Los sitios más embrujados de España: vas a pasar mucho miedo

La brujería y las historias de fantasmas han estado presentes en nuestra sociedad prácticamente desde sus inicios. La persecución a mujeres acusadas de ser brujas fue constante durante la Ilustración y las apariciones inexplicables ya sorprendían a nuestros antepasados. Pese a que a día de hoy somos capaces de dar explicación a algunos misterios sin resolver todavía hay algunos que son un auténtico quebradero de cabeza y que aterrorizan a todos los que los descubren.

Filósofos, científicos, investigadores y amantes de lo paranormal llevan años intentando encontrar el sentido a los acontecimientos sucedidos en algunos enclaves de nuestro país, pero sus intentos son en vano ya que hay cosas que no se pueden explicar. Los lugares más embrujados de España cuentan historias que han pasado de generación en generación aterrorizando a niños y mayores. Sólo si eres un auténtico valiente aventurero te atreverás a visitar estos terroríficos emplazamientos. 

La capital de nuestro país alberga un sinfín de edificios históricos que cada año son visitados por miles de personas, pero hay uno en concreto que guarda un oscuro secreto y que sólo los más valientes se atreven a descubrir. Cuenta la leyenda que este edificio embrujado de la Plaza Cibeles vivió un episodio completamente terrorífico del que todavía se pueden apreciar restos. El Palacio de Linares se construyó en el siglo XIX como hogar de los marqueses de Linares, y son precisamente los dueños del lugar los protagonistas de una historia que comienza tras enterarse el matrimonio que realmente eran hermanos.

La noticia no cambió sus planes de vida hasta que nació su primera hija. Todo parecía normal, pero el matrimonio de hermanos decidió asesinarla en el propio palacio para evitar burlas y mofas. Las leyendas aseguran que por los pasillos del edificio aún se pueden oír los llantos desconsolados de una pequeña a la que le arrebataron la vida prematura e injustamente.

¿Se imaginan estar tranquilamente en su casa y que de pronto empiezen a aparecer rostros de desconocidos en las paredes?. Cuenta terrorífico y es precisamente lo que le pasó a una vecina de un pueblo de Jaén. Esta historia de fantasmas y brujería ha dado la vuelta al mundo impresionando a los más escépticos. María Gómez vivía en Bélmez cuando un buen día hizo un descubrimiento que le cambiaría la vida y la forma de ver el mundo, había una mancha con forma de rostro humano en el suelo de su casa.

La mujer aterrada por tal acto de brujería o paranormal corrió a hablar con su vecina que le ayudó a poner yeso en el suelo y esconder la imagen. Cuando pensaba que estaba lejos de peligro comenzaron a aparecer nuevas caras en su casa de Bélmez sin que ella pudiera hacer nada. Cuenta la leyenda que la casa de esta mujer estaba construída sobre un antiguo cementerio medieval del que brotaban estas imágenes embrujadas. 

La brujería no es la única forma de convertir un emplazamiento en un lugar terrorífico, los actos de maldad desmedida pueden atribuir a un edificio un aura de negatividad y tenebrosidad muy fuertes. Este es el caso del Cortijo Jurado, en Málaga. El que parecía ser una impresionante construcción del siglo XIX que servía de hogar para la familia Heredia terminó siendo uno de los enclaves más embrujados de España. Esta familia adinerada custodiaba un sinfín de oscuros secretos y estaban relacionados con una misteriosa desaparición de cinco jóvenes que fueron encontrados muertos con signos de tortura muy cerca del cortijo.

Pese a que jamás se pudo demostrar su implicación en el caso, un joven lugareño que se atrevió a colarse en los pasadizos del edificio aseguró haber encontrado máquinas de tortura y huesos humanos. Este misterio sin resolver ha convertido al Cortijo Jurado en un enclave ideal para los amantes del terror y las historias de fantasmas. 

Una isla es el lugar perfecto para una historia de miedo, y si no que se lo pregunten a películas como Shutter Island. El caso de la Isla Pedrosa, en Cantabria, aunque no es realmente una isla ya que se une por un puente con tierra firme, tiene todo lo que un buen lugar embrujado debe tener, está casi abandonada, fue un antiguo hospital de enfermedades y muchos, muchos fantasmas. Esta isla de Pontejos, en Santander, fue en el siglo XIX un sanatorio que asistía a aquellos mineros que volvían a casa con enfermedades graves y debían estar en cuarentena.

Posteriormente, en los años 20 se convirtió en un centro de cura de enfermedades como la tuberculosis que mataba cada año a miles de personas. El hecho de que siempre haya sido un sanatorio ha generado muchas muertes en sus tierras y ya sabemos lo que eso significa. A día de hoy es un centro de rehabilitación para personas con drogodependencia, pero son muchos los que aseguran que en esa isla pasan cosas raras que no se pueden explicar más que con brujería y fantasmas.