los daños y decidió derribar Valdeancheta, salvando la iglesia y el edificio del ayuntamiento-escuela. Durante dos años se dedicaron a escombrarlo, pero los antiguos vecinos que se habían mudado a municipios cercanos decidieron regresar y construir 15 viviendas nuevas, aunque sin luz eléctrica ni infraestructuras estables para vivir bien. En 1968 abandonó la última familia, dejando las tierras para algunos agricultores que continúan trabajándola.
Albares de La Granja, León
Este poblado fue creado en 1950 para los mineros y ferroviarios y sus familias. Hasta 1970, año en el que quedó completamente deshabitado y el tren dejó de pasar por la estación. En este lugar ha habido accidentes tanto mineros como ferroviarios, y sus casas han sido saqueadas tras el abandono, pero en el caserón en ruinas de los ingenieros de Antracitas de La Granja todavía hay quien se hace sus fotos de boda.
El Chorrillo, Almería
En el entorno de los Baños de Sierra Alhamilla, en el municipio de Pechina, se encuentra un pueblo un tanto peculiar, puesto que no fue planteado para la vida civil, sino para la ficción. Aquí se rodó el primer western en la que después sería conocida como la "Tierra del Cine": 'Tierra brutal' en 1962. Más tarde también se han rodado otras producciones tan importantes como 'Exodus' de Ridley Scott o algunas escenas de los Dothrakis de 'Juego de Tronos'. Aquí antiguamente estaba la estación de tren donde se cargaba el mineral extraído de la sierra para ser trasladado al puerto de Almería.
Bellidas, Madrid
Este núcleo despoblado desde 1955 tuvo tan solo un habitante desde la Guerra Civil y mantiene una única casa en pie: el Caserío Bellidas, conocido antes como Caserío del alemán debido al origen de su dueño. En los años 90 lo adquirió el actor Paco Racionero ('Hospital Central', 'Aquí no hay quien viva') y lo rehabilitó como lugar de retiro, de ensayo y descanso. Se ubica en el valle del Lozoya, muy próximo a Horcajo de la Sierra. El paisaje queda conformado entonces por este caserío, la espadaña de la antigua iglesia de Santo Domingo -sede del Tribunal de Aguas- y ruinas de lo que un día fue poblado.
La Cornudilla, Valencia
Cuentan que los habitantes abandonaron el lugar tras una serie de sucesos paranormales en los años 50 -unido a la falta de luz, agua potable y otros servicios-. Los vecinos aseguraban escuchar ruidos, voces y murmullos en sus casas. Un día cesaron, excepto en la conocida como Casa de los Ruidos, una vivienda algo apartada del pueblo donde se dice que deambulan unas sombras durante la noche produciendo sonoras quejas que asustan incluso a los más valientes.
Belchite, Zaragoza
Protagonista de una copla de Natalio Baquero, es probablemente uno de los pueblos abandonados más populares de España: "Pueblo viejo de Belchite, ya no te rondan los zagales, ya no se oirán las jotas que cantaban nuestros padres". Desde 2013 solo es posible la entrada con visita guiada, puesto que el gran número de producciones audiovisuales que aquí se han realizado (desde programas de 'Cuarto Milenio' hasta películas porno) provocó que estuviera demasiado concurrido.
Varios visitantes aseguran haber presenciado sucesos paranormales, que no es de extrañar cuando se observan sus ruinas provocadas por el enfrentamiento español -fue escenario de una de las batallas más cruentas, la de Belchite-. Levantaron un pueblo nuevo frente al viejo en 1954, preservando la memoria y el patrimonio gracias a la Fundación Pueblo Viejo de Belchite.
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