Escapada exprés a una hora de Madrid: descubre este pueblo segoviano de cuento

Tanto si vives en la capital, como si estás pasando unos días en Madrid, esta escapada rural es perfecta y te permitirá conocer un pueblito encantador.

Disfruta de este bello pueblo segoviano perfecto para una escapada exprés desde Madrid.
Disfruta de este bello pueblo segoviano perfecto para una escapada exprés desde Madrid. / Istock / Juan Carlos fotografia

Todo aquel viajero que llega a Madrid desde muy lejos para pasar unos cuantos días, suele hacer una excursión a Toledo para descubrir la ciudad imperial. Y, aunque es una opción excelente, se trata de una urbe que no te permite desconectar del bullicio de la capital, ya que visitantes y locales se mueven por el casco histórico a un ritmo frenético.

Ahora bien, ¿qué pasa si en vez de tirar por la carretera de Toledo, cogemos la autovía del norte (sí, la A1) y recorremos algo más de 120 kilómetros? Como esto no es un concurso de preguntas y respuestas, ya te lo avanzamos nosotros, ya que, en poco más de una hora, vas a llegar a uno de los pueblos medievales más bonitos de la provincia de Segovia. Y es que sus calles, sus monumentos, su Plaza Mayor (en la que nos pasaríamos toda la tarde) y su ambiente único nos permiten trasladarnos por arte de magia a un escenario de cuento. Bienvenidos a Riaza.

En Riaza el tiempo parece haberse detenido.

En Riaza el tiempo parece haberse detenido.

/ Istock / Jose Miguel Sanchez

A poco más de 70 kilómetros de la capital segoviana y enclavada entre la vertiente norte del macizo de Ayllón y la meseta castellana, Riaza aparece ante nosotros como si de una ensoñación se tratara. Hay mucho que ver, que hacer y que comer, pero resulta imperativo no agobiarse y dejar el reloj a un lado.

Conociendo el pueblo medieval segoviano más bonito

Si eres de ese tipo de viajeros que no disfruta dejando nada a la improvisación y quieres llevar todo atado, no vamos a intentar cambiar ahora tu modus operandi y aquí te ofrecemos un recorrido por los imprescindibles de Riaza. Y si, por el contrario, eres de los que prefiere sorprenderse, debes saber que este bello pueblo medieval es tan asequible que, cuando empieces a pasearlo, te irás encontrando los puntos de interés ante tus ojos.

Llueva o haga sol, Riaza siempre es un buen plan.

Llueva o haga sol, Riaza siempre es un buen plan.

/ Istock / Jose Miguel Sanchez

Riaza y su Plaza Mayor de cuento

Se puede empezar en la Plaza Mayor, cuyo aspecto actual data de 1873, cuando se explanó el ruedo que tiene forma de elipse. Rodeada por las típicas casas riazanas con fachadas blasonadas, llama la atención gracias a los soportales apoyados en columnas de piedra o madera, que han servido desde el siglo XVIII para resguardar a locales y visitantes en días de lluvia o nieve. Tanto la plaza, como el Ayuntamiento y las calles aledañas fueron declaradas Conjunto Histórico Artístico hace la friolera de más de medio siglo (54 años para ser más exactos).

Una plaza de cuento con un edificio que sobresale por encima de los demás: el Ayuntamiento. Debe saber el viajero que en la actualidad todo el interior del inmueble es totalmente nuevo pues sólo se respetaron los muros exteriores en la reforma de los años 90 del siglo pasado. Y, como curiosidad, puede apreciarse en la torre campanario que corona el edificio un reloj que se compró en Madrid en 1895 y que luce, desde entonces, en el corazón de esta villa medieval.

Los amantes del arte sacro van a disfrutar de lo lindo gracias a la ermita de San Juan, la de San Roque o con la colección de pinturas y objetos religiosos de la iglesia de Nuestra Señora del Manto. Esta última destaca por ser un conjunto renacentista fechado entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVI, aunque, posiblemente, en el mismo lugar existió con anterioridad una iglesia románica, cuyos restos pasaron a formar parte de la actual.

El explorador que se anime a descubrir Riaza puede pasar la mañana paseando por sus callejuelas y disfrutando también de las típicas casas riazanas. Y es interesante descubrir que, aunque muchas parezcan similares, ofrecen un montón de información sobre sus primeros moradores y su nivel socioeconómico. Los más pudientes, por ejemplo, tenían el suelo de acceso empedrado, con esquinas de sillares y la fachada de cal, mientras que los más pobres se tenían que conformar con materiales como el barro o piedras sin labrar.

La Casa Consistorial es uno de los edificios más fotografiados de Riaza.

La Casa Consistorial es uno de los edificios más fotografiados de Riaza.

/ Istock / Sami Auvinen

Cordero o cochinillo, ¿con cuál te quedas?

Llega la hora del aperitivo y los ojos nos hacen chiribitas pensando en las especialidades gastronómicas de la zona. Eso sí, aviso para exploradores, los fines de semana, conviene reservar o corres el riesgo de quedarte con los dientes largos, ya que son muchos los visitantes que se acercan a gozar con las especialidades de este rincón medieval a poco más de una hora de Madrid. El plato estrella por antonomasia es el cordero asado al estilo segoviano (con agua y sal) en horno de leña, pero también son opciones extraordinarias el cochinillo segoviano, carnes a la brasa o pescados (como trucha o congrio). Y, los más golosos, no deberían irse de Riaza sin probar sus postres, que incluyen amarguillos, tortas de chicharrones o tortas sobadas.

Los amantes del senderismo tienen su edén particular en el Cañón del Riaza.

Los amantes del senderismo tienen su edén particular en el Cañón del Riaza.

/ Istock / Jose Ramiro Laguna

Tras una comida copiosa lo mejor es no venirse abajo y realizar una pequeña ruta senderista que nos mantenga entretenidos disfrutando del bello paisaje natural que encontramos en las inmediaciones de Riaza. Podemos optar, por ejemplo, por el magnífico hayedo de La Pedrosa, a unos 9 kilómetros. A la belleza de sus hayas se suma la panorámica que se aprecia del valle del río Riaza (con su embalse), el paisaje de montaña y en la lejanía Riaza y otros pueblos de la planicie Segoviana. Otra opción también muy interesante, pero algo más alejada es acercarse hasta las inmediaciones de Maderuelo para conocer el Parque Natural de las Hoces del río Riaza (a unos 30 kilómetros) y descubrir el Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, que se hizo famoso gracias a Félix Rodríguez de la Fuente.

Y, en cuanto el sol empiece a caer, llega el momento de la vuelta a casa, con el corazón lleno gracias a los encantos que ofrece este bello pueblo medieval que se encuentra a poco más de una hora de Madrid. 

Síguele la pista

  • Lo último