Las playas de España a las que no ha llegado la masificación

España es el destino favorito de muchos viajeros para disfrutar de sol y playa, pero todavía hay enclaves casi vírgenes en los que disfrutar de máxima tranquilidad.

Los locales todavía guardan sus playas más bonitas en secreto para que no se masifiquen.
Los locales todavía guardan sus playas más bonitas en secreto para que no se masifiquen. / Istock / DieterMeyrl

No todo el mundo busca en su destino de veraneo una playa llena de fiesta como las de Río, con chiringuitos hasta arriba, repleta de niños jugando, aderezada con música y sin un solo centímetro cuadrado donde estirar mínimamente la toalla y clavar la sombrilla. Esas zonas donde ni siquiera se escucha el ir y venir de las olas, donde es imposible leer tranquilamente o, incluso, tomar el sol sin que nada ni nadie moleste alrededor. Quizá julio y agosto no sean los mejores meses a simple vista para disfrutar de esta tranquilidad.

Sin embargo, todavía existen algunos litorales en España en los que se extienden pequeñas playas y calas a las que la masificación de la época más cálida del año no ha llegado. Al menos todavía. Las costas bañadas por el Cantábrico y el Atlántico suelen gozar de la fama de tener menor concurrencia, pero también hay algunas cuyas orillas dan al Mediterráneo. Es un privilegio con el que cuentan pocos países más allá de España, con playas que, además, cortan la respiración.

La Gueirúa (Cudillero, Asturias)

Poco a poco se va descubriendo que Asturias alberga algunos de los rincones más bonitos del país. A pesar del pequeño territorio que ocupa, cuenta con pueblos y ciudades, montes y prados de una belleza sin parangón. El sol no es precisamente lo que más brilla en el Principado, pero sí lo hacen las áreas de playa donde, además de bañarse en los días que las temperaturas lo permiten, se puede disfrutar de la paz y la tranquilidad que ofrece la orilla.

La playa de Gueirúa es de las más bonitas de Asturias

La playa de Gueirúa es de las más bonitas de Asturias.

/ Istock / DieterMeyrl

La Gueirúa es una de esas playas vírgenes asturianas rodeadas por un entorno único. Las rocas parecen nacer del propio mar y conforman un curioso paisaje que parece sacado de un cuento de fantasía. En el extremo oriental destacan una serie de islotes de piedra afilada de cuarzo y pizarra; una zona llamada La Forcada que separa La Gueirúa de la playa del Calabón. No cuenta con un solo servicio y el acceso es algo complicado (por una senda y unas escaleras), motivos por los que goza de muy poca concurrencia.

Portocelo (Marín, Pontevedra)

Al igual que su vecina, Galicia es también una de las regiones más privilegiadas de España, en cuanto a sus gentes y sus paisajes. Las Rías Baixas que desembocan en el Atlántico son mundialmente conocidas, y sus playas suelen alojar una multitud bastante amplia. La ciudad pontevedresa de Marín cuenta con un complejo de playas que miran directamente a las rías, ofreciendo unas preciosas vistas desde Mogor, Aguete, Loira, O Santo, A Coviña, Lapamán o Portocelo.

Pontevedra esconde cientos de playas preciosas, pero esta es uno de sus mayores secretos

Pontevedra esconde cientos de playas preciosas, pero esta es uno de sus mayores secretos.

/ Lidia Lozano

La más cercana a la ciudad es la de Portocelo, aunque para llegar a ella hay que caminar unos cuantos minutos por un camino pegado a la carretera. Tiene el honor de poseer Bandera Azul y está a pocos kilómetros del Puerto Deportivo Aguete. La arena fina y blanca y una marea tranquila, que permite practicar diversos deportes acuáticos, combinan a la perfección con la verde vegetación que rodea la zona. Tiene aseos públicos, duchas y establecimientos a menos de 500 metros.

Cofete (Fuerteventura, Canarias)

Esta es una de las playas más especiales de la isla canaria, enmarcada en el Parque Natural de Jandía, en la península homónima. Se esconde en la parte de barlovento (la occidental) y su arenal ocupa un total de doce kilómetros, con la cadena montañosa a uno de los lados. Su difícil acceso es uno de los motivos por los que no es de las más elegidas por los usuarios, pero su belleza le otorga una fama tan deslumbrante como lo es su paisaje.

Con una imponente montaña al fondo, la playa de Cofete es un hito geológico de Fuerteventura

Con una imponente montaña al fondo, la playa de Cofete es un hito geológico de Fuerteventura.

/ Istock / imv

Está alejada de todo núcleo urbano y el acceso es bastante complejo, pues solo se puede llegar en vehículos aptos para atravesar carreteras sin asfaltar y pistas forestales. El dorado de la arena resalta junto al ocre y el rojo de las rocas volcánicas y el azul profundo de sus aguas. Pese a que es un oasis en mitad de la isla, no se trata de un remanso de paz, ya que el viento sopla con fuerza y el oleaje es también potente, perfecto para los surfistas más valientes, aunque siempre con precaución.

Rabdells (Oliva, Valencia)

Al contrario de lo que ocurre con Asturias y Galicia, el litoral Mediterráneo es el más buscado por los viajeros que quieren pocas olas, aguas cálidas y unas temperaturas altas. Rodeada por una duna perfecta, la playa de Rabdells presenta un paisaje único, donde la naturaleza reina por encima de cualquier otra cosa. Es prácticamente virgen, aunque cuenta con un único chiringuito y el Puerto Deportivo de Oliva a unos pocos kilómetros de distancia.

Se puede acceder a ella cruzando las dunas a través de las pasarelas de madera (aptas para personas con movilidad reducida). Cerca hay también unos campings con acceso directo al mar, pero Rabdells es tranquila y no suele estar tan concurrida como otras del entorno. Las vistas que ofrece son absolutamente paralizantes, así como la tranquilidad de la que se goza, sobre todo si lo que se busca es un ambiente familiar.

Los Enebrales (Punta Umbría, Huelva)

Esta es una de las playas más bonitas de la zona, enclavada en el Paraje Natural de los Enebrales. Es el paraíso virgen de la ciudad por excelencia, que se extiende desde el casco urbano de Punta Umbría hasta la playa de La Bota. El entorno es uno de los pocos bosques mixtos de sabinas y enebros que existen en el litoral andaluz, por lo que es un lugar perfecto para disfrutar de una fuerte conexión con la naturaleza. Una playa de ensueño a la que pocos bañistas acuden y no es porque le falte belleza.

Los amaneceres más bonitos son los que se disfrutan en playas vacías como la de Los Enebrales

Los amaneceres más bonitos son los que se disfrutan en playas vacías como la de Los Enebrales.

/ Istock / Pablo Guiroy Pedrosa

Está en una zona sin urbanizar y muy cerca de zonas en las que se puede practicar senderismo o cicloturismo. Es fácil acceder a pie desde los aparcamientos o por el carril bici de madera y, pese a su aislamiento, cuenta con un puesto de primeros auxilios, seis pasarelas de acceso, dos zonas con hamacas y sombrillas y un par de chiringuitos. Además, en su arenal de dos kilómetros de largo y unos cincuenta metros de ancho, está permitido el nudismo, por lo que la libertad es otra de las características de Los Enebrales, una de las playas de España a las que no ha llegado la masificación.

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