El pueblo de Asturias que parece sacado de una película Disney

Alsacia por 'La Bella y la Bestia', Cinque Terre por 'Luca', Salento por 'Encanto' o Hallstatt por 'Frozen', son pueblos que han adquirido fama por su cualidad de "Pueblo Disney". Sin embargo, no hace falta viajar muy lejos para descubrir pueblos encantadores en los que bien podría haberse inspirado para alguna de sus películas. Escondido tras una montaña asturiana, sobre un verde "prau" y frente al Cantábrico más turquesa se encuentra Tazones, un recóndito pueblo porteño perteneciente al concejo de Villaviciosa, en la Comarca de la Sidra, "donde Asturias huele a manzana" (Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariegu y Villaviciosa).

Vivos colores adornan las antiguas casitas de pescadores, algunas tan ambientadas en el mar como la Casa de las Conchas, con caparazones de vieiras, caracolas y demás moluscos a modo de fachada. José Ramón Gallego es el autor y dueño de la casa (junto a su madre, Amalia Rebollar) que le llevó 20 años cubrir. Comenzó en 1985 con las macetas, pero pronto las llenó todas y quiso dar un salto más grande. Hoy resulta ser una de las casas más llamativas del municipio y, según sus dueños, también la más fotografiada.

Único puerto imperial de Asturias

Aunque no es lo único llamativo de este pueblo Disney asturiano. Si se tira un poco más del hilo de la Historia, se llega a septiembre de 1517, una fecha que ha quedado grabada para siempre en los anales de Tazones, pues se postuló como único puerto asturiano que forma parte de las rutas imperiales de Carlos V en Europa. El primer pedazo de tierra que pisó en España fue aquí, en este puerto que adquirió el carácter de imperial con su llegada. Esto que parece un escenario de película, bien podría haberlo sido de algunas de las más famosas de la compañía como 'Luca' o 'La Sirenita'.

Para recordar la arribada del que sería rey de España y emperador de Alemania, cada año, los lugareños se visten de la época y escenifican el desembarco de Carlos V. Los detalles están tan bien cuidados que realmente parece que se viaja en el tiempo durante los dos días que dura la representación: al día siguiente de la llegada se conmemora el paseo del monarca y su séquito por las calles del casco histórico.

Precisamente los dos barrios que conforman el pueblo, San Miguel y San Roque, son Conjunto Histórico-Artístico. Sus pintorescas callejuelas en las que se puede degustar el pescado y el marisco que llega a la lonja huelen a mar pero también a montaña. Las letanías y llantos de las gaviotas cubren Tazones durante el día. Donde hoy recalan los barcos pesqueros, antiguamente lo hacían los balleneros, principal sustento durante siglos, guiados por el faro de la Punta del Olivo. Sus playas casi vírgenes son perfectamente accesibles y esconden un secreto más: huellas de dinosaurios bípedos de tres dedos de hace 150 millones de años.